Día ciento veintiuno

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El gélido aire frio erizo los brazos de Hayley bajo su gruesa chaqueta al momento en que ligeros copos de nieve se enredaban entre sus rubios mechones. Fuera de su casa todo estaba oscuro y tan helado como una época glacial pero aun así lograba ver a unos cuantos niños lanzándose bolas de nieve unos a otros, entre ellos Eliot y Kat, quienes más que jugar parecían estar peleando.

Hayley sacudió su cabeza en un intento de quitarse la nieve de su cabello pero a pesar de ello más y más nieve se arremolinaba en su rizada melena.

Con un suspiro de frustración, la rubia abandono su porche y camino en dirección a su jardín trasero pero antes de llegar a este alguien la interrumpió.

Dan estaba vestido con una colorida camiseta de caricaturas infantiles, una chaqueta amarilla, pantaloncillos cortos (Cosa extraña por el frio) y tenis además de una colorida pelota bajo su brazo, Hayley no pudo aguantar su risa por lo que este bufo con molestia.

-Dan ¿Por qué estas vestido así?- Pregunto la rubia con más calma pero aun con una sonrisa burlona crispándole los labios, el chico resoplo tendiendo una mano en su dirección.

-No te rías niña y soy... Dany.... ¿Quieres jugar.... Conmigo?- A pesar de que parecía que las palabras salían más que nada a la fuerza de la boca del chico Hayley asintió algo confundida con la situación, a Dan nunca lo llamaban Dany, no desde que tenía seis años.

-¿Qué tramas?

-¿Yo? Nada- Dan sonrió fingiendo inocencia al momento en que le lanzaba la pelota a Hayley, quien la atrapo con algo de torpeza. -Sígueme

A pesar de su confusión Hayley lo siguió con la curiosidad por delante, no tenía idea de que estaba sucediendo, tal vez Dan por fin se volvió loco y se escapó del loquero, nadie sabía....

Al momento de doblar la esquina que daba con el jardín trasero la boca de la rubia se abrió con asombro, todo su jardín estaba repleto de flores blancas y orquídeas realmente lindas, a lo largo de ellas también había luces de color azul y blanco todo aquello combinando bellamente con el césped completamente escarchado de nieve.

Simplemente no lo podía creer ¿Cómo es que habían hecho todo eso estando ella en su habitación con una ventana de vista panorámica y ni siquiera lo había notado?

-¿Qué, que es todo esto?- A su lado Dan sonrió estrechando sus ojos, él sabía algo, definitivamente sabía algo.

-No lo sé, oh mira ¿Quién es ella?- Hayley elevo una ceja por el rápido cambio de tema del chico quien ahora señalaba una silueta a lo lejos, Ely caminaba asía ellos con un gran vestido rosa chicle de mangas largas, medias y valerinas lilas, su atuendo era demasiado infantil comparado con la ropa que ella solía usar confundiendo más de lo posible a la pobre Hayley.

-¿Ely?

-Hola, ¿podrías ser mi amiga?- Ely observo a Hayley con ojos suplicantes al momento en que la rubia asentía lentamente.

-Por supuesto, ya eres mi mejor amiga, ¿Tu sabes qué es lo que sucede aquí?- Ely sonrió con simpatía ignorando su pregunta para después envolverla en un caluroso abrazo que Hayley recibió dudando, toda esa situación la estaba volviendo loca, no, a ella no ¡Ellos eran los locos! Pero ¿Si todos estaban locos y ella no, no sería ella la loca? ¡Dioses! Se estaba confundiendo sola, tal vez y ya estaba loca....

-Estoy loca- Menciono aturdida provocando que Ely se alejara y la mirara con una ceja elevada.

-Ya todos lo sabíamos- Ambas chicas dirigieron una mala mirada a Dan quien solo se encogió en su sitio alzando los hombros. -¿Qué? Solo di mi opinión

Hey! tu, enanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora