Hey! tu, enana

Día ciento sesenta y tres

Esta mañana me desperté con la intención de ir a la escuela pero me lleve una gran sorpresa al ver a Sally en la sala de mi casa preguntándome como había ido todo en sus ausencia, al principio no sabía que decir ni que pensar de ello, planee decirle algo como "Excelente, desde que te fuiste todo ha ido maravilloso incluso estuve rezando para que no volvieras pero parece que no he sido escuchada, una lástima" pero luego me di cuenta de que quería hablar lo menos posible con ella y solo solté un "Bien", después de eso Sally se levantó de su asiento y corrió a abrazarme pidiéndome disculpas, según me conto en aquella escuela a la que fue no le había ido de la mejor manera y se había arrepentido de todo aquel comportamiento que había tenido antes, créeme, dure mucho sin creerle pero finalmente cedi. En estos momentos me siento extrañamente feliz de tener a aquella a la cual consideraba mi hermana desde pequeña pero a la vez siento un miedo horrible a ser traicionada nuevamente. Tu no me has dicho nada al respecto dado que no nos hemos visto pues hoy decidí ir con Sally caminando hasta la escuela, solo será hoy, prometo que mañana me iré contigo en tu auto peleando por que estación de radio escuchar mientas haces tus canciones rompe tímpanos que extrañamente me gustan tanto.

Con amor, Una Hayley sentimental