Hey! tu, enana

Día ciento cincuenta y tres

No miento si te digo que en el momento en que te vi a ti y a los hermanos demente en mi casa al despertar me sentí una especie de ninja asesina repartiendo golpes con mis almohadas y arrojándoles zapatos al rostro (En especial a Dean) pero entonces llego mamá con chocolate caliente informándonos a las chicas (Que hasta el momento solo se estaban riendo aun sin levantarse de la cama) y a mi sobre que ustedes habían venido a ayudarnos a conseguir empleo, fue un buen detalle de su parte, probamos de todo pero si una podía hacerlo la otra no, en lo único para lo que fui regularmente buena fue de cajera en una tienda de malteadas que casi nunca se llenaba pero Ann es alérgica a los lácteos, todo esto resumido a que ya no tenemos ninguna opción y el tiempo se agota más rápido que el chocolate que hizo mamá, en fin, hoy tengo que cuidar a Kat y a Eliot y....... ¡Eso es! ¡Ya sé que es lo que haremos!

Con amor, Una Hayley futuramente trabajadora