Hey! tu, enana

Día noventa y tres parte 2

Muy bien, estoy más calmada ahora que puse un candado en el cajón de mi mesita de noche (Suena raro pero he comprobado que es una idea genial). Continuando con lo hoy en la mañana quiero escribirte que ya estoy mucho más calmada que antes y también que lamento haberte arrojado la nota pasada en el rostro, junto con el bolígrafo, enserio estaba muy molesta y avergonzada de que te enteraras de todas aquellas cosas que escribí pero bueno, he decidido hacer como que no pasó nada y hacerme la distraída cuando me preguntes sobre lo que leíste ahí, Ann y Ely dijeron que eso se me da muy bien cuando les conté mi idea pero bueno, volviendo al tema, ayer cuando te arroje eso a la cara te obligue a que me contaras todo pero solo hiciste como que no escuchabas nada y creo que fue mi día de suerte (Por primera vez en mis dieciséis años de vida) ya que en ese momento Dan toco la puerta y entro hablando sobre un supuesto mostacho postizo que quería hace meses y como era de esperarse los interrogue a ambos.

Las piernas rotas, sus visitas nocturnas, risas cómplices, todo era por mis notas pero..... ¿Por qué tanta molestia en tomarlas? ¿Y cómo te enteraste que existían?

Con mas odio que cariño, Una Hayley