Hey! tu, enana

Día ciento ochenta y tres

Admítelo, a pesar del frio, la nieve, las bromas y las abejas hoy fue un gran día. Aunque ciertamente estuve preocupada cuando Dan se llevó a los niños a dar un paseo por el bosque, aunque él lo niegue yo sé que las seis horas en las que no volvió era porque los perdió; en realidad Eliot me conto que estaban escondidos en la corteza de un árbol porque Dan les quería enseñar como conseguir miel y dado a ello bajo un panal (el cual por cierto no tengo idea de cómo lo encontró con este clima) pero el punto es que le pico una gran masa de abejas enojadas. Luego está el hecho de que Sally y Dean desaparecieron por casi toda nuestra estadía en ese lugar y eso que nos tocó dormir ahí por un bloqueo de nieve en la carretera (Suerte que tenía las tiendas de campar de la última vez en tu auto) pero con todo eso quiero decirte que estoy muy contenta, pasar tiempo con ustedes es lo mejor que me puede pasar.

Pd: No te asustes si escuchas ruidos en la noche, aún estamos en el bosque y por lo que he visto Dan y Chris no piensan desaprovechar la oportunidad de casar unos cuantos mapaches. No entiendo como Ann y Eli se consiguen novios tan anormales...... Espera, ¿Qué demonios haces en ese árbol? No me digas que también casas mapaches.

Con amor, Una contenta y suplicante Hayley