[29]

3.9K 221 5
                                    

Michael cayó de la cama y se agarró la cara.- ¡Duele! ¡Duele! ¡Duele!- Támara y yo empezamos a reír. El cabello morado de Mike estaba empapado y su frente roja, además tenia la cara pintada y baba por todos lados.- Las acusare de maltrato.

-Si, maltrato animal- espetó su hermana.- Levantate y a comer, Carter tiene día libre y preparé tortitas.

-Maldigo el día en que mamá me dejó a cargo- se paró del piso con dificultad y agarró unos calzoncillos.

-Ya deja de quejarte como una nena y toma un baño. Apestas a sudor.-

Desde que me había venido a vivir con los hermanos, cada mañana comíamos algo diferente. Támara siempre inventaba nuevas recetas y con sus dotes culinarios hacia que , aunque la comida se viera incomestible, supiera deliciosa. Misterios de la vida.

Allí te dabas cuenta de la diferencia que tenia con su hermano. Cuando Mike cocinaba, su comida se veía exquisita y olía delicioso. Pero una vez que probabas bocado debías salir corriendo al baño y vomitarlo antes de intoxicarte.

Repito.

Misterios de la vida.

Kat había vuelto a Rusia hace una semana, no fuí a despedirme por razones obvias y no he vuelto a hablar con Collin y Deniel. Will me dirige unas palabras solo porque somos compañeros y Phillip se enteró y ya no me trata igual. Y yo que pensé que las mujeres eran las dramáticas.

-¡Soy Caillou!- empezó Mike. Támara entró rápido al baño y se escuchó un golpe.- ¡Soy tu hermano mayor! ¡Respetame!

-Cuando te comportes como uno- Támara salió refunfuñando y reí a volumen alto. Era lo mismo todos los días.

*

-¡Gracias por su compra!- el chico me sonrió tímido y le guiñé el ojo, tal como Támara me enseñó. Salió sonrojado de la tienda prometiendo volver. Miré a mi jefa- En verdad funciona- dije sorprendida.

-Te lo dije-

-Sempai- canturreé. Ella me miró molesta.

-¡Que no me llames así!- su cara se puso roja y juro haber visto humo salir de sus orejas y nariz. La campana de la puerta sonó y Támara se recargó en la barra.

Una cabellera castaña se paseó por el lugar, deteniéndose en unos estantes y luego volviendo a otros. Cuando dió vuelta hacia la caja pude ver quien era. Collin.

Me volteé hacia Támara.

-Iré al baño- me até el cabello en una coleta y me alejé de la caja, sintiendo la mirada de Collin sobre mí y escuchando la voz de mi amiga atendiéndolo. Entré a la sala de descanso, Nolan estaba ahí, fumando un cigarrillo.

Nolan tenia treinta y cinco años y con buen aspecto. Antes trabajaba como actor de doblaje pero perdió el trabajo a temprana edad cuando se quedó afónico. Le sonreí al pasar junto a el y tomé una botella del refrigerador.

-Pensé que las linduras atendían la caja hoy.- expulsó el humo y me mostró su dientes amarillentos.- Cara larga, no es buena para una chiquilla como tu.

-Nunca me contaste como terminaste trabajando aquí especificamente- le ignoré y me senté en la silla que estaba frente a él.

-Eso, nena... Es información confidencial- me guiñó un ojo, justo como había echo yo con el chico de la barra, y dio otra calada a su cigarrillo. Támara se asomó.

-El chico que atendí quiere verte-

Complaciendo a Papá. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora