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Entré al salon y me senté en mi banca mientras me limpiaba los labios. Collin me habia besado y estaba segura de que Will lo habia visto. Me sentía ia mal por eso. No sé supone que él viera eso.

Will me gustaba, lo admitía, así que sentía que de una forma lo estaba engañando sin hacer nada.

Aunque por otro lado Collin estaba bien. Pero no era mi tipo. Por más atractivo que fuera, no me terminaba de gustar.

Dejé la mochila en el suelo y me recargué en la banca.

Kat se sentó a lado mío y me saludó justo cuando la profesora iba entrando.

—Buenos dias alumnos. —saludó.

—Buenos... -—comenzamos todos y ella alzó una mano.

—No hagan eso, se ven ridículos. —dijo bruscamente.— Abran sus libros en la pagina trescientos noventa.

Una chica soltó un grito de exclamación, le miré confundida.

—Te apuesto a que va a empezar con sus tonterías frikis. —susurró Kat. Y en efecto, aquella chica emocionada mencionó que aquello era una referencia muy obvia a la saga de Harry Potter.

Como de costumbre, todos ignoramos a Margi y su fanatismo. Demasiado aburridos de eso como para tomarle importancia.

Minutos después, Will entró cabizbajo y se sentó en los asientos delanteros. No me miró.

La maestra disculpó su retraso y empezó con la clase.

—La clase pasada vimos la generación de ácidos y bases, bueno. Ahora empezaremos con la neutralización. —se acercó al escritorio y apoyo su mano en el.- ¿Alguien puede decirme que sucede cuando un ácido y una base se encuentran?

Alcé la mano para responder, al igual que Kat y cuatro alumnos más. Entre ellos Oliver y Will.

—¿Señorita Columbus?

—Da lugar a una reacción química cuyos productos dejan de comportarse como los reactivos originales.

—Correcto. —volteó a ver a los demás.—¿Una característica de ambos productos?

Varios compañeros volvieron a alzar la mano, contándome.

La profesora miró todos los rostros y se detuvo en Kat, la cuál ya estaba jugando con un papel, aburrida.

—Señorita Hammer. —Kat alzo la vista irritada.

—¿Sí?

—¿Podría responder a mi pregunta? —insistió la profesora.

—Ambos productos son peligrosos. —respondió rápidamente.

—¿Alguien tiene una respuesta inteligente?— preguntó ella con molestia.

Oliver y Will fueron los únicos en levantar la mano.

Miré a Will atentamente y su mirada se encontró con la mía, pero apartó la vista rápidamente y alcancé a notar molestia en ella.

Mierda, lo había visto.

Aunque claro, si te besas con un chico delante de un auto en el que todavía hay alguien, claro que lo van a ver.

El resto de la clase continuó con preguntas y explicaciones de parte de la maestra y unas cuántas respuestas de los alumnos.

El primer timbre sonó y recogí mis cosas para pasar a la siguiente clase. Meditación.

Era mi clase favorita pues solo nos sentábamos en el piso a meditar nuestras acciones del día durante una hora. Kat y yo siempre nos recargabamos en la pared para poder dormir.

Entrelacé mi brazo con el de Kat y juntas salimos del salón.

La clase de Meditación se llevaba a cabo en el auditorio. Según la maestra, un lugar amplio y silencioso era el mejor para meditar tus malas acciones. Simplemente no entendía el fin de aquella clase, pero como últimamente las peleas y castigos habían reducido al agregar aquella asignatura, a nadie le molestaba en absoluto.

Como siempre hacíamos, los alumnos nos acomodamos en fila antes de entrar. La maestra iba enfrente. Como niños pequeños.

Esta vez nos acomodamos en los asientos.

—Un lugar cómodo les ayudara a despejar su mente y ordenar sus ideas. —explicó.

Todos obedecimos y nos acomodamos conforme a la fila anterior. Oliver estaba sentado a mi derecha, Kat a la izquierda y Will a lado de Oliver.

Con Kat empezamos a acomodarnos para dormir, subiendo los reposabrazos y tapándonos con las sudaderas. Una mano se posó en mi cintura, me asusté y di un brinco.

Había sido Oliver.

—¿Se puede saber que haces? —espeté molesta. Él me miró como si no hubiese hecho algo malo.

—¿Disculpa? Solo pensé que querrías algún lugar cómodo para almohada. —dijo inocentemente.

—No gracias, para eso tengo a Kat. —señalé.

Volví a acomodarme en mi asiento, siendo consciente de que Oliver y Will me miraban, acomodé mi sudadera talla extra grande en mi pequeño cuerpo y deje caer mi cabeza en el hombro de Kat.

Me revolví un poco al principio, pero un rato después cerré los ojos y dormí profundamente por una hora.

Me desperté cuando sentí que me movían. Kat estaba mirándome y diciendo algo que no alcanzaba a escuchar.

De un momento a otro empezó a llorar desconsoladamente y cayó al piso, Will se acercó a ella y la abrazó, ella solo gritaba algo incomprensible. Ya no estábamos en el auditorio. Traté de pararme para ir con mi mejor amiga, pero me era imposible.

Estaba encerrada en una caja y de pronto caía tierra a mi alrededor.

Desperté gritando, todos en el auditorio me miraban curiosos, algunos con burla y otros molestos de haberlos despertado.

La maestra me miraba fijamente, era aterrador, pues su expresión mostraba calma total.

—Es normal que algunos estudiantes se duerman en mi clase al reflexionar sobre sus malas acciones, no pasa nada. —suspiré aliviada. Si papá se enteraba.— Pero tendrá que venir todos los días en la tarde a ayudarme con los chicos de la universidad en asesorías como castigo por tres semanas, de tres a seis de la tarde.

Asentí, pero segundos después reaccione.

—¿Dijo universitarios? —Kat me miró con picardía, pero yo solo podía mirar a Will.

Él notó mi mirada y se revolvió incómodo.

—Sí, en efecto Señorita Columbus. Dije universitarios- la profesora sonrió.— De hecho, un muy buen alumno mío , el joven Bloom, ha venido esta mañana a inscribirse a las asesorías.

Ahora entendía porque lo había visto en la mañana. Sus intenciones eran otras.

Los últimos diez minutos los pasé en silencio, aguantando las burlas de mi mejor amiga y escuchando a Oliver platicar sobre algo que no entendía.

Tres semanas.

Complaciendo a Papá. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora