XII

3.2K 195 7
                                    

El tráfico es un infierno en está ciudad, por eso, es que siempre que puedo huyó a un lugar más tranquilo. Por más que una parte de mi ame esto del ruido, la gente que va y viene con o sin rumbo, que enloquece por atrasarse unos minutos otra parte de mi le gusta descansar de la locura, estar sólo en algún lugar poco concurrido donde no hay demasiada prisa para nada.
Mis padres me criaron de está forma, en donde, sí quieres salir huyendo a otro lugar del mundo lo hagas y en donde sí de pronto necesitas estar en casa, como antes, también lo hagas. La libertad bien enseñada, es la que hace que no la haya transformado en libertinaje.
Decido encender la radio, ya que, creo que me demorare más de la cuenta en llegar al Starbucks. Tomo mi celular para en uno de los semáforos detenerme y escribirle a Lena. Ella ya debe estar en viaje o por tomarse el autobús.
"Me retrasare unos minutos, el transito está fatal"
Doy a enviar, viendo que está en línea por lo que lo apoyo en el asiento del acompañante para esperar su respuesta. Por la radio están pasando temas bastante viejos de las bandas de rock nacional más reconocidas, por lo que, logró perderme en la melodía y calmar mi ansiedad. Golpeó mis dedos en el volante al ritmo de la música del gran tema de la Bersuit Vergarabat para tararear en voz baja. Mi celular suena, por lo que se que he recibido una respuesta de Lena pero tengo que esperar al siguiente semáforo para poder conseguir leer lo que dice y es lo que hago. En cuanto, me topo con un semáforo en rojo me detengo para tomar el celular y leer.
"No hay drama estoy en el subte tardaré unos diez minutos en llegar. Te espero en alguna mesa, sí te parece"
Sonrío, eso de decir y luego sugerir es gracioso. Creo que en el fondo tiene alma de dominante. Me fascina, tipeo con algo de velocidad.
"Me parece bien tú casi sugerencia jajajaja. Nos vemos ahí"
Dejó el teléfono en el asiento para arrancar junto con el resto de los autos.
Tardó alrededor de quince minutos en llegar y otros cinco en lograr encontrar un lugar cercano para estacionar. Salgo lo más rápido que puedo para presionar el botón derecho de mi llave, así de está manera se traba y activa la alarma del coche. Camino media cuadra para ingresar a Starbucks, apenas lo hago la busco alrededor y la encuentro casi escondida en un rincón revisando su cartera. La misma que llevó el otro día a la cena.
He llegado a recordar hasta el más mínimo detalle de como se veía esa noche. Siempre tan rodeada de misterio y de transparencia a la vez. Es como sí todo en ella fuera blanco o negro. Todo lo blanco es lo que me cuenta, lo natural que nace de ella y lo negro es eso que veo en su mirada cada vez que tiene que salir de mi coche para ingresar a su edificio. Me acerco lentamente para encontrarme con la sorpresa en sus ojos cuando me ve. Es como sí no se hubiera esperado que llegará tan pronto.
- Hola, no quise asustarte lo siento- digo para correr la silla que está frente a ella y sentarme.
- Hola, no hay problema- suspira.
¿Que es lo que te asusta tanto?
- ¿Como has estado?- le digo es una pregunta normal cotidiana para que se sienta menos nerviosa.
- Bien, algo atareada tuve trabajos para hacer en la facultad y algunos eventos en el trabajo- me dice sinceramente- ¿Tú?
- He estado entrenando, trabajando con mi padre y ocupandome de mi pequeña hermana- sonrío recordando a la versión de cupido que tengo en mi familia.
- ¿Compites dentro de poco?- me consulta mientras que se quita la chaqueta.
No es justo que haga esto, sé que es inconsciente pero me distrae.
- A fin de año, tengo una competencia en estados unidos- ella alza sus cejas con sorpresa- ¿Conoces?
- No, me gustaría pero no he trabajado lo suficiente, para poder pagarme un pasaje en avión- su respuesta me deja maravillado aún más. Es tan independiente que me resulta sorprendente.
- Es que deberías tener un mejor trabajo- le digo viendo que ella frunce su ceño- es decir, trabajar de tú arte. Se que te iría bien.
- Gracias, me tienes mucha fe- me sonríe sintiéndose alagada.
- Pongo mis ojos en blanco- No es fe, es que tienes talento admitelo- le digo viendo como se sumerge en la vergüenza.
- No lo admitire creo que siempre hay cosas para mejorar- se encoge de hombros.
La observó para llegar a preguntarme en donde ha estado escondida todo este tiempo.
- ¿Te pido algo para tomar?- se sorprende creo que no esperaba que le invitará un café.
- Emm... bueno, un café mocha- me dice para encontrar su mirada con la mía.
- ¿Algo para comer?- le consultó para quitarme mi campera y ver como ella observa mis brazos y pecho.
- Un muffin de chocolate- me dice le sonrio pensando que quizás quiso decir otra cosa.
- Pido y regreso- le digo para ponerme de pie y encaminarme para pararme en la fila.
Estoy viendo que tienen para comer además de los muffins, cuando noto que es mi turno por lo que me limito a hacer mi pedido.
- Buenas tardes- me dice una morocha de ojos color café con exceso de maquillaje- ¿Ya sabes que pediras?
- Sí, te pido un café mocha a nombre de Lena, dos muffins de chocolate y un café mocha blanco- la veo apretar la pantalla a medida que hablo.
- Asiente mientras que otro prepara el pedido- Son cien pesos- me dice saco mi billetera para pagarle.
Saco el billete para dárselo cuando veo que ella está demasiado concentrada en mirarme como sí esperará algo más. ¿No ha escuchado que dije que uno de los cafés era para Lena? Estoy en alguien más.
- Gracias- me dice frunzo mi ceño para pararme a un costado.
Estoy allí de pie cuando miro hacia la mesa y veo a Lena responder un mensaje. Tiene sus labios entre abiertos como si suspirara. Su pelo, cae a los costados de su cara como sí fuera el marco de uno de los mejores cuadros. Alza la vista y se encuentra con mis ojos pero no corre su mirada. Se queda estática mirándome como sí sus ojos y los míos no pudieran evitar conectarse. Me sonríe levemente con algo de vergüenza, le devuelvo la sonrisa para tomar nuestro pedido y llevarlo a la mesa.
- Gracias- es la segunda vez que me lo dice, me sorprende no tiene nada que agradecer- ¿Cuanto te ha salido?
- No comiences, ha sido nada así que no necesito que me des la mitad- le digo intentando no enojarme.
- Frunce su ceño- No te sulfures, dejó que me invites pero la próxima vez me toca a mi- dice para tomar un sorbo de su café.
¿Habrá próxima vez? Le sonrio sin decir ni una palabra, sin poder evitar está creciente sensación de la esperanza extendiendose dentro de mi.
- ¿Tienes los bocetos?- ella asiente creo que se ha olvidado que ese era el motivo de nuestro encuentro y me encanta notarlo.
- Sí, sí- los busca dentro de la mochila que tiene a su lado color negra, los deja sobre la mesa para luego tomar un pedazo de su muffin y meterlo dentro de su boca.
Deja de hacer esto más difícil.
Tomo la carpeta para abrirla y me maravilló enseguida veo trajes totalmente diseñados de color blanco con azul, verde, rojo y uno negro. Cada uno tiene en la espalda el número siete que sale de la boca de un animal. Alzó la vista para mirarla, ella me observa en silencio mientras que golpea sus dedos en la mesa. Está nerviosa y sin razón.
- ¿Que te parecen?- consulta para tomar un sorbo de su café.
- Son increíbles, Lena- digo con admiración- ¿Tengo que elegir sólo uno?- le consultó ella parpadea para luego tocar las puntas de su pelo.
- ¿Lo dices en serio?- consulta sorprendida.
- Sí, ¿por que confias tan poco en tú talento?- los volteó para que los vea- Esto de que cada uno tenga un animal, que el número este dentro y la mezcla de colores. Asombroso.
Sabía que haría un gran trabajo.
- Se sonroja levemente, de un color rosado- Gracias- me dice ilusionada.
- No me agradezcas más - le digo para consultar- ¿Cuanto tengo que pagarte por esto?
La veo abrir sus ojos sorprendida, creo que consideraba que sería gratis y como buen aprendiz de negocios se que todo lo que implique trabajo equivale a cierta cantidad de dinero.
- No es necesario que me pagues- me dice convencida tomando su vaso de café con ambas manos.
- Esto te llevó tiempo y trabajo, dime una cifra- ella se escoge de hombros- Okey, diría que tengo que pagarte mil pesos por cada uno.
- ¿Has estado tomando algo previamente?- me dice shockeada- Es mucho dinero.
Ay Lena, no tienes idea de lo que gano por carrera. Me sorprende gratamente cada segundo.
- No te preocupes tengo el dinero- le digo ella parpadea sorprendida- Tengo que mostrarle a mis padres tus diseños, así consigo una diseñadora de alguna marca para que pueda hacer esto realidad.
Está callada como nunca, creo que es la vergüenza lo que hace que de pronto sea así de tímida.
- Iba a decir la palabra que tengo prohibida- me dice relajandose de a poco, le sonrio- No se que decirte, estoy bastante sorprendida- mueve sus manos en el aire como sí no cayera aún.
- A mi padre le va encantar, seguro querrá que hagas algo para la compañía- le aseguro, ella podría diseñar algo elegante y colorido a la vez.
- ¿Tú dices? - asiento convencido mientras que veo como toma otro pedazo de muffin y lo mete en su boca para masticar despacio.
Es una tortura para mi verla comer. Lo hace despacio como sí supiera que de está manera hace que mi imaginación vuele muy alto. Muevo mi cabeza para quitar estos pensamientos.
- ¿El jueves haces algo a la noche?- parpadeo ¿He escuchado bien?- Linda, hace una reunión en un bar y me dijo que para dejarme entrar tenía que ir con alguien...- comienza a explicarse- sí no puedes ir no te preocupes, consiguire a alguien más...- agrega para encogerse de hombros.
Podría haber invitado a cualquier otro y me lo pide a mi. Sonrío mirandola.
- No tengo nada para hacer el jueves- le digo para que se relaje y no este así de alterada- Me encantaría ir- admito sin más, siento que estoy diciendo palabras que no pronuncie antes.
- Que bueno- me sonríe sincera- deberíamos ir juntos... Sí te parece- agrega inmediatamente.
Debe aprender que cada cosa que me diga me parecerá bien, por que no quiero separarme de ella.
- Por supuesto, te paso a buscar y vamos hacia allí- asiento lentamente- Sólo debes decirme luego el horario y listo. ¿A que hora entras a trabajar?
- La veo mirar el reloj- En media hora- la veo abrir los ojos desesperada- Mierda, llegaré tarde.
Veo como se apresura a guardar sus cosas, sin dejar de mirar el reloj con desesperación como sí pidiera que se detenga el tiempo.
- Apoyo mi mano sobre la suya- te alcanzó, no te preocupes.
Me mis por unos segundos para suspirar.
- Has estado haciendo muchas cosas por mi. No se, sí deberías hacer esto también- dice aún de pie con la mochila en su mano.
- Quiero hacerlo- me encojo de hombros- Te alcanzó y de ahí voy a mostrarle esto a mi padre- digo para juntar los bocetos en la carpeta.
Ella se coloca su chaqueta y yo la mía para salir lo más rápido posible de Starbucks. Increíble que hayamos pasado dos horas y media hablando. Mi tiempo vuela cuando estoy solamente hablando con ella.
La guió hacia el auto nuevo que adquirí, ya que, mis padres no me dejan utilizar el otro. Es un BMW color negro, bastante amplio y cómodo.
- ¿Es nuevo?- asiento sonriendole- No puedes evitar los lujos- me dice sonriendo, mientras que le abro la puerta y la cierro en cuanto sube.
Doy la vuelta corriendo para subir del otro lado, abro la puerta y me siento para colocarme el cinturón de seguridad. Es la mejor costumbre que adquirí de mis padres, desde chico que me lo han dicho hasta el cansancio y aquí estoy haciendoles caso al fin. La miro, ya tiene su cinturón puesto así que arrancó para después de unos metros prender la radio.
- ¿Estamos bien con el tiempo?- le consultó ya que está pérdida en lo que sea que lee en su celular.
- Sí, re - me mira permitiendo que pueda volver a ver sus ojos.
- Genial.
Tardó alrededor de quince minutos en llegar por lo que busco con tranquilidad un sitio para estacionar. Veo que ella saca de su mochila el delantal rojo que utiliza, está doblado y planchado. Se recorge el pelo en un moño alto con una especie de cinta color blanca y hace un moño. Esto le despeja totalmente su perfecta cara dejandome anodado.
- No te olvides de decirme el horario del jueves- digo apagando el auto, me mira asiente- cuando papá vea los bocetos te comentó.
- Dale.
Quiero decir algo más pero no tengo palabras mi mente se ve avasallada por su belleza. Estoy perdido en esos ojos azules, profundos e inmensos con una mirada llena de perspicacia e inteligencia.
Me sorprende que no se bajé corriendo, ni huya de mí por más que no le haya dado razón para que lo haga. ¿Será que se siente cómoda con mi presencia? Ojalá.
- Deberías discutir con tú padre el precio de mis bocetos- me dice sacandome de mis pensamientos- No es que no confíe en tú manera de evaluar pero es algo exagerado... Me estas sobrevalorando- lo dice como sí se refiriera a algo más, a ella no a sus dibujos.
- Lo haré, sólo para que estés tranquila aún que sé que no te sobrevaloro - afirmó mirando sus ojos- Al contrario creo que te doy el valor que mereces.
Se queda en silencio mirándome y juraria que ella no quiere irse o eso anhelo pero ella tiene que cumplir con su trabajo.
- Debo irme, te escribo en estos días- asiento, se acerca para saludarme.
Nos quedamos unos segundos mirandonos frente a frente. Estoy a centímetros de ella, sintiendo como sí hace tiempo hubiera estado perdido y que recién ahora me encuentran. Esa sensación de salvación es la que siento cuando me mira.
- Adiós, Evan. Nos hablamos- termina de romper la distancia entre nosotros para besar mi mejilla y salir del coche.
Veo como cierra la puerta para mirarme por última vez sonriendo e irse. Se fue de nuevo. Saber que es por menos cantidad de tiempo es lo que me tiene contento. Ella me ha invitado, ella quiere que la acompañe, quiere verme de nuevo aunque sea insoportable. Sonrio como un imbécil ante mi pensamiento para salir del lugar donde me estacione despacio. Dejando por el momento atrás a la mujer de ojos salvadores.

Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora