XIV

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El despertador comienza a sonar en mi mesa de luz, por lo que abro mis ojos para estirar mi brazo y apagarlo. Suspiro para meter mi cabeza debajo de la almohada. Maldición, necesito dormir un rato más pero no puedo hacerlo. Hoy además de ver a Lena tengo que entrenar y conversar con Sam con respecto al viaje a Estados Unidos a fin de año. Volteó en la cama disfrutando de la soledad, ya han quedado casi borrados de mi mente la manera en que despertaba antes. No se, en que pensaba el día que decidí aceptar casarme con Ruth, es decir, siempre fuimos tan distintos al punto de no coincidir en otra cosa que no fuera en la cama.
Mi celular, comienza a sonar sobre mi mesa de luz por lo que estiro mi brazo para tomarlo y veo que la llamada entrante de es Paul.
- desbloqueo la pantalla para contestar deslizando mi dedo en la pantalla- Lenizado, tanto tiempo- me dice con clara diversión en su voz.
- Sonrio al escuchar el apodo- Creí que ya habían olvidado el apodo- digo con cierta sorpresa.
- Jamás, para esto he estado y estaré siempre- me dice mientras que escucho la voz de su hijo detrás-
- ¿Fastidiarme?- consultó para sacar la sabana de encima de mi cuerpo y deslizarme fuera de la cama.
- Exacto, además de desafiarte siempre- dice riendo.
- Mandale saludos al campion que tenes ahí- digo escuchando que está cantando detrás de el.
- Lo ha escuchado- me dice Paul para agregar- nos acompañara hoy en el entrenamiento.
- Genial, ese será el motivo para ir hoy entonces- digo riéndome al escucharlo festejar.
- Era hora que dejaras de simular lo bien que te caigo- dice Paul con fingido dolor.
- No te pongas celoso- ingreso al baño- siempre seremos tú y yo.
- Deja de decir esas cosas que después el niño repite- me dice retandome como sí fuera mi padre.
Esa es otra de sus capacidades además de fastidiarme y desafiarme.
- Okey, padre número dos no te sulfures- digo con una sonrisa en el rostro- En media hora estoy por ahí.
- Dale, te esperamos aquí hijo número dos- dice burlandose.para luego colgar.
Niego con mi cabeza para abrir el agua y lavarme la cara. Tengo que apurarme, sí realmente pretendo llegar en media hora. Salgo para abrir mi placard, comienzo a buscar mis joggings negros y una musculosa del mismo color, también tomo una campera y mi gorra. No tardó demasiado en cambiarme, pero sí en encontrar mis zapatillas para correr que están al fondo de mi placard. Y no se realmente por que las he puesto ahí.
Ni siquiera alcanzó a desayunar por lo que me llevó un yogurt y una manzana para comer en el camino. Salgo de mi apartamento para tomar el ascensor, mientras que revisó mis bolsillos con una mano. Celular, sí. Llaves, sí. Billetera, sí. Listo, tengo todo lo que necesito por lo que comienzo a comer la manzana mientras que espero que llegué el ascensor.
En cuanto llega y se abren las puertas veo que mi peor castigo aparece al frente de mis ojos. Ruth, después de semanas me ve y sonríe con demasiada satisfacción. Maldición, es su cara de "no me perderas de vista tan fácilmente", a su lado izquierdo está una amiga de ella, que ahora mismo no recuerdo su nombre.
- Evan- dice Ruth haciendo su pelo hacia atrás- tanto tiempo.
- Hola- la miro a ella y a su amiga- ¿Van a subir o bajar?
Consultó directamente, es que cree que soy idiota o que.
- ¿Por que me hablas así?- dice como una niña en pleno ataque de crisis.
- miro a su amiga para decir- ¿Bajaran del ascensor o debo tomar las escaleras?
Su amiga abre sus ojos con exageración por mi tono de voz brusco. Lo que hace que salga empujando a Ruth fuera del ascensor permitiendo que pueda subir y presionar el botón para bajar.
- ¿Ya estas con otra es eso no?- me dice antes de que las puertas se cierren.
- ¡No es asunto tuyo! - grito para que realmente me escuche.
Maldición, que mujer tan jodida. Sí hubiera sabido que era así jamás me fijaria en ella.
Doy otro mordizco a la manzana para intentar calmarme y manejar mi creciente mal genio. Esto es lo que ella quiere, por lo que no dejare que consiga ponerme así, por el simple hecho de ser tan jodida como para aparecer de nuevo.
Bajo en el estacionamiento, para tirar el resto de la manzana en un tacho de basura. Y abrir el yogurt bebible para tomarlo, camino hacia el auto y le quitó la alarma para subirme. Una vez que estoy dentro, enciendo el coche me pongo el cinturón de seguridad y enciendo la radio para salir de aquí. Agradezco el poco transito que hay hoy, esto es algún milagro del cielo que quiere que llegué en punto. Al fin, los astros se ponen a mi favor.
Tardó quince minutos en llegar y otros cinco en buscar estacionamiento. Entreno en la costanera de Puerto Madero, por que es el mejor lugar para mi aunque Paul, a veces, reniegue del frío. Bajo del auto y lo veo a lo lejos, corriendo a Matt que va de un lado al otro escapandose de él mientras que se ríe. Ese niño es adorable, tiene una magia increíble que lo hace especial. Me acerco a ellos caminando despacio, intentando pasar desapercibido pero pierdo en el intentó.
- Evan- dice Matt con algo de dificultad para correr hacia mi.
Cuando llega me abraza muy fuerte y me agacho para besar su mejilla.
- Matt, ¿como has estado campeón?- le consultó para chocar los cinco con él.
- Bien- me sonríe con una preciosa sonrisa de un niño de siete años- ¿Tú?
- le acaricio el pelo castaño para contestarle- Bien, dime tú padre ha estado molestandote- le digo cómplice el asiente riendo.
Adoro a este niño.
- Deja de andar diciéndole cosas a mi pequeño- me dice Paul señalandome.
- No te violentes, aquí con este pequeño campeón estamos conversando- digo para levantar a Matt y ponerlo encima de mis hombros.
Siempre que lo veo, paseamos de está forma mientras que Paul me sigue y comienza a decirme lo que tengo que hacer hoy. Matt coloca unos conos color naranja en el medio de una vereda y Paul comienza a darme indicaciones.
- Vas a zizagear entre los conos y luego vas a venir corriendo hacia aquí- me dice para sentarse en el pasto- te tomaré el tiempo, hazlo unas diez veces- me aclara para que no me exceda.
Me quitó la campera para dársela a Matt quién va y se sienta al lado del padre. Me pongo en frente de los conos y comienzo a trotar haciendo zigzag entre cada uno, para luego correr de vuelta.
Veo cada vez que corro como Matt me alienta y grita que voy bien mientras que su padre se ríe por la reacción de su niño. Sí hay algo que Paul hace bien es ser padre, ama a su niño y nada me ha parecido más real, que la manera en que lo mira.
Doy las diez vueltas para sentarme sobre el pasto, Paul me lanza una botella de agua, al ver que claramente me olvide de traer una y Matt se acerca para darme una toalla.
- Lo has hecho bien- me dice para sonreír.
- Gracias pequeño- le digo para tomar un sorbo de agua.
Siempre hay que ingerir poca cantidad al comienzo y sí es posible, no debe estar muy fría, ya que, por lo que he leído puede hacer mal al corazón.
- Ahora haremos un poco de pesas, abdominales y eso- me dice para ponerse de pie- ¿Matt me alcanzas los conos?
El niño se pone de pie inmediatamente para comenzar a juntarlos poniendo uno dentro del otro. Seco el sudor de mi cara para dejar la toalla a un lado junto con la botella de agua. Paul me alcanza unas pesas de treinta kilos cada una para que comience hacer los ejercicios básicos.
- Hazme tres tandas de veinte, sí no dos de treinta- me dice para sostener una bolsa mientras que Matt pone los conos dentro.
Término la tarde de entrenamiento merendando con Matt y Paul al lado del río. He comprado unas facturas además de unas chocolatadas. Estamos sentados en un banco de madera mientras que tomamos las chocolatadas.
- Está rico- dice Matt mirando a su padre para comer un trozo de su factura.
- ¿Viste hijo? A veces Evan tiene buenas ideas- dice burlandose mientras que toma de su chocolatada.
- Siempre las tiene- le dice defendiendome haciendo que el se sorprenda.
- Bien dicho pequeño- río divertido para señalar a Paul que está en shock aún viendo que su hijo me ha defendido.
- Aquí tú padre soy yo eh - le dice haciendo que Matt ría para luego abrazarlo y ahí se termina la discusión.
Siempre termina igual con él abrazando a su padre para hacerle entender que sólo lo pelea.

Salgo casi corriendo de la merienda para llegar a mi apartamento cambiarme y volver a salir. He decidido vestirme lo suficientemente bien para ir a la reunión y de ahí, buscar a Lena en su departamento. Llevó unos pantalones azules oscuros algo achupinados, una camisa blanca y un saco saco negro que va con mis zapatos. Mi madre y pequeña hermana, estarían orgullosas de mi, sí vieran lo bien que me he vestido.
Por algún otro tipo de milagro consigo llegar cinco minutos antes a la oficina de Sam y lo veo, como conversa por teléfono con algún empresario, por que tiene esa cara de "Deberás esforzarte sí lo quieres de sponsor" Golpeó la puerta y veo como le hace señas a Marizza su secretaría, la que un poco más se cae al casi correr a abrirme. Dios, ¿por que tiene que ser tan obvia? Me molesta las mujeres que creen que no nos damos cuenta los que les sucede cuando nos ven. Ni que fuéramos imbeciles, en realidad, podemos serlo en muchas cosas pero en esto no.
- Hola Evan- hace su cabellera rubia hacia atrás mientras que pestanea con exageración.
- Marizza- ingreso en cuanto me da un lugar, cierra la puerta para quedarse viéndome.
- ¿Quieres un café?
- No gracias, ya he merendado- veo a Sam hacerme señas desde el final del pasillo para que pase- Gracias, y permiso.
Le digo para pasar por su lado derecho, para caminar por un pasillo pequeño e ingresar a la oficina.
- No puedo creer lo puntual que has llegado- dice Sam para saludarme.
- No puedo creer lo peinado que estas- le digo con ironía para verlo sonreír.
Está es la sutil manera de demostrarnos cariño.
- ¿Estas mejor del golpe?- señala mi comisura derecha, asiento lentamente- Buenísimo, por que el niño Dobrev tiene unas secuelas- me muestra su celular con unas fotos de él con su ceja cortada aún.
- Aún sigo pensando que lo merecí- digo orgulloso de mi mismo.
- Aún sigo pensando que debería haberte matado pero tienes razón...- dice para apoyarse hacia atrás en su asiento- El manager decidío que no levantarán cargos, por que sabe que el niño provocó la situación con su comentario de mierda.
- Eso es bueno, por que sería bastante humillante para la familia Dobrev saber lo que su hijo bien, ha dicho -Sam asiente lentamente concordando conmigo- ¿Has visto los diseños que te envié?
- Oh sí, mierda son increíbles- me dice asombrado- ¿Quién los ha diseñado?
Me quedó callado pensando sí debería comentar o no, que lo ha hecho Lena.
- Te lo diré pero jurame - lo señaló- que no dirás nada, ni empezaras a indagar.
- Lo juro- me dice para fruncir su ceño-
- Los ha hecho Lena- digo con mis ojos cerrados para abrirlos y ver en su rostro la misma cara que han puesto mis padres- Quiero saber, sí puedes conseguir alguna diseñadora de moda, que lo haga realidad.
- ¿Lena es... Esa mujer que te tiene como muy desenchufado de todo?- lo fulmino con mi mirada.
- He dicho que no indagues- lo señaló con mi dedo acusador- así que no contestare eso.
- Okey, niño me hago el misterioso de golpe- dice alzando sus manos como sí se rindiera.
Golpean la puerta en ese instante, por lo que se que han llegado el resto del equipo y que ahora sí formalmente estamos en reunión. Pasamos alrededor de dos horas hablando de cada detalle, desde los vuelos hasta los hoteles. Sam es tan malditamente perfeccionista que logra agotar mi mente con sus preguntas sobre: el lugar, la cantidad de estrellas, sí tiene o no gimnasio cerrado, sí es seguro y cuando pasamos a hablar de cuestiones técnicas como las motos. En ese instante, es cuando está más callado y el que habla es Rocky. Sólo meto bocado cuando preguntan lo que opino o pienso, con llevar determinada moto o no. Vemos la pista por vídeos para ver la longitud, la cantidad de tiempo que se demora en recorrerla y la velocidad. Es mucho más grande que la de Brasil, lo que va requerir que comience a entrenar mucho más.
Finalizamos la larga reunión a las ocho y media de la noche, por lo que me apresuró a saludarlos por que tengo que ser puntual. Está vez no puedo permitirme llegar un minuto o dos tarde, quedaría mal y realmente no quiero hacerlo. Desaparezco de la oficina, en el momento en que ellos empiezan a hablar del nuevo diseño y de quién ha hecho los bocetos. Me despido rápidamente logrando safar de las preguntas para salir y trotar hasta mi auto.
No tardó demasiado en salir del lugar en donde lo estacione directo al departamento de Lena. Sonrio, estoy algo nervioso y ansioso a la vez como sí fuera a encontrarme por primera vez con una mujer. Me siento todo un adolescente cuando se me cruzan por la mente este tipo de pensamientos.
Aprovechó en uno de los semáforos para tomar mi celular para escribirle a Lena.
"Estoy yendo hacia allí. Te aviso cuando este abajo. Espero no confundirme de edificio"
Le doy a la tecla enviar, lo dejó sobre el asiento del acompañante para encender la radio y continuar mi camino hacia allí. Tarareo las canciones que suenan en la radio, para intentar calmar mis nervios de alguna manera. Mi celular vibra en el asiento y se ilumina, ya estoy sonriendo nuevamente como un idiota. Ruego, llegar al próximo semáforo con la mayor velocidad posible y en cuanto lo hago, estiro mi brazo para tomar el teléfono. Lo desbloqueo para abrir el whatsapp, tengo dos whatsapp uno de mi madre y otro de Lena. Abro el de Lena
"Sí se te complica encontrarlo deberás esperarme hasta que bajé y sí no, deberás hacerlo igual. Ya sabes los hombres siempre tienen que esperarnos"
Leo el mensaje alrededor de dos veces, no alcanzó a contestar por que el tráfico comienza a moverse así que debo dejarlo sobre el asiento. Sonrio, repensando su mensaje, quedándome con la última frase: "Los hombres siempre tienen que esperarnos" sí eres quién creo, te responderia que te espere por años pero aún no lo se y no quiero arruinar la posibilidad de conocerla pensando que puede llegar a ser otra. Tardó alrededor de quince minutos en llegar, estaciono al frente de lo que creo que es su edificio y tomo mi celular para enviar un audio.
"Lena estoy abajo, o eso creo. Te espero"
Envió el audio, miro la pantalla esperando que le llegué para apagar el auto y buscar algún cd no infantil para poner. Busco en la guantera, hasta que encuentro el cd de Las pastillas del abuelo y comienzo a escucharlos cantar.
Mi celular se ilumina, alumbrado la oscuridad del coche para hacer que lo tomé y me sorprenda ver que me envió un audio en respuesta, tocó para escuchar.
"Has llegado antes así que deberás esperarme aunque sea cinco minutos. Estoy intentando manejar mi pelo"
¿Manejar su pelo? Eso debe ser que está haciéndose algún peinado. Ojalá sea de esos que le despejan su cara, me gusta poder ver sus ojos cuando hablamos como en la cena.
¿Que tendrá puesto? La pregunta aborda mi mente y no sale de allí. No dejó de pensar que un vestido de esos que se usan ahora, le quedaría perfectos. Tiene piernas largas debería mostrarlas más. Estoy mirando hacia la entrada del edificio y en ese momento, la vi.
Alzó mis cejas por que está bellísima. Lo es pero hoy se ve increíble, tal como en la cena del otro día.
Lleva un vestido negro, su falda es suelta y la parte de arriba es ajustada. Le queda un poco más arriba de sus rodillas, lleva unos zapatos negros y un saco rojo que combina con sus labios. Su pelo está suelto pero tiene dos trenzas a cada costado que despejan su rostro.Abro y cierro mis ojos para comprobar que estoy viendo bien.
Dios santo, la emoción toma el control de mi cuerpo logrando que mi corazón lata tan fuerte que creo que se saldrá de mi pecho. Acomodó mi pelo, o algo así pasando una mano por el para luego bajarme, dar la vuelta al auto y abrirle la puerta. En cuanto se acerca me mira, sus ojos azules resaltan más con el rimel de sus pestañas y creo que en cada parpadeo se lleva una parte de mi. Sonríe ampliamente y se que le devuelvo la sonrisa, por lo que veo.

Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora