Ojala te enamores (Borrador)

XXIX

Si tuviera que definir como me siento, diría que el dolor de cabeza me está consumiendo pero es que he llorado lo suficiente para saber que puedo resistir el dolor y quizás amigarme con él. Es más, creo que es hora han pasado cuatro días desde que Lena me ha dejado y no he sabido más nada de ella. Hoy es exactamente el diez de Agosto, el dia que mi pequeña y amada hermana cumple un total de ocho años. Me resulta increíble que el tiempo haya pasado tan rápido, siento que solo hace días la veía caminar por primera vez, ponerse de pie y tocar todo lo que tenía a su paso. Ella se ha encargado de enderezar mi vida, porque se ha transformado en el centro esa precisa tarde-noche de Agosto en la que nació. Finalmente, se decidió a nacer después de haberla esperado tanto y hoy, cumple ocho años lo que hace que solo pueda notar como el tiempo vuela. Mi pequeña princesa ya tiene ocho años. Frunzo el ceño mientras que decido levantar las persianas de mi dormitorio porque se ve demasiado oscuro, luego camino hacia mi armario para tomar unos jeans oscuros, ropa interior, una camisa junto con zapatos y medias para meterme dentro del baño. Decido poner música hace mucho tiempo que no escucho nada más que mis propios pensamientos, suena algo de rock ingles en mi lista de spotify por lo que luego de quitarme el pantalón de pijama junto con el boxer ingreso a la ducha. Pretendo darme un largo baño mientras que pienso que puedo obsequiarle a Hollie, a pesar de que anoche me ha dicho que solo quiere que vaya y sea feliz. Ella sabe todo, sin siquiera haber cruzado una palabra sabe que no me encuentro bien al punto tal de que ni ha mencionado a Lena.

Tomo el champú para poner un poco en mi mano y comenzar a pasarlo por mi cabello. Estos días me he preguntado mucho sobre ella, como esta y que tal se siente. Si me extraña, o no. Si aún me quiere, o no. Debo admitir que esto no se me va con nada y pensar que alguna vez creí que se iría rápido como todo pero no es Lena, la causante de todas mis ilusiones y desilusiones. ¿Por qué algo que me ha hecho tanto bien ahora tiene que doler tanto? Suspiro para enjuagar mi cabello y tomar el gel para enjabonar mi cuerpo mientras que reflexiono. Se suponía que no debería sentirse tan mal pero se siente como un puñal en el centro del corazón, como que solo está allí interviniendo y doliendo a la vez. Hace presión cada vez que la pienso, la nombran o sueño que la veo. Por dios, he llegado hasta soñar que la veo y me pide disculpas que todo regresa a la normalidad. Pongo mis ojos en blanco mientras que empiezo a abstenerme de pensar y enjuagar mi cuerpo para salir de la ducha de una vez. Todavía debo pasar por alguna tienda y decidir que le comprare a Hollie. Por un instante, siento que va ser lo mejor que me pasara en estos días ir y verla sonreír mientras que está rodeada de gente que está enfocada solo en ella. A pesar de que jamás lo diga ama que en su día, que en su octava vuelta al sol ser el centro como en todos los festejos anteriores y los que vendrán. Es lo único que pide sin demasiada vuelta, que hoy, solo se haga todo para ella. Sonrío imaginando lo eufórica que estará y sobrepasada por todo. En ese instante la música de mi teléfono se corta sonando, para dejar que ingrese una llamada miro la pantalla y es mi queridísima madre.

- Cariño –me dice y me parece verla sonreír cuando lo dice- ¿Ya estas saliendo para aquí?

- Ma, no recién estoy saliendo de la ducha. ¿Sucede algo? –consulto para secar mi cuerpo y poner altavoz.

- Oh, no es solo que la pequeña niña que tienes como hermana está preguntando por ti desde que ha desayunado –me dice para reir bajito- y ya sabes lo loca que se pone cuando no vienes pronto.

- Dios, ya la imagino –realmente lo hago debe estar que camina por las paredes de nerviosismo- Es que he tenido unos días complicados –digo murmurando la última palabra- y aún tengo que pasar por algún sitio a comprarle algo. Sabes, recién se me ha ocurrido regalarle un libro –la idea solo ha abordado de golpe mi mente.