XV

3K 181 3
                                    

Corre una pequeña brisa, típica de una noche de invierno. Ella parpadea nerviosa creo que espera que diga algo pero me encuentro tan alucinado que sólo puedo mirarla.
- Hola- me dice para mirar hacia el edificio.
- Hola- me acerco y beso su mejilla para finalmente abrir la puerta y dejarla subir.
Cuando cierro su puerta me quedó unos segundos allí, de pie, convenciendo a mi mente y a mi de que esto realmente está pasando. Suspiro aliviado para caminar por el frente del auto, para luego subirme. La música sigue sonando mientras me siento en mi lugar, por lo que me encuentro mirando como tararea la canción antes de encender el auto. Al notar que la estoy mirando se queda en silencio.
- No me molesta que cantes- le digo sonriendo- Tú dirás, hacia donde vamos.
- Espera- abre la pequeña cartera negra que tiene sobre sus piernas para tomar su teléfono y buscar la dirección- ¿Conoces el bar Congo?
- Emm- me quedó pensando unos segundos- sí se donde es. He ido algunas veces- ella me observa intentando simular una sonrisa.
¿Que es lo que le causa tanta gracia?
- ¿Que es lo que te resulta tan divertido?- le consultó para verla mirarse los pies.
- Tú, que te haces el- hace comillas- "creo que conozco tal lugar" cuando debes haber sido un fiestero empedernido-dice con total sinceridad.
Me quedó unos segundos callado pensando en lo que acaba de decir de una manera tan... frontal. Está mujer es una caja de pandora.
- Es que no he ido seguido allí, sí he visitado otros lugares- digo viendo de reojo que me está mirando divertida.
- ¿Visitado?- me dice con una sonrisa en la cara.
- Sí, visitado algún que otro jueves o fin de semana- admito, en mis peores épocas esas en las que era amigo de la fiesta salía bastante seguido.
- Bueno, por lo poco que has visitado Congo ¿Te ha gustado?- me consulta, siento que su voz se vuelve rara como sí estuviese preocupada.
- Es un lindo lugar, relajado y con buen ambiente- digo por lo poco que recuerdo- Quédate tranquila, vas a encajar perfectamente.
- Es que no soy de salir mucho- me confiesa en un murmullo para mirar por la ventana.
- Bueno, has empezado o Linda ha hecho- me corrijo- que empieces por un buen lugar- le digo de forma alentadora.
Suspira con algo de alivio. En cada semáforo, en donde me toca detenerme me dedico a mirarla. Ella no lo nota o eso creo, por que está demasiado pérdida viendo la ciudad toda iluminada. Su perfil es bellísimo, lo he dicho antes pero es tan perfecta que me tiene alucinado. La manera en que sus pestañas caen acariciando sus mejillas cada vez que parpadea. La forma de sus labios, tiene la boca delineada, sus labios son gruesos y el rojo sólo hace que no pueda dejar de mirarlos.
Arrancó en el momento en que el semáforo cambia para continuar mi camino. Quince minutos después estamos buscando un sitio en donde estacionar, estamos llegando a tiempo lo que hace que no estemos tan preocupados. Ella se ve un poco más relajada lo que provoca que me tomé con calma esto.
- Allí hay lugar- me dice señalando un sitio entre dos autos.
Colocó el coche un poco más adelante para maniobrar, lo hago bastante rapido por que siempre he sido obsesivo con la manera en que estaciono. Se supone que siempre son un máximo de tres maniobras, por lo que he practicado tanto que lo se hacer cada vez mejor. Cuando término apagó el auto y me apresuró a salir para abrir su puerta, creo que esto sólo lo he hecho con mi madre y hermana pequeña.
- Gracias- me dice mirándome, me quedó unos segundos mirandola para cerrar la puerta detrás de ella y poner la alarma del auto.
- ¿Vamos?- le consultó poniendo mi brazo para que se agarré de él.
Jamás en mi vida hice algo más cursi que esto.
- Sí- pone su brazo entre el mío para comenzar a caminar hacia el bar.
Estamos a la vuelta por lo que ella antes de ingresar le envía un whatsapp a su amiga. La miro está algo nerviosa mirando su teléfono, veo que saca un espejo pequeño de su bolso y se mira para arreglar su pelo.
- Estas preciosa- le digo en voz alta, sin poder creer que me atreví a decirlo así como así.
La veo mirarme con cierta ternura en sus ojos mientras que cierto rubor empieza a apoderarse de sus mejillas.
Está por decirme algo, lo se cuando la puerta del bar se abre y aparece Linda que la rodea inmediatamente con sus brazos. Sale Nathan a la vez, menos mal que ha venido no me sentire tan fuera de lugar con él aquí.
- Abandonador- me dice sonriendo para saludarme.
- Creo que eso es al revés- comentó haciéndolo reír.
Linda la mira sonriendo a Lena mientras que ella se sonroja. ¿Me he perdido de algo? Linda voltea y me saluda con mucha simpatía, creo que definitivamente le caigo bien.
- Evan, que bueno es verte por aquí- me dice sonriendo.
- Lo mismo digo- dice Nathan sumandose.
Lena pasa su mano por su pelo, como sí se sintiera algo incómoda y como no quiero que eso suceda hablo.
- Gracias, me alegro de verlos - digo sonriendo con sinceridad para agregar- ¿Entramos?- consultó los veo asentir para guiarnos dentro del lugar.
Mantengo la puerta abierta para que Lena pase antes, lo hago por que en el fondo no soy un cretino como muchas creeran y por que creo que no hay nada mejor que verla caminar delante de mi. No puedo evitar mirarla de pies a cabeza, perdiendome en el movimiento de su cadera.
En cuanto llegamos a la mesa veo que hay mucha más gente de la que creí. Linda comienza a presentarlos y mis ojos se quedan fijos en un sujeto que literalmente está comiéndose a Lena con los ojos.
Un bastardo a la vista.
Lena saluda a todos, que parecen conocerla pero ella no es demasiado sociable con todos por lo que elige sentarse al lado de Linda y yo me siento del otro lado. Somos un total de diez personas, demasiada gente desconocida en un lugar.
- ¿Te ayudó?- le digo a Lena que está luchando con su saco.
- Me mira por unos segundos para darse la vuelta- Gracias.
Me dice, ella toma su pelo para que no se enrriede con el saco, se lo saco de los hombros notado lo suave que es su piel con un sólo roce. Saco una manga y luego la otra para dárselo en cuanto voltea de nuevo.
- Toma- ella lo pone sobre sus piernas para sonreirme.
- ¿Quieres tomar algo?- le consultó mientras miro el menú de tragos.
- No soy amiga del alcohol- me dice, cierto me lo ha dicho antes.
- ¿No quieres ni agua?
- Eso sí- asiento para recordar que quiere eso.
- Ella se apoya contra mi para mirar el menú- ¿Pasta? - le consultó girando mi cara para encontrarme con la suya a centímetros.
Que preciosa se ve así, tan de cerca donde sólo veo salvajes ojos azules con mezcla de negro en el centro.
- Sí- me sonríe dulcemente para parpadear y vuelvo a sentir que estoy perdido.
Ella señala el menu para consultar que tiene esa salsa pero nadie sabe explicarle bien, estoy por comentar por que lo se pero el bastardo te como con la mirada empieza a decirle.
- Son como dos salsas juntas y creo que tiene crema- le dice de una forma repulsiva y lasiva.
- Te conviene la salsa blanca, queda bien con ese tipo de pasta- le digo consiguiendo que ella me mire.
- ¿Eres experto en pasta?- dice de una manera burlona el imbécil de turno.
- Es lo que mejor se cocinar- Linda me mira sorprendida- ¿Que pasa? La cocina no es algo únicamente de mujeres.
- Okey, Lena estas salvada de por vida- dice Linda guiñando un ojo Lena palidece en el lugar para después mirarme con vergüenza.
- ¿No sabes cocinar? - le consultó mientras que mis ojos pasan a mirar sus labios.
- No soy tan buena, digamos que lo mío es más la limpieza- dice con algo de vergüenza.
- Se complementan esto es increíble...- dice Linda para tomar del vaso de fernet de Nathan.
Lena voltea para fulminarla con su mirada y a la vez, le ruega que se calle por que esta conversacion la está poniendo incómoda.
Me resulta genial que su mejor amiga considere que somos compatibles mientras que el idiota nos observa.
- Entonces, deberíamos cenar alguna vez y yo cocino- le digo ya sin notar al resto que sólo nos mira como sí fuéramos animales expuestos en un zoológico.
- ¿Me estas invitando?- me dice sonriendome con algo de timidez.
Y aunque sonria así con algo de vergüenza, siento que en el fondo está coqueteando conmigo.
- Así es- digo perdiendome en sus ojos azules como sí me hubiera hundido en el centro del mar.
En ese instante viene la mesera del lugar, logrando que el imbécil de la mesa pose por unos segundos sus ojos en ella y deje a Lena en paz. Cuando es mi turno, decido ordenar por Lena y por mi.
- Te pido dos botellas de agua - digo para verla mirarme- para ella unos fetuccini con salsa blanca y pollo- tengo buena memoria cuando quiero- para mi unos fetuccini con salsa rosa.
La chica toma nota en su libreta para pasar a tomar el pedido de Linda y Nathan. La miro a Lena y veo que se recuesta contra el respaldo del asiento.
- ¿Estas cansada?- le consultó para no dejar de hablar con ella.
- Un poco, trabaje a la mañana y curse a la tarde. Eso me cansa bastante ya para este día de la semana- me dice con sinceridad mientras que mueve sus manos en su regazo-¿Tú que has hecho?
Que me repregunte me inspira la esperanza de creer que quiere saber realmente que he hecho hoy.
- Entrene a la tarde con Paul y su hijo- digo para luego aclarar- Paul es mi amigo y entrenador. A la tarde noche estuve con mi manager, amigo y relacionista público que se llama Sam. Por cierto, a él le ha encantado también los diseños nuevos- le digo viendo que se sorprende como aquella vez que me los enseñó por primera vez.
- ¿Sí? - asiento lentamente- Que bueno- me sonríe con sincera sorpresa.
- La verdad que nunca habían visto diseños así- le digo viendo como me mira atentamente.
- No es para tanto- me dice con mucha modestia.
- Tú, por que no has visto la cara de mi padre- digo señalandola para sonreír.
- Tienes que contarme de la empresa de tú padre, así me llevó ideas- me dice sin quitar sus ojos de mi.
Sonrio, es fantástico saber que recuerda lo que he dicho en un mensaje de whatsapp.
- Oh, claro- digo para acomodarme en el asiento- Es una larga historia ¿estas preparada para escucharme hablar, hablar y hablar?
- ¿Convertirte en el insoportable?- me dice logrando que ría gananadome la mirada del resto.
Creo que recién ahora, luego de varios segundos noto que no estamos solos, por lo que miro a el resto de los que se encuentran en la mesa para ver como vuelven a conversar entre ellos, menos el idiota este que continúa mirándola.
- Bueno- digo volviendo mi vista a ella y veo que se tapa con el saco por lo que frunzo mi ceño- ¿Sucede algo?- agregó en un murmullo para que nadie nos escuche.
- No, no- la doble negación es un SÍ tan grande que me obligó a ver que la incómoda y sí, es lo que creía- Cuéntame.
Estoy pensando seriamente sí actuar o no, necesito decir algo para que deje de mirarla así aunque se que no es asunto mío.
- Puedes dejar de mirarla- le digo al imbécil de turno.
- ¿Me hablas a mi?- dice haciéndose el sorprendido.
Por dios.
- Y sí, en está mesa no veo a ningún otro idiota- hago énfasis en la palabra- que no deja de mirarle el escote, al punto de lograr que se tape y se ponga incómoda- digo subiendo el tono de mi voz.
Siento la mirada del resto en mi, Lena me ruega con sus ojos azules que me calme pero eso no funciona, una vez que he presionado el acelerador nada me frena.
- No es mi culpa, que ella tenga lo que me gusta mirar- dice con gran autosuficiencia.
Pedazo de imbécil.
- Pero sí, será tú culpa que Evan te rompa la cara- dice Nathan interviniendo- sí no te vas ya mismo. Además, yo he notado lo mismo Juan, ya deja en paz a Lena.
Todos los que estamos en la mesa nos hemos quedado en silencio, somos interrumpidos por la mesera que empieza a dejar la comida que ha pedido cada uno en el lugar. Mis ojos siguen puestos en el y le estoy diciendo sin hablar, fuerte y claro que se largué de aquí.
- Largate- dice Linda fulminandolo con su mirada- vete con tú mirada de baboso a otro sitio maldito- agrega mordaz.
- ¿Lo dices en serio?- le consulta
- ¿A ti te parece que alguno de nosotros bromea?- le consultó para poner mis codos sobre la mesa y apoyar mi cara en mis manos.
- Ni modo, ni siquiera me pareces tan atractiva- dice logrando que me ponga de pie provocando que Nathan también se ponga de pie.
Veo como toma su saco y se va por el mismo lugar por el que vino. Me quedó unos segundos de pie, como sí necesitará comprobar que realmente se ha ido. Maldito, hijo de puta.
- ¿Podemos cenar?- dice una de las amigas de Linda.
Todos asentimos, me siento en mi lugar para comenzar a probar la pasta que está deliciosa. Volteó mi cara aparato ver a Lena comer un poco de sus fideos, y siento culpa por que creo que he provocado que se sienta peor.
- Lena- digo llamando su atención, ella me mira con sus ojos más oscuros que nunca- lo siento, no quería ponerme así pero no tolero que haya logrado ponerte incómoda.
Veo como parpadea nerviosa y con mucha sorpresa. ¿Eso es bueno?
- Está todo bien- me dice para encogerse de hombros- Gracias por notar que realmente me estaba incomodando.
Asiento para sonreírle y continuar cenando el resto de la mesa conversa con naturalidad mientras que tanto ella como yo estamos en silencio. Odio que sea así, por que antes estábamos hablando tanto y ahora nada.
- Deberías haberme dicho que Juan te incomodaba- le dice Linda regañandola- así no me gastaba en invitarlo aunque jamás me cayó del todo- admite logrando que Lena se relaje.
No puede ser que se sienta culpable por que ese estúpido le caiga mal, cuando ya con verlo bastaba para que eso suceda.
- A mí tampoco me caía muy bien- dice una de las chicas que se encentra sentada al lado de su novio o marido.
Lena la mira para sonreír con sutileza agradeciendo que todas concuerden con ella.
Terminamos de cenar, pedimos un postre para cada uno y ella continúa en silencio. Dios, comienzo a creer que no debería haber dicho nada. Suspiro, viendo que Nathan me mira y guiña un ojo. ¿Que le sucede a este? Es que acaso no ve lo mundialmente ignorado que estoy siendo en este instante.
- Lena- dice Linda llamando su atención- ¿Puede llevarte Evan a tú casa?
Lena france su ceño, no entiende por que le consulta a ella sí yo estoy sentado a su lado. Ella voltea y me mira, no habla pero se que me está preguntando lo mismo sin decir una palabra.
- Sí, la alcanzó no tengo problema- le digoa Linda ella asiente sonriendo.
Pasan alrededor de una hora más cuando comienzan a mover las mesas de lugar y a prender muchas luces de distintos colores. Finalmente se está generando el ambiente de un boliche pero creo que la mujer que me acompaña no está muy animada o por que no le gusta bailar, o quizás no sea lo suyo. Todos comienzan a pararse para ir a bailar mientras que yo me quedó a su lado sentado en silencio.
- ¿No vas a bailar?- me consulta acercándose a mi oído por que sí no, no la hubiera escuchado.
- ¿Tú lo harás?- niega con su cabeza con rapidez- ¿No te gusta?
- No es lo mío- me dice mirándome.
Desde está distancia, sus ojos se ven mucho más azules con matices negros en su interior como si fuera una galaxia. La galaxia de Lena donde todo es brillo azulado y oscuridad.
- ¿Quieres que te enseñe?- le consultó viendo su reacción, niega con su cabeza- Okey.
Quizás no sea la mejor noche para ella, he logrado que se pusiera mucho más vergonzosa de lo que ya es sólo por dejarme llevar por mi arrebató de "Déjala en paz imbécil" suele sucederme a veces pero creo que jamás he sido más observado después de eso.
La miro y veo que se le cierran sus ojos. Está agotada, y yo sugiriendo que bailemos. Me acerco a su oído despacio, para hablarle mientras que su perfume invade mis fosas nasales dejándome renovado.
- ¿Quieres que vayamos?- me alejo un poco para mirarla, voltea mirándome y las luces cambian en su rostro dejándome ver lo bella que es en cualquier color.
- Emm...- mira a la pista y luego a mi- ¿Te molesta que nos vayamos tan temprano?- niego con mi cabeza- Bueno...
La ayudó a ponerse su saco para luego colocarme el mío, nos ponemos de pie y decido acercarme a Nathan para decirle que nos iremos, Lena me espera en un costado.
- La llevare a Lena a su apartamento- Nathan asiente sorprendido- está agotada.
- Okey, le diré- me grita por encima de la música señalando a Linda la cual se encuentra en su propio mundo sacudiendo su cuerpo.
Asiento para girar sobre mis pies e ir con Lena hacia la salida entre la multitud. Pasó delante para abrirle camino mientras que entrelazo mi mano con la de ella. Inmediatamente siento una conexión especial, profunda entre el roce de su piel y la mía. Su mano es pequeña, cálida y suave. Dios, mi corazón se desboca dentro de mi pecho.
Abro la puerta con mi mano libre para dejarla pasar delante de mi pero no suelto su mano. Caminamos hasta mi coche en silencio, no dejó de preguntarme que es lo que está pasando por la mente de ella en este instante. ¿Habrá sentido lo mismo? Esa especie de tirón interno, de conexión pero no es una simple atracción, no es algo que allá sentido antes. Llegamos a mi auto y le quitó la alarma para luego abrir la puerta permitiendo que ella ingrese primero, sólo allí suelto su mano. Ella me mira con un brillo especial en sus ojos, se ven luminosos no oscuros ni apagados como hace unos minutos atrás.
Camino alrededor del auto para subirme del otro lado y sentarme. Me pongo el cinturón de seguridad, prendo la radio y espero que ella se coloque el suyo para luego irnos de allí. Ella canta bajito, el tema que suena es de Ed Sheeran y se llama "Cold Coffee", lo se porque mi hermana pequeña recientemente está teniendo un amorio por el pelirrojo y me hace escucharlo todo el tiempo.
Arribo mucho más rápido de lo que creí a su apartamento, ella me mira por lo que me obligó a observarla una vez más. Su pelo cae a los costados de sus hombros de forma natural, sigue teniendo su carita despejada pestanea por que la veo en silencio.
- Al final Juan- dice su nombre con cierto desprecio- logró que no conversaramos de la compañía de tú padre.
- Es verdad - le sonrio- puedo comentarte por whatsapp o algún otro día. Aún tengo que pagarte los diseños...
- Es preferible que lo pagues cuando los tengas hechos en tela- me dice haciendo que sienta que nuevamente coquetea conmigo pero no estoy seguro- ¿Has conseguido alguien que los haga?
Ella es bastante misteriosa por eso nunca estaré seguro.
- No aún, Sam se ocupara de eso o mi madre- le digo viendo que me sonríe.
- Bueno, te veo o hablamos - me dice para tomar su cartera y sacar ese aparato que aún no he averiguado que es.
Mira hacia fuera de su edificio, como lo ha hecho cada vez que la dejó pero está vez se acerca lo suficiente al vidrio como sí necesitará ver quién es el sujeto que está allí parado mirando todo el lugar. Está desarreglado, y es algo alto, su cabello es oscuro y tiene barba. Cuando se da vuelta la veo a Lena precipitarse hacia abajo en el asiento. ¿Que está sucediendo?
Veo como comienza a temblar, a alterarse y a tartamudear.
- Evan, sacame de aquí- me ruega con sus ojos llenos de pánico.
Ella me mira al ver que no estoy reaccionando.
- Por favor- me dice mientras que sus ojos se llenan de lágrimas.
Realmente está asustada, mierda simplemente enciendo el auto y me largo de allí. Por que jamás en mi vida dejare que le suceda algo. Lo que sea que ese tipo ha hecho, no me interesa saber qué. Por que en este instante eso no interesa, lo que importa es alejarla de aquí para que deje de llorar y temblar como sí estuviera al frente de su más intenso temor.



Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora