IV

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El camino hacia la casa de mis padres es mucho más tranquilo de lo que creí que sería posible. Me encuentro algo perdido, deambulo en mis pensamientos sin poder continuar repasando el momento en que frene mi automóvil en la puerta de su edificio y como ella antes de irse beso mi mejilla, mientras sostenía con fuerza ese celular, viejo y extraño. Frunzo mi ceño. ¿Por qué sigo pensando en ella? ¿Por qué se ha convertido en lo único que pienso? Ni siquiera considero posible volver a cruzarla y mi mente, no deja de recordarme su cara, sus ojos azules, su pelo castaño y largo por debajo de los hombros. Su perfume, sus labios...Salgo abruptamente de mis recuerdos cuando mi celular comienza a sonar, lo tomo del asiento del acompañante mientras que me detengo en una de las esquinas, ya que el semáforo se encuentra en rojo. La llamada entrante es de Nathan, mierda ni siquiera recordaba que debía llamarlo. Apago la radio para contestar, mi mejor amigo me habla con su voz de recién me he despertado.

- Ey, tienes un amigo en esta ciudad de la furia- siempre tiene que invocar a Cerati cuando se refiere a Buenos Aires-

- Lo sé, lo siento- activo el alta voz para dejarlo lo suficientemente cerca para que me escuche- es que estuve con unos asuntos.

- ¿Asuntos?- dios, conozco esa voz de Nathan el curioso.

Me quedo en silencio unos segundos pensando cómo decirlo, aun que ni siquiera sé por qué lo hago. Nathan me conoce, él sabe que algo me sucede.

- ¿Tendra algo que ver la chica del restaurante?

Puse mis ojos en blanco, él siempre lo sabe.

- Digo esto porque, ya sabes anoche dijiste algo como "es ella" y con esa frase me hiciste pensar mucho, hasta que llegue a la conclusión que te réferis a esa chica que conociste hace un tiempo, unos cuantos años en realidad...

- Si- digo totalmente seguro interrumpiéndolo, en cuanto más repaso el momento más similitudes le encuentro con esa chica que no tenía nombre y ahora puedo decir que se llama Lena- pero no me estuve ocupando de eso.

- ¿Ah ya, entonces?

- Deje a Ruth, no me voy a casar- digo mirando el celular de reojo.

Soy tan imbécil, ni que él estuviera aquí observándome.

- ¿Qué?- se queda en silencio absoluto por unos segundos para agregar- ¿He escuchado bien?

- Sí.

- Oh dios, has dejado finalmente a la bruja, abusiva, acosadora e insoportable.

- Bueno, ya. Sí, eso es lo que ha sucedido hace unos minutos- digo consultando el reloj de la radio-

- ¿Y ahora en donde te encuentras?

- Pues, en el auto yendo a la casa de mis padres. Tengo que ya sabes llamar y cancelar todo. Además, de ir al primer partido de hockey de Hollie- digo sonriendo como el orgulloso hermano mayor que soy.

- Okey, entonces hoy no nos veremos pero antes de que huyas a Brasil debemos hacerlo y festejar a lo grande- comenta con entusiasmo- Mi dios, tengo que decirle a los demás esto no pasa todos los días.

- Suspiro- Diles pero que por favor no tiren ninguna frase, nada, en alguna red social para burlarse de Ruth. Ya sabes, ella estaba bastante sorprendida y ofendida, me grito algo de "Ojala te enamores" lo que me resulto bastante extraño.

- ¿Ojala te enamores? Mierda, le hubieras dicho lo hare pero de otra que no sea como tú.

No puedo evitarlo comienzo a reírme y Nathan hace lo mismo del otro lado de la línea. Al ver que comienzo a acercarme a la casa de mis padres, decido empezar a terminar la llamada.

Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora