XVIII

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   Han pasado tan sólo dos días de esa noche que pase en el mismo cuadrado que Lena y aunque creí que no la extrañaría, diría que lo hago pero quizás es un extrañar sabiendo que pronto la veré. Como sí ella fuera el océano y yo el horizonte que estamos a punto de unirnos al final pero sólo nos dedicamos a vernos de cerca por ahora.
   Estoy sentado en el parque he decidido salir a correr para descargar mi nivel de ansiedad por que he comenzado con las practicas nuevamente para el torneo en Estados Unidos. Me tiene ansioso y preocupado, nunca he competido allí. Además, de que es el lugar en donde se encuentran prácticamente los mejores corredores de motocicletas del mundo. Suspiro, mientras que veo el pequeño lago que hay en el rosal de Palermo. Tomo mi celular para volver a conectarme a spotify, me colocó los auriculares para empezar a escuchar música mientras que me pongo de pie y vuelvo a comenzar a correr. Los primeros cinco minutos troto para entrar en calor y a medida que voy pasando los kilómetros que espero, aumento mi velocidad. Por suerte, es un lindo día en este extraño Julio caluroso. El cambio climático es tan sorprendente y preocupante que es uno de los días de Julio más calurosos, cuando en teoría deberíamos estar congelados a causa del frío. Llevó mi buzó atado en la cintura por que este calor lograra derretirme. No he traído agua de nuevo, creo que sí Paul se entera me asesina pero no tiene por que suceder así que mantendré mi acto de rebeldía.
   Respiro y exhalo, sintiendo como los latidos de mi corazón se aceleran cada vez más. Mi mente comienza a recordar con claridad lo bien que le quedaba ese vestido, la forma en que tenía su pelo y su perfume. 

   Mierda.

   Mis amigos dirían que me encuentro en la etapa de pre enamoramiento aunque no se que es precisamente eso. Nunca me he sentido así, ni he recordado tan bien detalles de alguna otra mujer. ¿Que me está ocurriendo? Mi celular comienza a sonar en mi bolsillo por lo que el tema que sonaba se corta. Meto la mano en el bolsillo y sin mirar atiendo la llamada.

   - ¿Evan?- es ella.

   - El mismo - digo notando que sonríe sin sí quiera verla.

   Maldición Lena, me estas atrapando sin intentar.

   - Ya he terminado los diseños para tú padre- me informa mientras que camino dejando de correr- y estoy saliendo de la facultad. Quería saber sí quieres que te los lleve a tú apartamento o sí prefieres que nos veamos en otro sitio.

   ¿Desde cuando dejó que alguien tomé de está forma la iniciativa? Soy él hombre no puede ser que esto suceda.

   - En donde a ti te parezca- maldición, ¡Soy el hombre! me repite mi consciencia- Estoy en el lago de Palermo, tardare alrededor de veinte minutos en llegar a mi apartamento.

   - Está bien, estoy esperando el bus así que llegaré en cuarenta minutos aproximadamente- me aclara.

   Quiero preguntarle sí los trae por que quiere verme o sólo necesita el dinero y ya. Empujo ese pensamiento de mi mente para hablar.

   - ¿Has almorzado?- le consultó para comenzar a cruzar la calle en busca de mi auto.

   - No aún pero...

   - ¿Que quieres almorzar?- digo de con valentía para interrumpir.

   - Evan- dice como sí se quejara- no es necesario que me cocines puedo almorzar en otro sitio.

   - Vienes hasta mi apartamento, yo no he almorzado aún así que es lo mínimo que haré- le digo justificándome para sacar las llaves de mi otro bolsillo y quitarle la alarma al coche.

   - Creo que alguna vez debería invitarte yo- me dice siento un alivio y euforia en mi interior.

   - Cuando quieras- le digo para agregar- ¿Pasta?

Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora