XXVII

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Estamos dentro del ascensor del edificio en el cual vivo, ella tiene su cabeza apoyada en mi hombro mientras que rodea mi cintura con sus brazos. Acaricio su espalda a un ritmo lento y tortuoso. Ella levanta su cabeza para quedar frente a frente con mi rostro, sus ojos azules se ven increíblemente claros. No sé, si es por la hora o porque simplemente me atrae como el mismo demonio hacia el infierno pero la veo diferente con ese brillo naturalmente atractivo en sus ojos.

- ¿Sucede algo? – le consulto, ella alza una de sus cejas con curiosidad.

- ¿Debería suceder algo? –consulta respondiendo a mi pregunta con otra más inteligente.

Deberían suceder varias cosas, teniendo en cuenta lo cerca que nos encontramos.

- ¿Tú que crees? –digo en respuesta ella sonríe para hacer su pelo hacia atrás.

Esta seduciéndome y lo sabe.

- Creo muchas cosas en este momento –comenta parpadeando con coquetería.

El ascensor se detiene justo en mi piso cuando comienzo a caminar hacia ella, mientras que ella camina hacia atrás sonriendo con diversión. Estiro mis brazos para tomarla pero ella corre hasta la puerta de mi apartamento. Frunzo el ceño, para observarla con jocosidad. ¿Se supone que jugaremos?

Se encuentra recostada contra la pared al lado de la puerta y debo admitir que la vista es tan increíble como para causar un ataque al corazón, su pelo suelto cayendo sobre un costado, el vestido blanco como la nieve ajustándose a sus curvas. Maldición. Me acerco caminando a paso lento, ardiendo por dentro como si caminara sobre rocas en el centro de un volcán y sin quitar mis ojos de los suyos. Ella sonríe apenas sin quitar su mirada de la mía. Ni siquiera lo intenta pero se encuentra en este instante seduciéndome como toda una especialista.

- Deberíamos ingresar –digo para tomar las llaves de mi bolsillo derecho y abrir la puerta-

- Pensaba lo mismo- me paro a uno de los costados para dejarla pasar.

Veo como camina despacio dentro del interior de mi departamento para pasar el sillón y voltear a verme. Uau, es todo lo que puedo decir dentro de mi cabeza. Nunca he visto una belleza tan particular como la de ella, sus ojos y su forma de verme estarían a punto de acabarme.

Doy tan solo dos pasos para cerrar la puerta, la trabo y dejo en la mesa de entrada la llave junto con mi celular. Ella está allí, expectante, observando cada movimiento que hago. Me desprendo el saco para quitarlo y dejarlo sobre el respaldo del sillón. Cruza sus manos delante de su cuerpo mientras que ladea un poco la cabeza de costado para recorrerme con sus ojos. Aja, creo que está pensando exactamente lo mismo que yo en este instante. Paso mi mano derecha por el borde del sillón mientras me acerco sin quitar mi mirada de la suya.

- ¿Qué quieres hacer ahora?- me dice mientras que alza una de sus cejas y apoya sus manos en cada lado de mis hombros.

- En este instante solo tengo en mente dos ideas- digo acercándome para besar la punta de su nariz.

- ¿Qué cosas?- dice en un murmullo mientras que con mis manos acaricio su espalda desnuda.

- Quitarte este vestido, en principio-digo cerca de su oído viendo como toda la piel de su cuello.

- Oh- susurra bajito para bajar sus manos a mi camisa- creo que primero deberíamos deshacernos de tu camisa- beso su cuello sintiendo como se presiona contra mi cuerpo.

- ¿Quieres más?- consulto para correr su pelo hacia atrás y volver a besar su cuello, esta vez paso mi lengua para darle unos pequeños mordiscos en el camino.

Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora