IX

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Finalmente he regresado a mi queridisima ciudad de Buenos Aires. El aire es menos cálido y más frío pero es el tiempo ideal para mí. Mierda, sí que he extrañado toda está locura de la ciudad de la furia. Mis padres me han prometido que vendrían a buscarme junto con la pequeña versión de mí, la que debería estar en el colegio a está hora pero por está vez la dejarán faltar. En cuanto salgo por las puertas corredizas de Ezeiza escucho mi nombre seguido de mi sobrenombre. Miro hacia los lados, hasta que veo hacia arriba, me encuentro con Hollie moviendo su mano y saltando en el lugar para bajar seguida por mis padres. Pasó caminando con mi valija en la mano derecha y el bolso en la izquierda por el medio de la multitud, me quedó parado en el centro junto con el resto del equipo. Cuando escucho que dicen mi sobrenombre, volteó para ver a una pequeña con unos jeans y una camisa blanca con puntos negros correr hacia donde estoy.
- Van, Vann- me dice para saltar a rodeandome con sus brazos en cuanto me agacho.
Está preciosa como siempre y me sonríe ampliamente. Pasa sus pequeñas manos por mi cara, inspecciona la herida que tengo del lado derecho sobre la comisura de mis labios.
- ¿Te duele? - niego con mi cabeza- ¿El ha quedado peor no?- asiento lentamente y ella festeja aplaudiendo.
- Espero que no estés festejando lo que creo - dice mi madre observandola para luego dirigir sus ojos hacia mi- Te tendría que dar vergüenza Evan Hutt, - que diga mi nombre completo es sinónimo de sermón- estar peleando como un niño. ¿Dime para que te hemos enseñado a hablar?
- Ma, yo...
- ¿Tú?
- El lo merecía ha tratado de idiota a Matt- digo justificandome como un niño pequeño.
- Debes comportarte- me dice gritandome para luego abalanzarse sobre mi y abrazarme- es mi deber regañarte- susurra, aún tengo a Hollie rodeando mis piernas con los brazos.
Veo a mi padre detrás negando con su cabeza con diversión al ver que ninguna de las dos piensa soltarme.
- Okey, necesitaría que lo suelten así lo saludo - dice tosiendo a propósito.
- Hollie lo mira fruciendo el ceño- Sólo por unos segundos.
Sonrio con diversión mientras que mi mamá termina de soltarme para que mi padre pueda saludarme.
- Dime que ha quedado peor- dice sosteniendo mi cara para ver la herida- ¿Le has pegado mucho?
- Sí supieras lo que fue- dice Paul apareciendo para saludarlo- estarías más que orgulloso de este niño.
- Paul- dice mi mamá apretando sus dientes con enojo- puedes dejar de fomentar la violencia.
- ¿Es bueno con la derecha? -consulta mi padre en un intentó de susurro
- Pufff... - dice mi madre intentando no explotar- puedes dejar de hablar de la pelea.
- Sí, mi amor - dice mi padre automáticamente haciendo que riamos los tres a unísono.
- ¿Vamos?- me consulta mi madre- Hoy ha llamado Nathan- dice mirándome- me ha comentado que tienes una cita doble.
Maldito, hijo de puta le ha ido con la novedad a mi madre. Ella sonríe mirándome para que le cuente detalles.
- Esa fue idea de él, ni siquiera se quién es la mujer. Sólo se que es amiga de está niña, que le gusta a él- digo moviendo mis manos.
- ¿Tendrás novia nueva?- me dice Hollie tomando mi mano para entrelazarla con la suya- Espero que no sea una bruja, como... - veo que se calla de golpe mirando a mi madre, lo que produce automáticamente una risa en mi.
- No será mi novia, sólo iré para que Nathan no quiera matarme después - le explicó, ella asiente mientras que salimos de Ezeiza en dirección al estacionamiento- Mira- le digo mostrando que en mi otra mano sigo teniendo su pulsera.
- Yo también lo tengo- me dice mostrando mi colgante- deberíamos intercambiarlos hoy.
Asiento para inclinarme y besar su frente. La he extrañado más de lo que creí sobre todo sus comentarios inteligentes y sarcasticos.
El viaje en auto es tranquilo, mis padres sólo se dedican a hacerme preguntas y reírse cuando les cuento las crisis de histeria por las que ha pasado Sam por mi culpa. Hollie me comenta los partidos que han ganado, que la han nombrado capitana del equipo lo cual me hace sentir muy orgulloso y no dejó de felicitarla lo que hace que se sonroje y me exige que me detenga. Lo hago. Sí, todo simplemente ha vuelto a la normalidad.
En ese instante suena mi celular y al ver la notificación veo que es de Nathan. Oh, ha comenzado la tortura...
"Maldito, más vale que no intentes esconderte en tú cueva por que ya le he dicho a tú madre de la cita y no tienes escapatoria"
Es un idiota, pongo mis ojos en blanco mientras que recuerdo que el ha hecho mil cosas por mi. Por lo que decido escribirle "Eres un maldito, no había necesidad de que le dijeras a mi madre por que noticia de último momento: NO VOY A ESCAPARME. Me he rendido contigo"
A los pocos segundos recibo su respuesta
"Okey, necesitaba que quedará claro que no podrías esconderte. Ahora sí, felicitaciones jodido"
Ahora el jodido soy yo, cuando es él, quién no deja de martillarme el cerebro con está cita.
"Gracias jodidisimo. Te veo en unas horas"
Doy a enviar para continuar mirando la vista de la bendita ciudad que está igual que siempre. Es un infierno de asfalto con el cielo celeste y nubes por toda su extensión.
- Van, debemos ir a starbucks han sacado un nuevo tipo de café que te gustara-me miro sonriendo de costado y pestañando con exageración- ¿Sí?
Siempre viene la orden luego la consulta. Sonrio ampliamente con diversión.
- Okey iremos ahora- le digo viendo que aplaude en el lugar.
- Mami vamos para starbucks- junta sus manos en señal de pedido.
- ¿Ha logrado convencerte?- me dice mirándome por el espejo.
- Fue más una orden, que un intentó de convencerme - le digo viendo que rie divertida.
- Eso sí que no lo ha...
- No le mientas- dice mi padre haciéndome reír.
Por dios, es que somos los dominados de la familia.
- Tú también eres mandon- le dice mi madre mirándolo mientras que el sonríe.
- Lo soy en el trabajo, no en mis relaciones interpersonales- veo que Hollie frunce su ceño como sí re pensara en el significado de la palabra- para eso te tengo a ti, amor- la mira para guiñarle un ojo y ella sonríe.
Jamás conoceré a una pareja más enamorada que la de mis padres. Han pasado los años pero ellos siguen mirándose de esa forma particular, en donde no dicen nada para el resto, pero sí para ellos.
- Papi - dice Hollie interrumpiendo las miradas cómplices de mis padres- Interpersonal ¿significa relaciones con amigos y nosotros?
- Así es hija - le sonríe por el espejo retrovisor para luego concentrarse en la ruta.
Veo que Hollie sonríe con cierta autosuficiencia por haber comprendido lo que significa una palabra tan adulta para ella.
Tal como lo ha solicitado, vamos directo a Starbucks. Decidimos merendar ahí para pasar el resto de la tarde juntos. Nos sentamos en uno de los sillones mientras que Mamá y Papá hacen el pedido. No me han dejado gastar ni un centavo por que saben que he comprado regalos para la mayoría de nuestra familia. En ese momento, recuerdo que en mi valija tengo unos regalos para Hollie por lo que comienzo a abrirla mientras que ella me observa.
- ¿Recuerdas que he dicho que te traería regalos?- Veo como sus ojos verdosos se abren como platos mientras que sonríe asintiendo- Okey, aquí tengo algunos.
Comienzo a dejarlos sobre la mesa para que ella los abra. Le he comprado un dvd de one direction, ropa que se que le gustará y una pulsera de plata con diges que la representan. Tienen un corazón que dice familia, un palo de hockey, una nota musical, una nube de pensamientos que representa lo soñadora nata que es y un mundo por que se que dedicará su vida a viajar. Toma la pulsera para observarla y sonríe ampliamente para luego bajarse del sillón y correr a mis brazos.
- Me gusta mucho, Van- la hace colgar al frente de mis ojos para luego remangarse la camisa para que se la coloque.
- A ver...- tomo la pulsera para colocarla en su pequeña muñeca, por dentro rezo por que le quedé justa y no le sobre demasiado- Listo- digo viendo como la agita sonriendo para lanzarse en mis brazos.
Se sienta encima de mis piernas sonriendo.
- Entonces, ¿que te parecen mis regalos?- la miro ella observa la bolsa con la ropa y el dvd.
- Están buenos- toma mi cara con sus manos pequeñas para besar mi mejilla- Gracias, eres el mejor hermano del mundo.
- Además soy el único- ella asiente apoyando su cabeza en mi hombro.
Sonrio mientras que pasó una de mis manos por su cabello largo y lacio.
Mis padres no tardan demasiado en regresar a la mesa con el pedido. Término mi tarde con ellos, conversando sobre todo y mi madre me comenta que debemos ir a ver como ha quedado mi departamento pero al ver el reloj noto que no tengo demasiado tiempo. Necesito ducharme y dormir aunque sea una hora para luego ir a cenar con Nathan, Linda y su amiga misteriosa.
Noto que últimamente las mujeres que conozco son misteriosas. ¿Será alguna especie de venganza del destino?

En cuanto llegó a mi casa, decido ducharme luego de dejar mis valijas en mi antiguo dormitorio. Pongo música como siempre, soy de los que creen que no hay nada más relajante que una ducha tibia más buena música. Y esa "buena música" es todo aquello que puedo llegar a escuchar en un par de minutos.
Me quitó la camiseta, mis zapatillas, medias, jeans y boxer. Mi madre junto con mi pequeña hermana deciden elegir la ropa que usare está noche para la especie de cita. Maldición, nunca la he tenido ni siquiera con Ruth, es decir, no tengo ni idea como funciona. ¿Que se supone que se hace en una cita? Me pierdo en mis pensamientos mientras que ingreso a la ducha.
Debo pensar que hacer en el caso en que la chica no me parezca atractiva. Quizás, le diga a Sam que me llame sí le envió un emoticon de sufrimiento sería como la alerta para que lo haga. Sí, es un buen plan.
Apenas salgo luego de secar mi cuerpo y pelo con la toalla me pongo un boxer para tirarme en la cama y dormir lo que me queda de tiempo.

Me desperte media hora antes de ir a la cena, creyendo que ese tiempo sería el que necesitaría para cambiarme, agarrar mi auto e irme pero no, estaba equivocado. Sí, logré cambiarme pero no conté con el hecho de que mis padres no me iban a dejar manejar más mi auto y que preferían que me llevara el de mi padre. Logrando que cargue con tal grado de responsabilidad, que sólo provoca que maneje demasiado lento, y nunca lo he hecho antes. Estoy en mitad del camino cuando veo que mi celular no deja de iluminarse y alcanzó a ver que son notificaciones de Nathan, el que debe estar maldiciendome como nunca. Sonrio con cierta diversión, ya que, siento que en un punto le estoy pagando lo que me va hacer pasar está noche y la tortura de los días previos. Miro el reloj electrónico de la radio el que me indica que estoy media hora retrasado. Uf, esto explica el por que mi celular no deja de brillar.
Me encuentro a una cuadra cuando comienzo a intentar localizar algún lugar libre en donde estacionar. Esto me retrasa alrededor de diez minutos más por lo que apenas consigo uno me apresuró a bajar y tomar mi campera negra. Mi madre y hermana han decidido que está noche use una camisa blanca con detalles diminutos en negro que no se muy bien que son, unos pantalones negros medios ajustados, un cinto de cuero y unos zapatos del mismo color. Ingreso al lugar con la prisa suficiente para comenzar a buscar a Nathan entre las distintas mesas.
Miro mi celular para poner la clave y desbloquearlo es la fecha de nacimiento de Hollie. Sí, desde ese día mi vida se divide en un antes y un después. Abro whatsapp para buscar el chat que tengo con Nathan, doy un click cuando resuena su voz al frente de mis ojos.
- Maldito ¿era necesario que llegaras tan tarde?- alzó la vista y lo veo frunciendo su ceño.
- Lo siento, lo siento es que creí que tenía todo perfectamente calculado pero no - le empiezo a decir para que se calme- mis padres me han obligado a utilizar su auto y no el mío. Eso me ha retrasado...
- Podrias haberme avisado...
- Lo se- digo rendido- perdón.
Me observa por unos segundos para luego abrazarme e insultarme para después felicitarme por la carrera.
- ¿El golpe- señala la comisura de mi boca- no te lo has hecho manejando no?
- Pongo mis ojos en blanco- No comiences - lo señaló, detectó su ironía en cuestión de segundos- Me he peleado con Dobrev esa es la explicación de esto.
- ¿En serio? - asiento lentamente- cuéntame todo. Ven, ellas están por aquí.
Lo sigo mientras que el abre camino entre las diferentes mesas. Okey, ha llegado el momento, por fin sabré quién es la chica de la cita. Sabré sí es linda o no, sí en su cerebro hay algo más que maquillaje y esas cosas en las que solía pensar mucho Ruth. Se que las mujeres no son todas iguales pero no me sorprenderia encontrarme con una igual. Sería el gran deseo de Ruth, de que me enamoré de alguien similar a ella o una versión peor. Doblamos a la derecha mientras que Nathan no deja de hablar, sin notar que no estoy prestando atención.
Veo que señala la última mesa donde veo a una chica rubia que es Linda y es exactamente igual a la foto que me ha mostrado Nathan. La mujer que se supone que es mi cita, tiene pelo castaño largo por debajo de los hombros y eso es todo lo que alcanzó a ver por que está de espaldas.
- Ha llegado- dice Nathan provocando que Linda me mire y sonria.
Le sonrio de vuelta como respuesta. Mis ojos se dirigen a la mujer que estaba de espaldas que ahora me mira con sorpresa. Me quedó estático, mirándola de la misma manera, mis ojos color miel se cruzan con los suyos que son azules e infinitos como el cielo. Y en ese instante, mi mente no deja de repetir la frase: Es ella de nuevo, no la dejes ir.

Ojala te enamores (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora