Ojala te enamores (Borrador)

XVII

   Hemos terminado de desayunar, por lo que comenzamos a conversar sobre la empresa de mi padre, ya que, con lo que ha sucedido ayer se nos ha hecho difícil hablar del tema.

   - Me parece muy interesante que tú padre tenga una empresa tan completa- me dice sorprendida.

   El sol de la mañana pega justo en su pelo, mostrando su brillo y matices de diferentes marrones. De repente parece más oscuro, mientras que otros mechones son más claros. 

   - Siempre se ha dedicado a los negocios y es mejor en eso de lo que cree- le digo admitiendo mi orgullo por él.

   - Tú familia es perfecta- me dice con cierta admiración que se refleja en sus ojos azules.

   - No creo que perfectos- me escojo de hombros- sólo son mi familia y ya.

   - Es muy dulce, ya sabes la manera en que te refieres a ellos- ha dicho dulce y lo ha combinado conmigo.

   Sonrío algo sorprendido por su halago y por que me he quedado sin palabras. Esto suele suceder cuando estoy cerca de ella.

   - Debería anotar algunas cosas que me has comentado- me dice para comenzar a desarmar las trenzas que tiene hechas desde anoche- ¿Tienes hojas?

   - Por supuesto, en algún sitio- comentó poniéndome de pie para ir hacia la repisa que tengo a un lado del living comedor- a Hollie le gusta dibujar a veces o dejarme notas por todos lados- digo recordando la última vez que encontré notas de ella por muchos lugares.

   - Me encantaría conocerla- me quedó en silencio creyendo que quizás oí mal.

   Quiere conocer a Hollie, a la pequeña versión femenina de mí. ¿Eso quiere decir que le interesó no?

   Encuentro un bloc de hojas y una lapicera negra, por lo que volteó para alcanzárselas y sentarme. Ella me está observando en silencio, espera una respuesta... Cuando estoy a punto de decirle que me encantaría que lo hiciera ella simplemente me interrumpe.

   - Sí quieres, y no te molesta- me dice para comenzar a tomar notas en una de las hojas- No sé, me resulta increíble lo que se de ella y creo, que debe ser encantadora.

   - No me molesta que la conozcas y creo, que sería fantástico que lo hicieras- digo mirando como escribe y simplemente me escucha en silencio- Sí, lo es. Salvo a la mañana sí está de malhumor por algo que haya sucedido.

   - Hay personas que no nacieron para madrugar esa es la clave- me dice como sí a ella le sucediera lo mismo. 

   - ¿Del éxito?- digo de una forma burlona, ella muerde su labio inferior mientras que niega con su cabeza- No lo niegues- digo consiguiendo que finalmente vuelva a poner sus ojos azules en mí- ha sido divertido mi comentario.

   - Sí, puede ser- me dice sin dar el brazo a torcer, le sonrío para ver como vuelve su vista al papel y continuar escribiendo.

   - ¿Hoy no tienes universidad?- le consultó, hemos hablado tanto de mí  familia y de mí que necesito cambiar la dirección de la charla.

   - Debería pero tengo que solucionar unas cosas antes- me dice sin levantar la vista, eso me imposibilita a leer lo que quiere decir pero no necesito demasiado para eso.

   - Sí tienes que mudarte a algún lugar y necesitas ayuda sólo dime- le digo apoyando mi cabeza en una de mis manos para luego pasar ambas por el cabello.

   Abro mis ojos para verla, ella frunce su ceño sin dejar de mirarme. Sonríe levemente como sí pensara en comentarme algo pero estuviera por momentos arrepentida.