42

161 12 3
                                    

Al día siguiente estoy de nuevo en casa de Adam. Vemos un partido de americano, no hay mucho en la televisión el día de hoy. Lo miro de reojo a Adam –Debo admitir que el partido es bueno-, noto que está viendo hacia un lugar vacio. Doy un trago a mi cerveza y le pregunto:

Tu: ¿Todo bien, Adam?

Adam: Si, pequeña Rolling.

El día de hoy se le ha dado mucho por decirme así. Para mi es lindo que recuerde como nos conocimos aquel día.

Tu: ¿Seguro? Porque no pareces como si todo esté bien.

Adam: Tranquila, no es nada malo.

Tu: Aun así dime. Por favor. –Hago un puchero-

Adam: Jajajaja está bien. Te diré... He pensado que nunca te he oído cantar bien, alto pero no tanto como gritar. Tú entiendes ¿No?

Genial. De nuevo oculta algo... O al menos eso me parece.

Tu: Mm... Si.

Adam: ¿Por qué no cantas algo para mí ahora?

Tu: Yo creo que no.

Adam: ¿Por qué? ¿Acaso no iras al LAMA a estudiar canto y así?

Tu: Si. Pero ahorita no quiero cantar.

Adam: Oye si quieres una carrera musical, a veces tendrás que cantar aunque no quieras.

Tu: Realmente no soy buena cantando.

Adam: Vamos, sirve que te puedo ayudar en algún par de cosas.

Tu: No puedo.

Adam: ¿Por qué?

Tu: Tengo pánico escénico, y lo sabes.

Adam: ¿Y qué harás con él?

Tu: Bueno pensé que tal vez en el LAMA podrían ayudarme con eso.

Adam: No. Yo quiero ayudarte. Además seria grosero que no aceptes mi ayuda ahora.

Tu: Ok. Pero si algo sale mal... Tú serás el único culpable.

Adam: Lo tendré en cuenta.

Estira el brazo para tomar el control y apaga la televisión. Después de eso me tiende la mano y yo la tomo, camino detrás de él, incluso por primera vez subo del primer piso de su casa. A la segunda puerta a la derecha entramos y se trata de una habitación color beige, con un piano enorme pero hermoso, unas guitarras y a un lado un sillón marrón que da hacia una gran ventana que da al mar.

Adam: Bueno, hay guitarras y piano. Si no mal recuerdo también me has dicho que sabes tocar algunos instrumentos.

Tu: Si, así es ¿Y qué quieres que toque y cante?

Adam: Lo que tú quieras estará bien para mí, Rolling.

Tu: Si supiera que tocar no te preguntaría. No me vendría mal un poco de ayuda para escoger ¿Sabes?

Adam: Ok. ¿Qué te parece una canción que te recuerde a mí y que al escucharla yo pueda acordarme de ti con una gran sonrisa?

Tu: Mm... Ok. La canción que tengo en mente cubre bien todo eso. Creo...

Me siento en el piano y trato de recordar lo que aprendí de mi madre, recuerdo las notas que necesito para la canción y me mentalizo como si tuviera de nuevo 6 años. Edad en la que ya sabía tocar el piano y cantaba sin pena alguna. Y tengo en mente cada momento feliz que he pasado con Adam. Además tiene razón. Eso de que no me da pena ir cantando en su auto con la cabeza afuera y esto sí es algo ridículo.

En el momento solo una canción me recordó a Adam.  "True Love" de Pink fue esa canción. Me recuerda a él porque: A veces me saca de mis casillas, casi siempre suele decir estupideces, me dan unas terribles ganas de morderlo y golpearlo pero con cariño, claro, y como dice la canción "Sé que la vida sería un asco sin ti" bueno, él ¿Le recordara a mi? Tal vez, sí. Bueno, quizás.

Después de terminar de tocar, Adam no tarda nada en decirme algo.

Adam: ¿En serio me odias?

Tu: Si a veces, pero te quiero demasiado como para no pegarte o ahorcarte.

Adam: La canción no decía "Te quiero".

Tu: Pero no te amo.

Si le decía que si lo amo, que muchas veces eso es lo único que hago y temo. Solo dios sabe como reaccionaria. Sin embargo noto como su ánimo baja un poco e intenta reponerse en el momento. Mi subconsciente me dice: ¡Grandisima idiota! Si es cierto que te ama lo acabas de hacer sentirse una mierda ¿Ya estas feliz?

Adam: ¿Quieres seguir viendo el partido? Yo sí, te espero abajo.

Tu: Adam. –Lo tomo del brazo- ¿Qué hice mal ahora?

Adam: Nada. Todo está bien. Tocas y cantas muy bien. Y lo que hayas hecho para quitarte el pánico estuvo bien. Úsalo cuando lo necesites.

Tu: Adam. No digas que todo está bien.

Adam: Es la verdad.

Tu: No es así. Adam, te conozco ya lo suficiente, estoy harta de que me digas que todo está bien cuando se ve que no.

Adam: ¿Cómo sabes que no está todo bien?

Tu: Tu cara lo dice todo. Pusiste la misma cara que pusiste cuando....

Adam: ¿Cuándo qué?

Tu: Cuando te bese y te dije lo que te dije después.

Adam: Ah... ¿En verdad quieres saberlo?

Tu: Claro que sí.

Adam: No te molestes y actúa como si nunca te hubiera dicho. ¿Qué quieres saber primero? ¿Mi porque por lo del beso o por lo de hace un rato?

Tu: Lo de hace un rato, primero.

Adam: -Suspira y me hace sentarme a su lado en el sillón- No me gusto para nada que dijeras "Pero no te amo". Porque yo a ti sí. Suena algo loco o estúpido pero si, es la verdad. El beso, no me gusto que me dijeras que lo hiciste solo para librarte de mí, yo quería porque desde que te conocí y me retaste esa primera vez es lo que más quería, pero porque tú también querías hacerlo porque no te veías obligada o algo por el estilo. Solo porque lo querías y ya.

Eso me sorprende y saber eso solo me hace que haga lo que yo también más he querido, besarlo de nuevo.

Me lanzo a el abrazándolo y lo beso. Él me separa de él.

RunawayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora