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TU

Adam y su sonrisa.

Su sonrisa es tan perfecta, hermosa, reconfortante y brillante. Hace que la de los comerciales de pastas de dientes y cosas así, no sean la gran cosa. Es la clase de sonrisa con la que iluminas una ciudad entera.

Así de simple.

Tomo el baño mientras aun proceso la plática que tuve con Patsy.

Realmente no merezco a Adam, ni siquiera para ser su amiga, es decir, él, un hombre alegre, divertido y sexy no merece a un chica tonta de 24 con una mentalidad como la de un niño de 6 años, una chica que puede llegar a ser irritante, sin mencionar las cosas obvias como el hecho de no ser hermosa o tan siquiera agradable para la vista.

Oigo que llaman a la puerta y se abre.

Adam: Oye, mamá no se siente bien, pero dejo preparado algo para que cenemos así que cuando quieras cenaremos y te traje un poco de ropa lo dejare por aquí. Parece que tendremos que pasar la noche aquí la lluvia no se calma.

Tu: Esta bien, solo dame un rato más y salgo.

Adam: Tomate el tiempo que quieras, hermosa.

Gracias a dios hay una cortina y no puede ver lo roja que me puso.

Termino y me visto con lo que dejo Adam, unos bóxers de él, unos shorts de pijama y una camiseta enorme...

Encuentro a Adam en la sala viendo 500 días con ella. ¡Mierda! Cuanto ha cambiado mi vida desde la última vez que la vi... Por suerte todo ha sido bueno.

Me siento a su lado en el sofá pero él me toma y acerca a él. Una linda sensación llega a mí, pero viene detrás de ella un "Estas haciendo mal" con un poco de ese instinto del que le conté a Patsy. Decido ignorar ese pero, y dejar que pase el momento.

Justo antes de que digan aquella hermosa frase que escribe Tom -"Las rosas son rojas, las violetas azules, muérete puta"- se va la luz.

Adam va corriendo por unas velas y se golpea. "¡Estoy bien!" Es lo único que se oye y no puedo evitar reír un poco.

Unos cuantos minutos después Adam viene con una vela en la mano.

Adam: ¿Te gustaría cenar de una vez?

Tu: Si ¿Qué hay?

Adam: No se. Mi mamá solo dijo que tomara lo había en el microondas y un toper azul en el refrigerador.

Vamos a la cocina y ponemos un par de velas. Lo que dejo preparado Patsy fue chocolate y algunas fresas. Debo admitir que es lindo cenar así, iluminados bajo la luz de algunas velas comiendo fresas con chocolate teniendo frente a mi a un hombre increíblemente guapísimo.

Ojala que esta fuera una de muchas en un futuro.

Cenamos sin decir ninguna otra palabra, solo compartiéndonos sonrisas, algunas tímidas, y viéndonos, tratando de que el otro no lo vea, aunque en algunas concordábamos.

Adam: Ve a dormir a mi cama.

Tu: ¿Y tú?

Adam: Dormiré en el sillón.

Recordé aquella vez que durmió en mi casa.

Tu: Ni creas que dormirás en el sillón y yo en tu cama.

Adam: Si no me falla la memoria eso lo dije yo alguna vez.

Tu: No te falla. Anda compartiremos cama.

Adam: No, debes tener tu espacio. Luego te quejas que pareciera que te acoso.

Tu: Pero siempre dices que lo haces con amor y no hay tanto problema. Vamos. Después de lo de hoy... es una tontería que digas eso.

Adam: Tienes razón. Sube tu primero, en un rato voy.

Me acomodo en la cama y al poco rato, como dijo, Adam sube. Se acomoda él en el otro lado de la cama y lo hace viendo hacia el techo con los brazos detrás de su cabeza. Me acerco y lo abrazo.

Tu: Gracias por todo.

Adam: Eso ya lo dijiste. Además sabes que no es nada... y que amo que estemos juntos... Te amo.

En definitiva, yo también, AMO a este hombre.

Toma mi barbilla y hace que alce la mirada, y me besa.

Adam: Hey, no hagas eso de juntar los labios así si no te puedo ver. Es adorable verte cuando lo haces.

Tu: ¡Mierda! Tan bien me conoces.

Adam: Si. Y debo decir que adoro conocerte cada día un poco más.

Lo miro y sin más le sonrió solamente.

Él hace lo mismo pero le cambia la expresión por una sonrisa picara y mirada pervertida.

Adam: ¿Y? No tengo sueño ¿Y tú? –Dice mientras con su dedo acaricia mi brazo-.

Tu: No. Que mal que no traje mí libro.

Adam: Eso me dolió, preciosa. A veces eres tan cruel conmigo.

Tu: -Reí un poco- No, ni creas que pasara eso otra vez.

Adam: Ahí está, ves como eres tan cruel.

Tu: Adam ya te di mis razones. Por favor entiéndelas.

Adam: Las entiendo, solo que no perdía nada con intentarlo.

Le doy un leve golpe y al poco rato estoy dormida.

...

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