Capítulo 8 (maratón 1/3)

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Pasada la media hora, volví a marcarle esperando que esté menos ocupado, y ésta vez estaba decidida de saber qué hacer y qué decir. No podía dejarlo, Jin Young me importaba lo suficiente como para dejar el tema así como así.

(En llamada con Jin Young)

-Sólo dame 15 minutos, ven a casa.- dije apenas contestó.

-¿De verdad piensas que se va a solucionar esto en 15 minutos?- dijo más calmado. El ambiente donde estaba también estaba en calma, pero se escuchaban personas del otro lado.

-Puede que en 20.

-No estoy de humor, abbie.

-Por favor Jin Young, de veras lo estoy intentando.- dije mientras sentía nervios, como respuesta, él suspiró cansado.

-Estaré allí en 20.

-Hasta entonces.

(Fin de la llamada)

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Jin Young llegó 25 minutos después, tocó mi puerta y no me quiso saludar, simplemente pasó a casa y se sentó en la silla del comedor, dejo su casco negro en la mesa y se sacudió el abrigo blanco que traía. Me miró fijamente y sonrió de forma irónica.

-Te escucho.

Debía pensar muy bien lo que le diría a Jin Young.
Ahora, estaba el triple de ansiosa de lo que estaba antes. No es fácil, espero que me salgan las palabras correctas.

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JIN YOUNG P.O.V (su versión de los hechos en el momento del beso)

Estacioné la motocicleta frente de las escaleras principales, en la salida. Tomé la iniciativa y quise estacionarme dónde no había sol, porque tenía mucho dolor de cabeza como para que me de directamente.
Esperando a abbie, pasaron unos minutos desde el mensaje y se estaba tardando más de lo normal, iba a llamarla de nuevo, hasta que la vi salir. Estaba con una expresión un poco confusa y no me vio en ningún momento. Iba a llamarla, luego un hombre la tomó del brazo. Me molestó y me levanté de la moto para caminar hacía ellos, cosa que fue en vano, ya que al ver que se besaban y ella correspondía me detuve y decidí marcharme.

Aceleré lo que más pude, estaba molesto. No podía obligarla a esperarme, y sentí rabia, porque tal vez si llegaba antes no pasaba esto. Una vez más estoy perdiendo algo por mi trabajo de mierda, soy el único idiota que se tomó todo esto en serio.
Preferí no enojarme con ella, simplemente desaparecer, aunque me estaba costando demasiado y nunca me había pasado.
Tal vez soy orgulloso, y tal vez mi enojo me esta ganando, pero esa es la única manera en la que puedo calmarme; desapareciendo.

Cuando abbie me marcó, estaba cerrando un trato con unos colegas de otro país. Necesitaba tener la suficiente labia para convencerlos de que nos provean armas de Haití, son unas de la mejor calidad, no son lentas al disparar y las balas son bastante penetrantes contra los chalecos anti balas.

Cuando cerré el trato, estaba de camino en mi camioneta a casa, tenía migraña, mal humor y estaba un poco hambriento. Mi teléfono vibró y cuando me fije quién era, bufé.

(Por teléfono)

-Qu-

-Sólo dame 15 minutos, ven a casa. - me dijo con un tono apurado.

-¿De verdad piensas que se va a solucionar esto en 15 minutos?- dije calmado y siendo irónico. A veces ella tiene unas ocurrencias muy extrañas, y no sé cómo tomarlas.

-Puede que en 20.- dijo en un intento de broma. Yo bufé.

-No estoy de humor, abbie.

El jr Pervertido/ Editando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora