Cuando me dieron las llaves de mi departamento fui directo hacia este, con mis maletas en mis manos y mi mochila en la espalda. Las llaves del departamento estaban al rededor de mi dedo índice, iba tan cargado que ni pude guargarlas en el bolsillo de mi pantalón vaquero.
La secretaria me dijo que compartiría habitación con un chico, sin embargo no soy capaz de recordar como se llamaba aquel chico. ¿Jumin? ¿Shumin? ¿Jimin? No, no, nada de eso. Pero bueno, ya había llegado a la puerta de mi habitación compartida, dejando las maletas sobre el suelo para poder abrir la puerta con total movilidad.
Al abrir la puerta de mi nueva habitación pude divisar a un chico, tumbado en una de las camas que se encontraban en la sala. El chico tenía su teléfono móvil entre sus manos, pero cuando cerré la puerta después de entrar, pegó un salto, haciendo que su teléfono cayera sobre su cara. Una pequeña risa salió de entre mis labios al ver como su celular chocaba contra su cara, pero más gracioso fue ver su cara de susto.
-Eh, no te rías, ha dolido.- Me dijo mientras se sobaba su delicada nariz, justo el lugar en donde se había estampado su móvil hacía unos segundos.
-Yo, em, lo siento. Soy nuevo aquí, me llamo Xiao Lu Han, pero todos me llaman Luhan.- Me presenté ante él, dándole una pequeña reverencia en cuanto quitó sus manos de su cara.
-Yo soy Min Seok, pero prefiero que me llamen Xiumin.- Alargó la "e" del pero, haciendo que yo volviera a sonreír. Parecía un tanto infantil, en cambio la secretaria me dijo que tenía mi misma edad, incluso era mayor que yo. También era asiático, tenía rasgos asiáticos y un acento... Acento coreano, sí, aunque poco se le notaba ya que parecía que hubiese vivido aquí, en París, durante mucho tiempo. Se levantó para tenderme una mano en forma de saludo, cosa que respondí con una amigable sonrisa dibujada en mis labios.
Pasaron las horas y yo ya había acomodado todas mis cosas en su correspondiente lugar, todo eso mientras compartía una conversación muy interesante con Xiumin. Tal vez podamos tener una buena amistad.
-Y dime, ¿tienes amigos aquí?-
-No, yo... Acabo de llegar, como puedes ver.-
-Oh, ¡claro! Perdón por la pregunta, espero no haberte hecho sentir incómodo, ¡intento hacer amigos y ya hago comentarios indebidos! Lo siento, Lulu.- ¿Lulu? Este chico cogía confianza en seguida, me agradaba porque yo soy muy tímido, entonces si le tengo a él a mi lado, a lo mejor soy capaz de abrirme un poco más.
-No te preocupes, Xiumin. Es más, al llegar aquí me tropecé con una chica un tanto... ¿cómo explicarlo? Irritable y maleducada, acompañada de un chico. Recuerdo que él se llama Sehun y ella creo recordar que se llama Ana, no, así no era.-
-¡¿CON AVALANNA?!- Parecía sorprendido, daba la sensación que sus pequeños y rasgados ojos, saldrían de sus órbitas por culpa de mi comentario. -Lulu, ese chico y Avalanna son la pareja más respetada y popular de la universidad. Debes tener cuidado. Oh, ¡joder! ¡Justo con Avalanna!- ¿Temía por mí? Pero, si sólo fue un choque.
"Mira por donde vas, chinito."
Vale, fue un choque un tanto amargo y ella fue una total imbécil, pero igualmente le pedí perdón. Además, aquel chico de cabellos rubios platinos. Sehun. Al final, me ganaría problemas con la rubia descerebrada si seguía pensando tanto en su novio.
-Luhan, ¿hola? La tierra llamando a Luhan.- Xiumin pasaba su mano por mi cara, rápida y continuamente.
-¿Eh? Hola, digo, sí.-
-Bobo, te quería decir si querías ir a la fiesta de Mich esta noche.-
"-Sehun, ¿irás a la fiesta de Mich esta noche?-"
-Sí, sin duda.- Respondí sin pensármelo dos veces, quería encontrarme de nuevo al chico rubio y alto llamado Sehun. Y además, ¡acababa de hacer un amigo! A lo mejor me presenta a sus amigos, o a su pandilla. Tal vez conoce más chicos asiáticos.
Nota: Lo siento, este capítulo ha sido más corto, peeeero el próximo será el de la fiesta. ͡° ͜ʖ ͡° Party hard, all day, all night. Okay, no, pero sí, será el cap de la fiesta y será más largo y mejor, I promise you. ¡Gracias por leer y espero que os esté gustando!
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I met him in Paris.
FanfictionYo odiaba la lluvia, los días grises en los que nada productivo podía hacer, odiaba los sitios nuevos y tener que conocer gente nueva. Pero, cuando él llegó a mi vida, me rompió todos los esquemas, mi existencia había cambiado por el simple hecho de...