XXV.

47 11 0
                                    

Me desperté entre sus brazos, desnudo contra su desnudo cuerpo, sintiendo la calidez perfecta que me brindaba su cuerpo. Tomé mi teléfono móvil entre mis manos para mirar la hora, pero fue otra cosa lo que llamó mi atención.

"Veintidós de Junio, 2015."

Mierda, hoy era el último día de clases, eso sólo podía significar una cosa... No. No. No. No. Esta tarde tomaría mi vuelo de vuelta a China.

Me levanté de la cama sigilosamente, con miedo de despertar al amor de mi vida. Me vestí con un bóxer que encontré en su mesilla y tomé una de sus camisetas (que me quedaba enorme, por cierto.) y me dirigí a la cocina que había en su casa. Porque sí, Sehun vivía en una casa, no un departamento compartido como yo.

Quería prepararle un desayuno propio de un rey, porque él era mi único rey. Además, esto era una despedida.

-¿Qué haces, Hannie?- Me sobresalté al escuchar su voz detrás de mí, sus manos tomaron mi cintura y su tacto me tranquilizó como nada antes lo había hecho.

-¡Es estropeado la sorpresa!- Me giré, mirándole a los ojos con un pecho en mis labios. Había estado cocinando un buen rato para que él justo se despertara y lo viera ahora.

-¿En serio me ibas a llevar el desayuno a la cama?- Asentí con la cabeza aún con el puchero en mis labios. Él me besó lentamente, mordisqueando levemente mi puchero para luego susurrar sobre mis labios. -Pero si yo sólo te quiero a ti, sólo quiero comerte a ti.- Rió levemente y tomó mis piernas, colocando todo mi cuerpo sobre su hombro, como si yo fuera un niño pequeño, y yo como parecía tal cosa, comencé a patelear levemente.

-Bájame.- Reí también por la situación en la que nos veíamos, esto era tal cual una película.

Y como yo le pedí, me bajó, dejándome tumbado sobre el sofá. Él se colocó sobre mí, besando mi cuello lenta y sensualmente, susurrando una y otra vez.

"El único al que deseo eres . El único al que me quiero comer a besos. El único al que amo. Eres único, Hannie."

¿Cómo le digo yo ahora que hoy es mi último día aquí? ¿Cómo le digo que esta será nuestra última mañana juntos? A la tarde cojo el vuelo, y no, no quiero perderle.

Las tostadas salieron del tostador, el zumo de naranja ya se había hecho y el café desprendía humo, pero Sehun y yo seguíamos besándonos como los dos enamorados que éramos.

Pasó el tiempo y nos pusimos a comer, ya que era hora de ello. Charlábamos y comíamos. Luhan, debes decirle. Mi sonrisa desapareció en cuento mi alter ego apareció, en verdad tenía razón, pero no pude. Simplemente no pude.

-Sehun, debo irme.-

-¿A dónde?-

-A mi departamento, tengo que hacer unas cosas.- Las maletas exactamente.

-¿Te llevo?- Su sonrisa era mi droga, y tendré que vivir sin ella el resto de mi vida.

-Sabes que me encanta pasar tiempo contigo.- Eso era un sí, por lo que tomó su manojo de llaves, cartera y móvil y salimos de su casa. Su coche estaba situado justo en frente al portal, por lo que no tardamos nada. Una pena.

Estando ya dentro no pude apartar mi vista de él, debía captar todos sus gestos, todas sus facciones, quería recordarlo a la perfección en cuanto me vaya.

-Sehun, ¿qué tal si nos sacamos unas fotos cuando aparquemos?- Asintió con la cabeza sonriente, su sonrisa, otra cosa que nunca olvidaré.

Aparcó a unos pasos de mi departamento y en cuanto salimos del coche tomé mi celular para sacarnos unas fotos con este mismo. Sehun se colocó en frente mía y me besó por lo que saque una foto así, debía recordar sus besos. Nos sacamos varias fotos, en la mayoría salíamos haciendo el idiota, algo que a ambos nos encantaba. Se despidió de mí, dándome un beso en la frente, pero no le dejé ir tan rápidamente.

-Un beso más.- Le pedí y el aceptó sin problema ninguno, dándome un tierno y cálido beso en los labios, nuestro beso de despedida.

Observé como se metía en su coche y se iba. Adiós, mi amor. Me adentré en mi departamento y saqué mis maletas, colocando todas mis cosas en ellas. Cuando terminé miré la hora que marcaba mi móvil, 15:48, hora de ir al aeropuerto. Por el camino me despedí de Chanyeol, de Baek, de Chen, de Tao, de todos, incluso de Kai, pero no encontraba a Xiumin en ninguna parte. No podía esperar más por lo que me fui al aeropuerto en taxi.

Al salir del taxi tomé mis maletas en mis dos manos, dirigiéndome a la entrada del aeropuerto, debía tomar ya mi vuelo.

-Xiumin...-

Xiumin estaba allí dentro, con un cartel en el que ponía "Te amo, Xiao Lu Han. Siempre te recordaré." Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, sin duda era el mejor amigo que pude desear. La pena es no haberme despedido de Sehun, pero era lo mejor. Me acerqué corriendo hasta él, sin soltar mis maletas hasta ya estar en frente suya para, así poder abrazarlo. Nuestra despedida.

Ya me había despedido de todos mis amigos, no de mi amante, sí de mis amigos, y me dirigía hacia la entrada de mi avión. Miré una última vez atrás y sonreí, estos meses habían sido los mejores de mi vida.

Bendito París.

I met him in Paris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora