Y ahí estaba yo, en mi última clase de la manan, golpeando el lápiz contra la hoja de la libreta con nerviosismo. Sólo era capaz de pensar en que iría a la casa de Sehun, en que pasaría lo que ambos sabíamos que pasaría. ¿Y si no soy suficiente? ¿Y si quiere hacer cosas raras? Es Sehun, él es raro.
Tocó el timbre y me dispuse a recoger todas mis cosas con rapidez, estaba ansioso porque lo que pasaría minutos más tarde. Ya me encontraba en la entrada de la Universidad, esperándole sonriente.
-Luhan, ¿no vas al departamento?-
-No, Xiumin, he quedado con Sehun. Volveré tarde.- Xiumin apareció a la salida y nos quedamos charlando un poco, no me permitía mencionar a Sehun ya que ponía mala cara y hacía un sonidito parecido al de un gruñido. Mi compañero era ahora un perro-ardilla. Ardilla porque tiene unos cachetes enormes que dan ganas de agarrar siempre.
-Llámame cuando vayas a venir, así me preparo y salimos de noche, ¿te parece?- Viernes por la noche, ¡claro que me parece!
-Sí, perfecto. Te avisaré cuando esté llegando.-
-¿De qué hablaban?- Llegó Sehun, con el ceño fruncido y se colocó a mi lado, pasando su brazo por mis hombros, haciendo que Xiumin, y claramente yo, nos sintiéramos incómodos al momento.
-Nada, que saldremos esta noche, y creo que no debes hacer esto.- Quité su brazo de mis hombros, no me gustaba que se tomara tantas confianzas, pero me miró de una forma cuando le respondí. Si las miradas mataran, yo ya estaría muerto, bajo suelo y siendo comido por los bichos.
-¿Saldréis esta noche? Pero si tú y yo hemos quedado.-
-Sí, Sehun, pero no creo que tardemos hasta las dos de la madrugada, que es cuando abren los buenos clubes.- Parecía muy molesto porque yo quisiera salir de fiesta y divertirme, es un completo egoísta.
-Mejor vámonos, ya veremos si quieres ir de fiesta después de estar conmigo.- Lo susurró de un modo en el que mi piel se erizó y mis ojos se abrieron. Para colmo ya estaba siendo arrastrado hasta su casa/departamento.
Nos encontrábamos en el ascensor cuando Sehun colocó una de sus manos en mi mentón, girando mi cara para verle, tal y como hice. Acercó sus labios a los míos y comenzó a besarme como nunca antes me había besado, era dulce, delicado, tierno. Las puertas del ascensor se abrieron y seguimos besándonos hasta la puerta de su departamento, donde tuvimos que separarnos porque no era capaz de abrirla si me besaba a la vez. Soltó un bufido y al fin se abrió, me dejó pasar a mi primero y me quedé viendo todas las cosas que tenía en la habitación. No era compartida como la mía, y era enorme, muebles blancos que la hacían parecer más limpia de lo normal. Noté un tirón de mi muñeca y mi cuerpo se chocó contra el de Sehun. Tuve que mirar para arriba ya que él era más alto que yo con diferencia, y aprovechó ese momento para besarme, esta vez ya más salvaje, causando una guerra de lenguas de nuevo. Sus manos se colocaron en mi trasero, apretando este levemente, lo que me hizo soltar un gemido. Bajó sus manos hasta mis muslos y me elevó, haciendo que mis piernas rodearan su cintura. Todo esto sin dejar de besarnos como si mi oxígeno dependiera de sus labios. Tenía sus manos en mis muslos, sujetándome mientras él andaba hacia yo qué sé donde, sólo sé que dio una patada para abrir una puerta y poco después caí en una cama, así que supuse que era su habitación. El se desabrochó su camisa y me dejó observar su trabajado cuerpo, sus abdominales y pectorales estaban marcados, pero sin llegar a ser desagradables a la vista. Me acerqué a él levemente, aún sentado en su cama y coloqué mis manos en su trasero para acercarlo a mí. Él me hizo caso y se acercó lo suficiente para permitirme besar su abdomen, delinieando sus abdominales con mi lengua y labios, escuchando como su respiración se iba agitando cada vez más. Cada vez me estaba echando más para atrás, quería que él se colocara encima mía, y como si leyera mi pensamiento, ahí estábamos ahora, él tumbado sobre mí, besando, chupando y lamiendo mi cuello mientras yo desabrochaba su pantalón vaquero negro que tanto me gustaba.
-Luhan, sin prisa.- Susurró con voz ronca sobre mi cuello, se separó levemente y tomó los bordes de mi camiseta para levantarla y sacarla. La ropa estorbaba en este momento.
Al cabo de los minutos ya estábamos ambos desnudos, después de una eternidad en la que él solo jugaba con mi miembro, ya erecto, por encima de la tela del bóxer. Le gustaba oírme suplicar. Abrió mis piernas de modo en el que por poco me rompo en dos, y metió dos dedos de golpe en mi interior, haciendo que un grito saliera de entre mis labios. Dolía, no sólo los movía dentro de mí, sino que hacía como si sus dedos fueran una tijera, los abeiar y los cerraba, haciéndome gemir como perra en celo. Sacó sus dos dedos y los lamió mientras me miraba, este hombre me excitaba hiciera lo que hiciera, seguro que hasta cuando iba al baño era sexy. Colocó su punta en mi entrada y la acarició de forma circular, consiguiendo que mi boca se abriera y mi cuerpo se tensara, esperando ya el dolor que supondría tener su gran miembro empalmado, dentro de mi culo. Fue lento, por lo que mi grito fue como un gemido ronco mezclado con un sonido de garganta extraño, parecía afónico. Sehun empezó a moverse, salía, entraba, salía, entraba, así continuamente, buscando más profundidad. Hasta que tocó mi punto, haciéndome gritar.
-Ah, ahí, Sehun, más rápido.- Nuestros gemidos y el sonido de nuestros cuerpos chocando era lo único que se podía escuchar en la casa. Sehun se movía cada vez con más rapidez, tocando continuamente mi próstata, haciéndome gemir continuamente. Los jadeos eran constantes, nuestras respiraciones agitadas ya eran el ritmo de la melodía de nuestros gemidos, todo era música para mis oídos. Los testículos de Sehun rozaban contra mis nalgas, y mi miembro necesitado y palpitante rozaba contra el pecho de Sehun con cada embesida que el daba. Noté como un líquido caía de entre mis nalgas por mis muslos, líquido que llegó acompañado de un gemido ronco en mi oído, un gemido ronco susurrado por parte de Sehun. Salió de mi interior cansado, acostándose a mi lado sobre la cama manchada de su líquido. Pero, aún faltaba algo, mi pene dolía y quería que fuera él el que hiciera algo pero sin embargo pasaba de mí.
-Sehun, me duele.-
-Mastúrbate para mí, Luhannie.- Lo dijo girando su cabeza para poder mirarme. Sin poder aguantar más, llevé mis manos a mi doloroso miembros, comenzando a masajear, con una mano los testículos, y con la otra la longitud de mi miembro. Arriba, abajo, arriba, abajo. Cada vez más rápido, apretando mi punta con el dedo pulgar. Poco después me corrí en mi propia mano, mano que fue agarrada por Sehun, quien había estado mirando todo, y empezó a lamerla mientras me miraba con su mirada de deseo. ¿No se saciaba nunca?
Si creí que me rompía en dos al abrirme de piernas, ahora mismo estaría roto en pedacitos pequeños.
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I met him in Paris.
FanfictionYo odiaba la lluvia, los días grises en los que nada productivo podía hacer, odiaba los sitios nuevos y tener que conocer gente nueva. Pero, cuando él llegó a mi vida, me rompió todos los esquemas, mi existencia había cambiado por el simple hecho de...