Volvamos a empezar.

Capítulo 6.

Me despierto por la dichosa alarma, ayer se me olvidó quitarla y hoy tengo el día libre. Intento dormir un poco más pero no puedo. Decido levantarme y bajar a desayunar. Como todas las mañanas que tengo libre salgo un par de horas a correr, me relaja bastante y me hace sentirme un poquito mejor. Al llegar a casa no sé qué hacer, a veces tener un perro no es suficiente, a veces me siento bastante sola...

Comienzo a limpiar la casa ya que no tengo nada mejor que hacer. Cuando término me doy una ducha y me tumbo en el sofá. Cotilleo un poco Twitter y me meto en WhatsApp, veo a Malú en línea y decido hablarle, bueno no, mejor le voy a llamar, no aguanto un segundo más sin escuchar su voz.

-¿Sí?

-Hola, preciosa.

-¡Ey! ¿Ya me echabas de menos o qué? - Ríe.

-Sí, bueno, algo así. Pero no te lo tengas tan creído.

-Sí, sí. ¿Qué te parece si nos vemos esta noche?

-Claro. - Sonrío, es inevitable no hacerlo.

-Perfecto. Por cierto, señorita Martín, traiga usted ese vino que tanto me gusta.

-Por supuesto señorita Sánchez.

-Ésta noche nos vemos entonces.

-Hasta ésta noche, póngase usted guapa.

-¡¿Más?! ¿No te vale con mi elegante chandal Nike? - Dice un poco indignada.

-No, no me vale, un vestido o algo que cuando quieres vas que te sales. - Y así me encargo yo de arrancártelo y hacerte el amor en la cocina. Dios, Vanesa, no tengas pensamientos impuros o irás a infierno. Río para mi misma. Es un poco tonto porque ya siendo lesbiana voy a ir al infierno así que puedo permitirme tener pensamientos impuros con Malú, jé.

-Bueno, bueno, haré un esfuerzo. Sólo por ti eh. No creas que esto lo hago todos los días.

-Oh, muchas gracias, todo un detalle por tu parte. - Ríe.

-Hasta esta noche, idiota.

-Hasta esta noche, preciosa.