Narra Noelia.
Decidí darle unos días de margen a Vanesa, después de lo que pasó con aquella chica no me atrevía a ir a su casa. Ahora supongo que ya me atrevo, porque estoy aquí apunto de llamar al timbre. Vanesa siempre ha sido así, de esas chicas que necesitan pensarse las cosas mil veces pero que, después de tomar una decisión, vuelve a cambiarla. Sí, es un poco bipolar. Suspiro y llamo. No tarda en abrir, supongo que esperaba a alguien, y puede que ese alguien no fuese yo.
-Hola, Noelia...
-Hola cielo... - Se echa a un lado y me indica que pase. Y así lo hago.
-¿Quieres tomar algo?
-No, gracias. - Me siento.- Ven aquí, por favor. - Se sienta a mi lado y me mira interrogante.- Vanesa... ¿Tú y yo qué tenemos?
-Una amistad...
-¿Qué?
-No podemos ni debemos tener nada más que una amistad. Lo sabes, Noelia.
-¿Después de todo lo que ha pasado sólo tenemos una amistad? - Mi tono comienza a elevarse a medida que suelto cada palabra. Estoy cansada de aguantar esto, cansada de aguantar toda mi vida esas palabras.
-Noelia, entiéndelo. Es difícil... - Comienza a jugar con sus pulseras. Yo miro sus manos y me tomo un tiempo para contestar, intento buscar palabras perfectas, pero no lo consigo. Supongo que estoy cegada por la ira y solo digo lo que se me pasa por la cabeza.
-¿Qué coño quieres que entienda, Vanesa? - Sollozo. He perdido el control, no aguanto más.- ¿Que otra vez han venido a visitarte tus putos miedos? ¿El qué dirán si te ven con una cría más pequeña que tú? ¿Que no puedo lanzarme a besarte en cada esquina cada vez que tenga ganas de hacerlo? ¿Eso quieres que entienda, Vanesa? - Suspira.- Estoy harta de entenderlo.
-Sabes perfectamente que esto para mí siempre ha sido difícil. Y siempre va a serlo. No me pidas algo que no puedo darte.
-No te estoy pidiendo nada. Nunca te he pedido nada, Vanesa. No voy a hacerlo ahora. Pero que después de tanto tiempo te siga importando la edad me parece increíble. ¿Qué edad tengo que tener para que me quieras? ¿Que puto número sin importancia necesitas que tenga para dejarme disfrutar un poco de ti?
-Tú siempre lo ves todo muy fácil. Claro, tú eres la pequeña, para ti nada importa. Entiende que ni yo misma puedo permitirme besarte, aunque me muera de ganas de hacerlo. ¡Entiéndelo, joder! Sabes que te quiero, que te tengo mucho cariño, pero esto no puede ser. Deberías estar con una de tu edad. Alguien que pueda darte lo que yo no puedo.
-¿Cuántas veces me vas a decir que tengo que estar con una de mi edad? ¿Cuántas veces vas a decirme que lo nuestro es imposible por nuestra diferencia de edad?
-Las veces que hagan falta... - Me levanto. Estoy desesperada, a pesar de tener ya la mayoría de edad sigue con sus tonterías de que soy una cría. Aunque lo tengo asumido, siempre va a ser así, por mucho que quiera. Y me pregunto si algún día cambiará de opinión.
-Y tú, ¿cuándo vas a entender que solo te quiero a ti? Que solo necesito tus labios para poder vivir. ¿Cuándo vas a entender tú eso?
-Noelia... Para... - Ahora ella también se levanta y, acto seguido, coge mis manos y las acaricia.
-¿Sabes? Volvería a desear que nunca te acabaras y que yo te durara para siempre de cualquier manera. Yo volvería a buscarte en todos los lugares, en cada sonrisa y en cada octubre. Volvería a ser el reproche que te empujara a aquella libertad que olvidaste. Volvería a recogerte las verdades y los sueños, con ellos te llenaría de frases la nevera. En ti, no hay ganar o perder, en ti, hay un tú a veces más sólo que nadie. - Suspiro.- Volvería a desarmarte el ayer amándote en el aquí y en el ahora. - Separo mis manos de las suyas en me encamino hacia la puerta. Antes de salir, vuelvo a hablar. Pero antes de hacerlo, suelto una risilla sarcástica.- Y, ¿sabes qué más? Si alguien quiere escribir mi biografía no hay nada más sencillo: dispone de dos fechas solamente. La del día en que te conocí y la del día en que te fuiste, que no me refiero ahora. Entre una y otra transcurrió mi vida. Lo que ocurriera antes lo olvidé. Lo que suceda ya, carece de importancia.
Y me fui, me fui queriendo volver a pronunciar su nombre. Me fui herida, sin corazón, porque ella se lo había quedado. Bueno, realmente lo tenía entre sus manos desde la primera vez que la vi, pero ahora que volví a reconstruir los pequeños cachitos que quedaban, ha vuelto a arrancármelo de cuajo. Siempre me ha dado muchísima rabia nuestra diferencia de edad, que hacía de nosotras un amor imposible. Siempre tenía en su boca que lo nuestro no podía ser, hasta cuando estábamos juntas. Y aunque a veces cambiara de opinión, volvía a decir que esto no podía ser. He intentado entenderlo, pero no puedo llegar a entender como una persona se castiga a sí misma sin tener a la persona que realmente ama.
Nunca dejes pasar a alguien a quien amas de verdad, no lo hagas, tenga la edad que tenga. Sólo son números, y a veces, ni eso.
(Súper consejito del día).
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Volvamos a empezar.
Fiksi PenggemarParece que todo cambia pero el tiempo no se ha dignado a hacerlo con nosotras. O tal vez contigo. Dejemos todo atrás, las promesas incumplidas y los "te quieros" rotos. Qué tal si... ¿Volvemos a empezar?