Capítulo 16.

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-Vane... - Escucho a alguien nombrarme mientras me toca el brazo suavemente. Abro los ojos, mi hermano Antonio, mi Antoñito. Por fin alguien al que le puedo contar todo. Tengo muchísima confianza con él, y él conmigo, somos dos almas gemelas, vaya. Nos damos consejos mutuamente, es mi gran apoyo, mi niño mimado.

-¿Qué haces aquí...? - Me froto los ojos.

-Me dijo Malú que estabas aquí... - Suspiro.- aunque aún no la he visto.

-Ni la verás...

-¿Por qué? ¿Te ha pasado algo con ella?

-Sí... Durante varios días ha estado confundiendome, ha tonteado mucho conmigo, anoche intentó besarme pero una enfermera entró y ahí se quedó la cosa. Cuando me quedé dormida Malú se fue, me desperté y fui a buscarle -Río.- ¿y sabes qué? Se la estaba tirando.

-Joder... - Suspira.

-Pero espera que aún hay más. Vino a buscarme y me dijo en mi puta cara que estaba hasta las trancas por mí. ¡En mi cara!

-Tranquilízate cariño... - Me acaricia una de mis manos. Mis lágrimas no tienen intención de quedarse dentro y tras una dura batalla comienzan a salir sin cesar. Mi hermano, mi grandullón, me abraza haciéndome sentir que está aquí, conmigo, que me va a apoyar en todo.

-¿Qué cojones he hecho yo para merecer esto?

-Desde el primer momento te dije que no me fiaba mucho de Malú, no sé, no le veo mala persona pero tampoco es de fiar. Y efectivamente... A veces hay que decidir muy bien con quien jugar las cartas, y siempre no se gana, hay que aprender a perder, hermanita.

-Y dime, ¿qué se hace cuando alguien quiere quitarte al amor de tu vida?

-Nadie puede ser robado si no quiere ser robado. Al final los que se van es porque deciden irse.

-Y ella se está dejando robar...

-Deberías olvidarla, Vanesa. Hemos hablado mucho sobre esto, sabes que te hace mucho daño, sabes como es en realidad, sabes que intenta meterte en su red, y cuando lo haga va a relajarse y se olvidará de ti, como ya pasó antes. Tú intentarás buscar amor en otra persona y otra vez volveréis a la misma historia. ¿Quieres vivir en una noria toda tu vida?

-No... Pero tampoco quiero dejarla ir. Joder, no sé que hacer. - Resoplo.

-A veces es mejor decir adiós que seguir haciéndote daño. No tiene sentido alguno aferrarse a algo que sabes que tarde o temprano vas a perder. Si sigues así tu herida se va a hacer más grande, y cuando ella decida irse por su propio pié no lo vas a superar en un tiempo bastante largo. El amor es sufrir, el amor es meterse en una habitación a oscuras y saber si la persona que amas está o no, y sinceramente, a la que tú amas no creo que esté...

-Definitivamente ella no estaría... Nunca ha estado para mí, ni en los mejores momentos, imagínate en los peores...

-Por eso, Vanesa. Donde mejor os entendíais era en la cama, y no creo que una relación se base en solo sexo. Una relación es apoyarse mutuamente, pase lo que pase y pese a quien le pese. No sé, es quererse por encima de todo, cuidarse, respetarse, una relación es muchas cosas y ella solo pasa de ti...

-No te quito la razón, pero yo noto que ha cambiado un poco...

-Claro, ella cambia hasta que consigue lo que quería, a ti, y luego ya sabes lo que viene. - Resoplo. Mi hermano siempre tan sabio. Me duele, pero es que lleva toda la razón, Malú nunca ha cambiado, y como que yo me llamo Vanesa Martín Mata, o cambia, o me pierde para siempre. Vamos a comprobar de verdad si está hasta las trancas por mí, como tanto dice.

Volvamos a empezar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora