epilogue

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Había despertado como ya se habia hecho rutina en el hospital, con el sonido de maquina conectada a su pancita indicándole que el pequeño feto habia despertado junto con ella.

A su lado se encontraba Michael dormido en el sofá con un pequeño vasito de café en su mano. Frente a ella, la pequeña mesita con su desayuno recién servido, debido a que la matrona venia a dejárselo cada mañana, un cuarto para las diez.

Tomo su teléfono para verificar la hora. 10:02 a.m. Tenía cinco mensajes de distintos remitentes. 

Decidió dejarlo de lado, algo le decía que este día tenia que vivirlo al máximo sin interrupciones y ese aparatito tecnológico le iba a interrumpir si seguía con el en su mano. Así que decidida, se estiro hasta Michael para tomar su teléfono que reposaba en su regazo. 

Por su parte, el rubio seguía durmiendo y es que él realmente tenia un sueño muy profundo y ni un movimiento telurico lo despertaría, porque cuando Michael Clifford dormía, nada lo despertaría.

El teléfono de Michael estaba desbloqueado por lo que Cassandra no dudo ni un segundo en bloquearlo, pues la confianza era lo primero y como habia dicho anteriormente, no gastaría su tiempo en buscarle un contra a este día, mucho menos ponerse a revisarle el teléfono a su novio.

Ayer había sido un día agotador. Paso de pabellón en pabellón haciéndose los últimos exámenes, puesto que el traslado a Australia estaba fijado para esta noche y tenía que estar 100% preparada para ello. 

Calum, Ashton, Luke y Ashley se encargarían de ordenar las cosas en el hotel, arreglar bolsos y cosas así poder salir junto a ellos en el vuelo devuelta a Australia. 

Ashley se habia quedado con ellos desde el primer día en que pisaron el hospital, ella realmente no quería que nada malo le pasara ni a Cassandra, ni al bebé, ni a ninguno de los chicos y le habia importado realmente un comino que dentro de una semana comenzara su gira mundial, puesto que ella se iría con los chicos a Australia hasta que Cassandra pudiera estar fuera de riesgo.

- ¿Por qué no comes tu desayuno nena? 

Un somnoliento Michael habló mientras se estiraba haciendo sonar sus huesos cansados. 

Cassandra se tomo unos segundos para admirar a Michael que aun estaba un poco dormido y es que definitivamente, Michael era todo un infante aún. Sus actitudes eran las dignas de un pequeño niño, pero su mentalidad, a ratos variaba entre los rangos más altos de la adultez con su filosofía lógica y su madurez, a otros variaba entre los rangos más bajos de la niñez y su gran afán por correr por todo el hospital. Es que esa perfecta combinación de cambios, hacia de Michael, el hombre más hermoso del mundo.

- Es solo que, estaba esperando que despertaras...- susurro Cassandra con ese tono de cansancio que la caracterizaba desde que habia llegado al hospital.

- Sabes perfectamente que ese desayuno no alcanza para ambos, tienes que comerlo...

- Eres un pesado, sabes que no me gustan las moras. - reprocho Cassandra adquiriendo una infantil pose.

Las tostadas a un costado contenían mermelada de moras, las cuales Cassandra miro con enojo como una niña pequeña.

- Eres muy infantil, Bower...

- Y tú muy hermoso, Clifford - sonrió Cassandra con superioridad al notar que logró sonrojar al rubio.

- Suenas tan dulce cuando me mientes...- comentó Michael sonriendo con orgullo.

summer rain ⛅ mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora