summer rain ⛅ mgc

thirty-three

Todo esto era tan raro.

Caminar, por los arduos pasillos del aeropuerto buscando el avión que me llevaría lejos de este país.

Todo esto era tan raro sin Michael.

No sé porque lo hice, no sé en que pensaba en ese momento, no sé que se cruzó por mi mente cuando dije que lo nuestro se había acabado.

Y es que apenas habían pasado dos días, el vuelo salia hoy y fue lo más cercano que pude conseguir para irme lejos de aquí.

De tan solo recordar la inocencia con la que preguntaba que estaba pasando, de tan solo recordar sus delicadas lágrimas corriendo por sus mejillas me rompía el corazón y me daban ganas de volver. Pero sabía que ya era muy tarde.

Mi teléfono comenzó a vibrar de una manera inexplicablemente rápida, como si un centenar de mensajes llegara uno tras otro y no se detuviera. Como había estado haciendo estos últimos dos días.

Saqué mi teléfono gusto al vibrar por ultima vez, al desbloquear el teléfono, solo me permitió ver los tres últimos de 102 mensajes.

"¿¡Donde diablos te metiste Cassandra?"

"Me parece una estupidez lo que estas haciendo"

"Te aconsejo que no te muevas de donde estas."

Y todos exactamente de los mismos remitentes. Pero estos tres últimos llamaron más que nada mi atención, nadie más y nadie menos que Calum Thomas Hood.

Decidí hacerle caso omiso a los mensajes, puesto que al fin y al cabo, él se enteraría de todo, siempre lo hace, aunque sea por arte de magia, él termina enterándose de todo.

Sabia perfectamente el riesgo que corría al subir a ese avión, que dentro de literalmente algunos segundos, me llevaría lejos, muy lejos de Michael por mucho tiempo.

Y es que mi destino no era precisamente Australia.

El boleto decía explicitamente que mi destino era al otro lado del mundo. Roma, Italia.

¿Por qué Roma? 

Porque, todos los caminos llevan a Roma...pero poco de ellos llevan al vocablo de roma leído al revés.

Mi teléfono volvió a vibrar, pero esta vez, dando el aviso de una llamada entrante y era exactamente la persona menos pensada. 

- Ho...hola - tartamudee como una niña pequeña después de largas horas llorando.

- Me parece una total estupidez lo que estoy a punto de hacer, puesto que mis sentimientos por ti han perdurado hasta el día de hoy, lo que significa que te sigo amando de la misma manera en la que lo hice desde un principio pero, entiendo perfectamente que junto a Michael eres aun más feliz de lo que fuiste conmigo...te amo y por esa y miles de razones te pido que no renuncies a lo que te hace feliz, no renuncies la una mágica relación que tienes que con el teñido punk-rock, a una hermosa relación que podría ser eterna y Dios...ni yo me explico como es que amas y admiras tanto a una persona en tan poco tiempo. Solo me consuela el hecho de que has vivido y compartido más con Michael en algunos meses en lo que pudimos compartir ambos en un año y algo más... 

- Jonathan...

- Jonathan nada. Sabes que mereces ser feliz, estas consciente de que si te alejas de Michael perderás quizás una de las cosas más preciadas en la vida...y me refiero al perfecto sentimiento del amor correspondido...ahora vas a cortar esta llamada, harás como que nunca te llame e iras a buscar a Michael y vivirán una vida plena y feliz pero juntos...