Los niños se han ido corriendo a la piscina. Dulce duerme en la bañera llena de espuma. May tiene abierta la maleta y está sacando sus amuletos y dejándolos bien situados por toda la habitación mientras hace cruces y reza. Any mira a May, pero como ya la conoce, no hace mucho caso. Se levanta tambaleándose de un lado a otro. Abre la puerta del baño y se mira al espejo. Está hecha un desastre, con varios golpes en la cara. Any se abre la camisa y se ve el arañazo del pecho y comienza a hacer pucheritos.
Dulce: ¿Qué tienes Any? Solo es un arañazo, la neta, tenemos que dar gracias por seguir vivas.
Any (llorando): Pero mira lo que me hicieron.
Dulce: Bueno, pero eso se va.
Any (llorando): Pero es que yo me compré un bikini nuevo, y me veo horrible, y tengo ojeras, y la cara moreteada, y huelo mal, y Poncho se fue a ver viejas encueradas.
Dulce: Any, ven acá.
Any se sienta en el borde de la bañera donde está Dulce hasta el cuello de espuma.
Any: ¿Qué?
Dulce: Mira, el arañazo se va en unos días, las ojeras se quitan durmiendo más, y la cara moreteada pues... ¡Existe el maquillaje! Pero lo de oler mal... eso... ¡También se arregla!
Dulce agarra a Any y la tira dentro de la bañera toda vestida. Any saca la cabeza del agua.
Any: ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Dulllllllllllllll!
Dulce se ríe como una loca.
May entra corriendo y las ve en la bañera.
May: ¡Ay no! Vamos a necesitar ir al psicólogo o al psiquiatra o donde sea porque ustedes quedaron muy mal. Y yo lo entiendo, porque la neta, estuvo bien gacho lo que pasó, pero de veras niñas, unidas, podemos superarlo.
Dulce: May, párale ¿Quieres?
May se sienta al borde de la bañera.
Dulce: ¿Dónde se fueron los niños?
Any: A ver mujeres malas.
Dulce: Lo suponía.
Any: ¿Y no te hace mala sangre? No digo, porque a mí no me importa, pero se ve horrible y...
Dulce: Any, no te hagas. Sabemos que te revienta.
Any: ¿A mí?
Dulce: Pues claro, no disimules con nosotras, sabemos que amas a Poncho.
Any baja la cabeza.
Any: ¿Y... y qué piensan ustedes dos? ¿Qué estoy loca cierto?
Dulce: Un poco.
May: No Any, pues yo creo que está padrísimo que tú ames a Poncho, digo, si él siente lo mismo por ti. Porque lo siente ¿No?
Any niega con la cabeza.