Dulce ha dejado caer por toda la habitación la ropa mojada a medida que se la iba quitando hasta acabar en la ducha.
Ucker entra decidido a la habitación y cierra la puerta esperando encontrarse a Dulce en posición de defensa, pero lo único que se encuentra es un rastro de ropa que conduce hasta el baño. Ucker empieza a gritar tras la puerta.
Ucker: ¡Dullll! ¿Dul estás ahí?
Dulce saca la cabeza de debajo del chorro de agua y grita.
Dulce: ¿Ucker?
Ucker: ¡Sí, soy yo!
Dulce: ¿Qué haces aquí?
Ucker: ¡Solo quería preguntarte una cosa!
Dulce: ¿Y no puedes esperar a mañana loco?
Ucker: ¡No! ¡Es muy importante!
Dulce (pensando): ¿Pero por qué me gustas si eres tan menso?
Dulce (gritando): ¡Ok, dispara!
Ucker: ¡Quería preguntarte si puedo dormir contigo esta noche!
Dulce: ¿Quéeeeeee?
Ucker: ¡Que si puedo...!
Dulce: ¡Ya te oí! ¡Y por supuesto que no tarado! ¡Lárgate ahora mismo!
Ucker: ¡Ok!
Ucker (Pensando): Si me dijo que por supuesto que no, eso quiere decir que por supuesto sí, y si me dijo lárgate, eso quiere decir que me quede. ¡Ay papito! Creo que ya empiezo a entender a las chavas.
Ucker sale corriendo de la habitación y regresa con el pijama puesto. Apaga las luces y se mete dentro de la cama a esperar a Dul.
Dulce abre la puerta del baño y sale con la toalla puesta. Con la única luz del baño, se mueve por la oscura habitación. Después agarra una de sus cremas y coloca una pierna sobre la cama mientras con se la extiende con un suave masaje.
Ucker asoma la cabeza por la sábana y sin abrir la boca contempla a Dulce en su ritual.
Dulce (Piensa): No puedo creer que el loco este me preguntara si podía dormir conmigo esta noche. ¿Qué se habrá pensado? Además, me duele todo el cuerpo, y la cabeza me va a estallar. La neta, se podría haber quedado un ratito.... ¿No fue él el que decía que las mujeres hablamos al revés? Pues para lo que le conviene entiende y para lo que no... ¡Es que es bobo!.... ¡Ayyy pero también es tan lindo! Se subió a la barra de la discoteca solo para pararme, ¡Mi bebesote!
Ucker (Pensando): ¡Ay Dios! Si sigue haciendo eso voy a acabar volviéndome loco, pero loco de remate.
Dulce mueve el cuello a ambos lados en señal de dolor, y se deja caer a plomo sobre la cama, mirando al lado contrario de donde está Ucker, sin darse cuenta de su presencia. La toalla ha dejado al descubierto su espalda. Ucker la mira con los ojos abiertos de par en par.