A partir de ahora, RECIÉN van a faltar 3 capítulos. Me equivoqué, xddd.
Mañana subo el capítulo 21. c: Espero que les guste éste, besos♥.
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Estaba en el Hospital, sentada en uno de los asientos de espera, hipando en el pecho de papá mientras él me abrazaba en la espalda y me acariciaba el brazo con su mano en un intento por tranquilizarme, pero me era imposible. Y creo que él tampoco estaba tan tranquilo que digamos y, ¡oh vamos! ¿Quién estaría tranquilo en estos momentos al saber que la mujer que más amas en tu vida está al borde de la muerte? ¿Quién estaría tranquilo al saber que TU MADRE está al borde de la muerte? Hasta donde yo sé, creo que nadie.
Estamos sentados aquí desde que llegamos, más o menos desde hace más de dos o tres horas, y nos acompañan Jev y Kim. Ahora Jev estaba en algún lugar de por aquí, intentando dar con los doctores luego de varios intentos fallidos de papá cuando él lo intentó, hasta que aparezca mi tía Sarah. Ella es doctora y cirujana, y cuando aparecimos en el Hospital hace unas horas luego de que pase lo que pasó, mi tía se vino hasta nosotros y rápidamente la llamaron para algo de urgencia, en lo que sospeché que pudo tratarse del caso de mamá.
Kim decidió venir con nosotros para apoyarme, y de verdad que le agradezco en el alma, ya que necesito de alguien que me apoye y me reconforte además de papá, Jev y mi tía. Pero creo que nada podrá reconfortarme ahora, excepto una cosa: que mamá salga de esto sana y salva. Trato de no pensar en cosas malas, pero me es imposible, dado al estado en el que mamá ingresó aquí y dada la situación de hace ya unas horas.
Todavía siento el temor y la desesperación de hace una cuantas horas atrás, en donde Summer tuvo la descabellada idea de dispararle a mamá. Y yo no pude hacer nada al respecto...
[ I N I C I O D E F L A S H B A C K ] . . .
—Perfecto —dijo rápidamente, y apuntó a mamá con el arma en su abdomen y le disparó—.
Mamá gruñó al recibir el impacto de la bala, y se presionó su área herida.
—¡NOOOOO, MAMÁ! —grité y sorpresivamente me pude liberar del agarre de Summer—.
Como si todo ocurriese en cámara lenta, corrí hacia mamá, quien ya se encontraba yaciendo en el suelo, brotando sangre de su abdomen como si de un manantial se tratase, manchando la suave y rubia arena de un color rojo oscuro, parecido al bordó. Kim presenciaba la escena, sus manos cubriendo su boca de la sorpresa, negando con la cabeza, sin poder creer lo que su madre acabó de hacer con la mía.
Al llegar hasta donde mamá yacía en la arena casi moribunda, me arrodillé a su lado, sin importar manchar mis rodillas con su sangre, y tomé su rostro entre mis manos. Sus ojos miraban hacia arriba, hacia la nada, y su piel estaba helada, tornándose de un color más pálido que el de costumbre en su piel. Por un momento creí que sus manos se aferraban a mis brazos, como si no quisiera que yo la soltase.
—Mamá —susurré en su rostro, derramando lágrimas, las cuales se esparcían en sus mejillas—. M-Mamá, escúchame. Todo estará bien. Por favor, n-no te vayas —sollocé—. ¡N-No te vayas, mamá! ¡No me dejes, por favor! ¡Todo estará bien!
Pero ya era tarde. Su agarre en mis brazos se aflojó, sus brazos cayendo, impactándose suavemente en la arena. Sus ojos estaban vacíos, mirando hacia arriba, hacia la nada. Sus labios estaban secos, su piel pálida como la de un papel.
Mamá me sonrió débilmente para que luego su sonrisa se borrara de golpe, entregando su espíritu.
La observé un momento, sin poder creer que mamá ya se esté marchando de una forma tan injusta como ésta, y la abracé, apoyando mi cabeza en su pecho, llorando desconsoladamente en él, recordando los lindos momentos que he pasado con ella. Cuando me enseñó a caminar, a hablar, cuando me enseñó a dibujar, a usar su cámara profesional para sacar un par de fotos, a pincharme suavemente con mi jeringa de la diabetes, cuando me acompañó en mi primer día de clases en el kinder, en la primaria y en la secundaria. Me duele saber que no volveré a ver más su linda sonrisa cuando me veía, cuando me daba un beso a la hora de dormir, cuando me abrazaba, me daba cariño...
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Muda.
Teen FictionAudrey Simmons, hija de Julianna y Steven, es una chica de quince años no muy común entre todas las adolescentes de su edad: se viste de color negro, al igual que su madre, y es amante de la música, al igual que su padre. Es muda, pero no muda de na...