Capítulo 14.

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A la mañana siguiente, me tomé la libertad de levantarme muy temprano, más o menos a las seis menos cuatro de la madrugada, ya que a esa hora mis padres todavía siguen durmiendo, vestirme a la velocidad de la luz pero silenciosamente, ya que no quería despertar a nadie, higienizarme, inyectarme la insulina unas dos horas antes del tiempo previsto en que suelo pincharme, desayunar una simple tostada fría que quedaba en el envase de tostadas que está guardado en la alacena, con mermelada de ciruela untada encima y un vaso de jugo de naranja. Luego de eso, tomé un lapicero y un pedazo de papel que encontré en la mesita de luz del living, escribí en el papel. Seguido de eso, rasgué un pedazo de cinta de papel, lo pegué en la parte trasera de mi pedazo de papel, subí nuevamente las escaleras y, acercándome sigilosamente hasta la puerta de la habitación de mis padres, la pegué allí mismo. Todo eso me había llevado quince minutos.

"Decidí irme al bachiller caminando. Por si se preguntan, la respuesta es sí. Todavía sigo enojada con ustedes.

                                                                                                                                                Audrey."

Eso les había dejado escrito en aquel pedazo de papel que pegué en su puerta. Así es, todavía sigo enojada con mis padres, y no sé hasta cuándo estaré así. Me enojé con ellos a tal punto de ni siquiera bajar a cenar junto a ellos, así que tuve que dormir con el estómago vacío. Nunca me he enojado de esa manera con ellos, pero el hecho de que me hayan mentido prácticamente toda mi vida (literalmente, toda mi vida), de que me hayan ocultado algo que podría significar muy importante para mí, como el cumpleaños de mamá, de que me hayan hecho creer que mi abuelo Robbert es el padre de mi madre, cuando en realidad el padre de mi madre lo es un hombre que está muerto desde no sé cuánto tiempo, pero que sé que murió en algún cumpleaños de mamá, y del cual todavía no conozco ni su nombre... ¡que no me hayan dicho nada acerca de un bebé al que perdieron también en el día de cumpleaños de mi madre!, es algo que se me va a hacer muy difícil de perdonarles todavía. Y mucho más de la forma en que fui a enterarme acerca de eso. Por Dios, ¡aprovecharon que yo estaba "dormida" en el living para hablar acerca de eso!

Todavía no puedo creerlo.

Todavía no creo poder perdonarlos ahora. Y pensar que el tiempo en que he estado sola en casa estuve planeando hablarles POR PRIMERA VEZ como regalo para hacerles a ellos por su Aniversario número no sé cuánto. He estado ideándomelas para esperar a que ellos estén juntos en la casa, sorprenderlos con un dibujo que había estado haciendo luego de chatear con Jev por Facebook (que nunca más terminé, y que no lo pienso hacer), y después de darles ese dibujo y un abrazo de mi parte, sorprenderlos con mi voz, hablándoles por primera vez en diez años, diciéndoles la simple frase de "Feliz Aniversario, mamá y papá" y esperar a ver la emoción en sus ojos al escucharme hablar, porque estaba segura de que eso iba a pasar.

Pero luego de esto, no voy a hablar.

Nunca.

**

Ahora estaba encaminándome hasta el bachiller. Me faltaban unos metros más para llegar hasta la puerta de entrada. Siento un nudo en el pecho luego de haberles dejado esa nota en la puerta a mis padres, ya que siempre suelo desayunar con ellos e irme hasta el bachiller junto con papá en su auto, pero no quiero dar a torcer el brazo. Sé que no puedo estar enojada con ellos para siempre, y que tampoco puedo evitarlos el resto de mi vida, y que ellos tienen todo el derecho a explicarme la situación y yo tengo que darles ese derecho de explicar, desde el principio, todo lo que pasó en el día del cumpleaños de mamá, pero ahora no creo estar lista para permitir todo eso que dije. Quiero procesar con tranquilidad lo que acabé de enterarme ayer.

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