Muda.

Capítulo 10.

De antemano, perdón por tardarme tanto. :v Estaba estudiando para una prueba de Geografía, y pues... la tuve el lunes y espero sacarme, por lo menos, un 6. :'v xdd

Espero que les guste♥. Voten y comenten, plz. No sean ortivas, ahr.

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¿Saben lo que me costó convencer a mis padres para que me dejen dormir el fin de semana en casa de Kim?

Pues no, no lo saben.

La cosa fue así, más o menos... luego de recibir el mensaje de Kim invitándome a dormir a su casa, tomé mi laptop por un rato (la cual tenía 5% de batería), bajé las escaleras y me fui hasta donde mis padres. Ellos estaban sentados en el sofá del living, papá rodeando la parte de atrás de los hombros de mamá con su brazo derecho, abrazándola, y mamá tenía ladeada su cabeza hacia su izquierda, apoyándola en el hombro de papá. Ambos estaban viendo una película en la televisión, la cual todavía desconocía su nombre.

Primero me detuve a unos considerables dos metros lejos de ellos; tenía curiosidad por escuchar la cantidad de cursilerías empalagosas que ambos se decían entre ellos.

—¿Viste la loca esa de la película? —le preguntaba papá a mamá. Ella mencionó un suave "Mm-hmm"—. Bueno, esa me recuerda a ti.

—¿Por qué? —preguntaba mamá, medio riéndose—.

—Por lo loca.

Mamá se ríe.

—Esa actriz es hermosa —decía mamá, refiriéndose a la mujer que aparece en la pantalla del televisor—. ¿Por qué no dices que es igual de hermosa que yo? —le preguntó, alzando una de sus cejas, medio en broma—.

—Porque tú eres más hermosa.

Saqué mi lengua afuera, poniendo mis ojos en blanco, simulando asco. Está todo bien que se amen todo lo que quieran, pero... ¿coquetearse de esa manera, teniendo ya casi cuarenta años? Me parece que se quedaron varados en la adolescencia mis padres... me parece...

Mamá se ríe, ésta vez más fuerte.

—Sigues siendo el mismo mentiroso de siempre —dijo mamá, entre risas—.

—Tú te buscaste ese comentario —dijo papá, alzando sus manos simulando inocencia, pero sonreía—.

—Sabes que lo dije en broma, niño —y le dio un suave golpe en su hombro. Sep... se quedaron varados en la adolescencia...—.

—¿Quieres que comience a llamarte por su segundo nombre, R...?

—Cá. Lla. Te —dijo mamá, tapándole la boca a papá con su mano—.

Cuando se la sacó, papá terminó de pronunciar el segundo nombre de mamá. Ahora mismo, me siento bastante bien de tener Rose como mi segundo nombre en vez de Roberta.

Mamá se le vino encima a papá, a horcajadas de él, golpeándolo por todos lados, pero suavemente, ya que papá estaba que estallaba en risas. Cubrí mi boca con mi palma de mi mano, riéndome en ella, y todavía me pregunto cómo es que mis padres no pudieron notar mi presencia estando yo a no más de dos metros alejada de ellos.

Un minuto después, se hundieron en un beso profundo, mamá todavía estando a horcajadas encima de papá. Decidí que era ya el momento para entrar en acción, porque si les daba un sólo minuto más, las escenas que estaría a punto de presenciar podrían ser nombradas aptas para mayores de dieciocho años.

Caminé rápidamente hacia ellos y me senté en el sofá de una persona que se encuentra a la derecha del más grande, donde mis padres estaban a punto de demostrar su amor a un nivel más "avanzado", por así decir. Con mi laptop en manos, navegué directo hacia el Traductor de Google, tecleando lo más silenciosamente posible que podía, y carraspeé. Mamá y papá pararon de besarse, y se separaron de golpe, medio jadeando, acomodándose en el sofá. Así es, eso era lo que tenía en mente: quería sorprenderlos con mi presencia.