Muda.

Capítulo 7.

Éste capítulo está dedicado a mi fiel lectora, @horses_love123love. Gracias por tus votos y comentarios♥♥.

Espero que les guste éste capítulo C:

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Son las siete y media de la tarde. Hace ya una hora y media que estoy en casa de Kim, y ahora mismo estoy en su habitación. Su tapizado es de un gris brillante con algunas rayas finitas de fucsia fuerte, y el piso está cubierto por una textura parecida a la de un oso peluche, nada más que de color negro. Tiene puertas negras en la pared a la derecha de la puerta en donde se ingresa a la habitación, en donde se trataría de las puertas de su armario. Tiene dos camas, y ambas están al fondo de su cuarto, pegadas a la pared y separadas por tan sólo unos metros. Un mini-escritorio se encuentra al lado del armario, y una enorme ventana pegada a la pared de enfrente de la puerta.

Estábamos sentadas en su cama (en la que se encuentra mucho más ordenada), nuestras espaldas pegadas a la fría pared de su cuarto, mirando un video musical de una banda llamada Paramore en YouTube en su laptop. Es la banda favorita de Kim, y creo que en unos pocos días más, escuchando un poco más sus canciones, puede que llegue a ser también una de mis bandas favoritas.

El video termina, y Kim se dedica a abrir otra pestaña en Chrome, ingresando a su Facebook.

—¿Y? ¿Qué te parece? ¿Qué gustó? —me preguntó, sonriente, como siempre—.

Yo sólo asiento, sonriéndole de la misma manera.

—¿Viste la chica? —asiento nuevamente—. ¡Me encanta como canta! Y también me encanta su estilo —se llevó sus dedos a su barbilla, simulando estar pensando—. Hasta creo que soy algo parecida a ella.

Le sonrío. La verdad, es que la cantante de esa banda (creo que se llama Hayley Williams) es muy, muy, muuuuuuuy parecida a Kim.

Kim entró a su Facebook, y comenzó a mirar un poco en su inicio y sus noventa y ocho notificaciones pendientes para ver. Tenía un mensaje en su buzón, pero ella lo dejó de lado. Como yo soy muy fisgona, alcancé a ver que el emisor de ese mensaje era un tal Jev Boston, por lo que pude ver que se trataba de su hermano.

—¡Ah! Antes de que me olvide, ¿cómo es tu Facebook? —me pregunta, sin despejar sus ojos de la brillante y encegadora pantalla de su laptop—.

Tomé su laptop entre mis manos, ganándome una de sus miradas de sorpresa. Dirigí el cursor con mi dedo hasta la barra de Búsqueda, tecleé rápidamente mi nombre de mi perfil de Facebook, el cual aparece como Drey Simmons (Audrey) y mi foto de perfil es una mía en blanco y negro, de la cual yo tenía unos trece o catorce años, en donde estoy yo, tocando mi guitarra, sentada en el patio trasero de mi casa. Aproveché que mamá había salido a su trabajo como arquitecta y que no llevó su cámara profesional para usarla para sacarme la foto, ya que esa hermosa y perfecta cámara la mezquina más que a papá y a mí.

Le devolví su laptop a Kim, y ella se quedó viendo por un buen, buen, buen rato mi perfil.

—¿No publicas nada desde hace dos años? —preguntó, fingiendo estar horrorizada—.

Asentí, algo vergonzosa. ¿Les he dicho que no soy fanática de las redes sociales? Bueno, ¿el hecho de que no publique nada hace dos años les responde a su pregunta? Bien.

—Solicitud enviada —dijo Kim al mismo tiempo en que clickeaba con el cursor en el botón que dice Enviar solicitud de amistad—. Espero que te conectes por primera vez en dos años para que, por lo menos, me aceptes la solicitud —me advirtió, señalándome con el dedo, pero sonreía—.