8 meses después...
A veces no se estaba bien o mal, se estaba normal, como siempre, la misma rutina de todos los días, sin ilusión y sin desearla.
Al final, quería verle el lado bueno de lo que pasó. Necesitaba creer que de verdad existía un lado bueno. Pero seguía sin hallarlo, sólo me resolvía a continuar con la dirección que llevaba ahora y eso era lo único en lo que creía.
Mi trabajo resultaba ser mi vía de escape del pasado, aunque no del todo, pero al estar rodeada de actividades y personas conocidas y nuevas, me había ayudado bastante.
Las cosas iban mejorando, por ejemplo, N&Y se encontraba en la cima de las empresas cinematográficas. Gracias a los méritos de todos, habíamos logrado llevar la empresa en una posición estable y exitosa.
La sede que se construirá en Londres ya casi estaba lista y todos estaban emocionados por inaugurarla. Jenna era una de ellas, y tal como había prometido John, ella se incluía en la lista de trabajadores que serán enviados a la nueva sede.
Podía decir que en esta faceta de mi vida me veía realizada, porque no sólo había logrado asumir con responsabilidad mi puesto de trabajo sino que había obtenido mi maestría y estaba muy orgullosa por ello.
La vida también me había recompensado con muchas cosas más. En la familia ya contábamos con la presencia de un nuevo integrante, el pequeño Liam Rose. Matt y Anne agradecían a Dios por bendecirlos con otro pequeño, todos lo agradecíamos y más la abuela porque pudo conocer a su bisnieto. Recordaba bien que ese día ninguna de las mujeres podíamos apartarnos del bebé, era tan pequeño y hermoso, nada podía asemejarse a la maravilla de una vida como él.
Además, la relación con mi padre había mejorado. Sabía que estaba orgulloso de mí y que tenía su apoyo por siempre.
Ojalá esa persona importante estuviera conmigo para ver realizados mis sueños, él siempre supo que lo lograría.
Suspiré y me recargué en el respaldo de mi asiento. Miré por la ventana a través del tiempo, y los recuerdos, a traición, vinieron a mí. Seguía preguntándome el por qué y qué debí haber hecho, pero no obtuve la respuesta y el dolor era lo único que sabía reconocer.
—Katherine...
Escuché mi nombre seguido de dos toques a la puerta. Despavilé la neblina de pensamientos y me aproximé a abrir.
—Aquí éstas—dijo, aliviado—. Creí que ya te habías ido.
Le di una fingida sonrisa e hice un ademán para que entrara.
—Te estaba esperando, dijiste que iríamos a cenar.
—Sí, ¿ya estás lista?—preguntó, echando un vistazo al desorden que había en mi oficina—. ¿Qué pasó?
—No es nada, sólo tuve un problema con un papel que no encontraba y me entretuve con otras cosas y ya no arreglé nada—le dije—. Pero ya estoy lista, mañana me encargo de esto.
—Muy bien, vayamos.
Sonrió y me extendió su brazo para que lo tomara. Al cabo de unos minutos, llegamos al restaurante que pertenecía a uno de nuestros amigos. Nos dieron una mesa afuera, justo en la terraza donde teníamos una buena vista de la ciudad.
Ordenamos una ensalada griega y robalo marinado, acompañados por un buen vino blanco. El lugar tenía una decoración muy simple, pero elegante y la vista magnífica.
—El pescado está delicioso—me dijo.
Sonreí solamente. Estaba a dos bocados de terminar mi pescado y en toda la velada no había prestado atención de lo que decía.
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Mi caballero inglés (PAUSADA) (Tom Hiddleston Fanfiction) (Editando)
Fanfiction(PAUSADA) Katherine Rose cometió, lo que podría ser, el peor error de su vida: enamorarse de Tom Hiddleston. Y es que ambos pertenecen a mundos totalmente distintos, sus vidas fluyen por la corriente adversa de la sociedad. Todo comenzó como una in...