Capítulo 34 |Editando|

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Mis párpados luchan por abrirse, poco a poco hasta que se abren por completo. Y me doy cuenta de que estoy en una habitación que no es la nuestra. Está medio alumbrada, y todo está en silencio. Volteo mi cabeza y veo a Tom; está dormido y sentado junto a mí con los brazos cruzados sobre su pecho. Me estiro con dificultad, y paso mis dedos por su rostro. Se despierta sobresaltado, y retiro mi mano.

-¿D-dónde estamos?-pregunto con voz ronca.

-Oh, pequeña-susurra. Agarra mi mano, la aprieta y la sostiene contra su mejilla-. Despertaste.

-¿Qué pasó...?-trato de sentarme.

-No te muevas, Katherine. Espera, llamaré a una enfermera.

Se pone de pie rápidamente y sale de la habitación.

¿Ha dicho enfermera? ¿Es que estamos en un hospital? ¿Por qué?

-Hola, señorita Rose-saluda una dulce mujer de mediana edad, se acerca junto a Tom. Supongo que es la enfermera-. Soy Lidia, ¿cómo se siente?

-Algo mareada, y sedienta.

-Le traeré un vaso de agua, pero primero voy a hacerle un pequeño chequeo.

Envuelve algo en mi antebrazo, según para saber si mi presión está en el nivel correcto. Pero aún sigo sin saber qué hago aquí.

-¿Podría decirme qué me ocurrió?

-Tuvo un bajo de presión. Nada grave, pero sí que le dio un buen susto al muchacho.

¿Qué?

Miro deliberadamente hacia Tom, y me mira de vuelta. Él se ve cansado, angustiado, pero aliviado en cierto modo. Le sonrío tiernamente, y su intento por devolverme la sonrisa, me hace sentir una opresión de nostalgia en mi pecho.

-Todo está normal, querida. Iré por agua y le avisaré a la doctora para que venga-quita eso de mi brazo, y sale de la habitación sin decir más.

Tom camina lentamente hacia mi lado, se sienta en la orilla de la cama y se estira para agarrar mi mano. Entrelazo nuestros dedos y la aprieto.

-¿Cómo te sientes?

-Cansada y confundida. ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué pasó?

La mandíbula de Tom se tensa. Sus ojos se ensombrecen, y desvía la mirada.

-Después de que discutimos no subiste a la habitación y me preocupé. Bajé por ti, pero no estabas... Creí que te habías marchado... Regresé y entonces...-sus ojos se cierran dolorosamente, como si lo rememorara-. No sabes lo terriblemente asustado que estaba cuando te encontré ahí tirada...

Todo viene a mí de repente. Cómo habíamos peleado. Cómo se marchó. Cómo el terror me invadió. Cómo fui a parar ahí. Pero sobre todo, la razón por la cual todo sucedió. Lo recordaba, y temía que la pesadilla siguiera su curso.

-Lo lamento tanto-dije, una lágrima caía por mi mejilla-. Yo no quería... No voy a dejarte, Tom...

Niega con la cabeza.-No, por favor. Hablaremos de eso en casa.

-Pero...

-Basta, Katherine-acuna mi rostro, y se inclina hacia adelante hasta que su frente tocaba la mía-. Lo importante eres tú, cariño. Necesitas descansar.

¡Oh, Tom!

En eso, la puerta se abre, sorprendiendo a los dos, y una mujer pelirroja con bata blanca entra.

-Buenos días, señorita Rose. Soy la Dra. Stevenson-dice, sonriente.

Ella empieza a examinarme, verifica mi suero y de nuevo mi presión. No entiendo por qué tantas molestias por un simple bajón. La enfermera Lidia se le une; me extiende el vaso con agua, y lo bebo todo y se lo devuelvo. Tom permanecía apartado unos cuantos pasos atrás de ellas, observando atentamente lo que hacían.

Mi caballero inglés (PAUSADA) (Tom Hiddleston Fanfiction) (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora