Mi caballero inglés (PAUSADA) (Tom Hiddleston Fanfiction) (Editando)

Capítulo 22

—¿Por qué no empacaste desde que dieron la noticia?

Jenna me cuestionaba con cara de pocos amigos. No era para menos, la llamé en la madrugada, para que me ayudara con mi equipaje. Estábamos a un día de partir.

—Porque tuve mucho trabajo y ya sabes que no soy muy atenta con eso.

—Bien, lo entiendo. Lo que no comprendo es por qué llamarme a mitad de la noche—se paró de puntas para alcanzar la valija y se aventó a la cama junto con ella—. Todavía sigo en modo hibernación.

—Deja que quejarte y ayudame a guardar todo esto.

Fui al baño y saqué lo necesario, desde ahí escuchaba sus ronquidos. Sigilosamente me acerqué y me aventé encima de ella; recibí unos pocos golpes, pero al final logré que se despertara.

—Me deberás muchas, Rose.

—Lo que sea, Jenna—le guiñé—. Ahora, apúrate.

En total hicimos dos maletas, llenas de abrigos, vestidos, ropa informal y una extraña caja que Jenna metió. Acabamos sentadas en el sofá y en medio de nosotras un cubo de helado de vainilla.

—¿Cómo tomó Robert tu viaje a Londres?

—No lo sé—metí la cuchara con nieve en mi boca—. No se lo he dicho.

—¡Qué! ¿Por qué?

—No se ha dado el tema en ninguna conversación.

—No es algo que surja, Katherine. Debiste decirlo en cualquier momento.

—Ya no me regañes. Aparte, no se lo he dicho porque estoy molesta—resoplé—. No me defendió ante la prensa.

—Oh, vi la noticia en internet. Son unos idiotas, querida, no les hagas caso.

—Ese no es el punto. Yo esperaba que abogara por mí. A veces pienso que él cree todo lo que dicen.

—Eso no es cierto, Kathe. Él te ama.

—Pues... Mira, mejor no hablemos de eso—dije—. ¿Tú ya estás lista?

—Más que nunca—sonrió—. John dice que es la oportunidad de mi vida.

—¿John?—entrecerré mis ojos—. ¿Ya no es el señor Twin?

Se sonrojó. Por Dios. Jenna Montgomery se sonrojó.

—¿Qué ocultas?

—Nada—dijo, rápidamente—. El señor Twin solamente se ha portado bien conmigo, pero no es de extrañarse pues soy la amiga de su amor platónico.

Rodé los ojos. —No me vengas con eso, Jen. Dime la verdad.

—¡Te la estoy diciendo!

—No, no lo haces. Pero no voy a insistir, ya me lo dirás después.

Algo se traía ese par. Ya lo descubriría, como que me llamo Katherine Rose.

Debido al viaje, los asuntos en el trabajo debían dejarse listos y sin ningún atraso. Cindy no paró de dar vueltas y es que un contrato tuvo un error y se tenía que entregar ese mismo día. Afortunadamente lo resolvimos y todo salió bien.