Capítulo 6

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Me encontraba en mi habitación revisando algunas prendas de ropa que podía usar hoy. Nunca me había preocupado demasiado lo que me fuera a poner, pero ahora era diferente pues saldría con Tom y quería verme bien.

Estaba frente al espejo, alcé dos vestidos y los iba poniendo encima de mí para decidirme de una vez. En el fondo sentía que estaba exagerando... Sí lo estaba haciendo, sólo era un desayuno y luego yo tenía que ir a trabajar. Así que al final me decidí por unos jeans ajustados, una blusa blanca de seda, un blaser amarillo y unas zapatillas bajas del mismo color. Me maquillé lo más natural posible, me cepillé el cabello y controlé que no se esponjara y así dejarlo suelto.
Guardé las cosas que tenía que llevar a la oficina en mi bolso y otras cosas en una caja. Me senté a esperar que Tom llegara, apenas eran las 7:00 a.m. Pensé en recostarme un rato, pero el timbre me levantó de un susto y me obligó a abrir la puerta.

Me topé con esa mirada y esa sonrisa nuevamente, Tom me saludó primero y me dio un corto beso en la mejilla. Me limité a sonreírle, ya que lo que acababa de hacer me había dejado muda.

Tom Hiddleston manejaba excepcionalmente bien y con ese traje puesto, lucía como el chofer de la señorita Daysie. Aparcamos en la cafetería Donna&John's, el paraíso de las cafeterías en Nueva York.

Entramos al local y como si de alienígenas se trataba, todos volteaban a vernos. Algunos murmuraban, otros gritaban chillonamente, pero no entendía el motivo hasta que volteé a ver a mi acompañante.

Las personas empezaron a rodearlo, gritando su nombre y pidiéndole que se tomara una foto con ellos. Tom amablemente lo hizo, pero se disculpó con otros puesto que ahora estaba ocupado. Unos orgullosos y otros desilusionados volvieron a sus desayunos.

Nos sentamos cerca de la ventana, esperando que nos atendieran. Cuando una mesera con sonrisa de Colgate se acercó a pedir nuestra orden, no podía evitar preguntarme si esto no sería algún inconveniente para Tom. Y es que el motivo por el que nos conocimos no fue el mejor que digamos, lo chantajearon por unas fotos de él con una mujer y ahora él y yo estábamos aquí, expuestos al ojo público.

—Katherine.

Aunque no era problema, sólo éramos amigos.

—¿Katherine?

Sólo era un desayuno inocente, sin otras intenciones y la gente no podía juzgar eso.

—Katherine—tomó mis manos, ahora reaccioné y me sacó de mis pensamientos—. ¿Estás bien?

—Yo...

—¿Te molesta que nos vean?—preguntó preocupado, yo volteé a los lados y entendí a lo que se refería. Todos en la cafetería no apartaban la vista de nosotros, ni de nuestras manos entrelazadas—. Podemos irnos si quieres.

—No es eso, Tom—agaché mi rostro, apenada—. Es sólo que...me preocupa lo que vayan a decir de ti.

—¿Lo que vayan a decir de mí?—repitió, confundido.

—Sí, ya sabes... No quiero que te metas en un problema como lo de las fotos, por mi culpa.

Su semblante cambió a uno divertido, echó la cabeza para atrás y soltó una sonora carcajada. Admitía que esa risa me encantaba, pero estaba más intrigada en el por qué de ella.

—Katherine, eso no pasará—empezó a decir ya más tranquilo—. No estamos haciendo nada malo.

—Pero, ¿qué tal si nos ven y la prensa inventa que hay algo más?

—¿Eso te molestaría?

No entendía su tono, no entendía nada la verdad y no sabía si eso me llegaría a molestar.

Mi caballero inglés (PAUSADA) (Tom Hiddleston Fanfiction) (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora