Capítulo 26

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Dicen que el primer amor no se olvida, independientemente de cómo haya sido la experiencia, siempre se queda en nuestros recuerdos.

Aunque pase el tiempo, si las personas se vuelven a encontrar, se despiertan ciertos sentimientos que se creían extintos, y es tan fuerte que los reúne e incluso causa graves problemas cuando por lo menos uno de ellos tiene una relación formal.

No pensé que eso fuera a sucederme. No me creí tan débil como para dejar que anoche todos esos sentimientos se desataran. Pero era imposible ocultarlo. Lo amo.

—¿Vienes a desayunar?—me preguntó Jenna, después de tocar la puerta.

—Sí, ahora voy.

—¿Qué tienes?—se sentó a mi lado—. Estás muy distraída. ¿Problemas con Robert?

—...

—Katherine, dime lo que pasa.

—Estoy... algo confundida—busqué bien las palabras que iba a decir—. Yo sabía que lo seguía queriendo, pero creí que al estar separados todo eso desaparecería. En cambio, cuando lo volví a ver y estuve con él... Es como si mi amor renaciera y se multiplicara más que antes.

—Es lógico que lo quieras todavía, un amor así no se olvida tan fácilmente. Pero, ¿qué siente él ahora?

Cubrí mi rostro con las manos, moviendo la cabeza y susurré:

—Tom me ha dado a entender que le intereso. Ayer estuvimos a punto de besarnos.

—¡¿Y qué estás haciendo aquí sentada?!—exclamó, dando un brinco—. Tienes que ir con él ahora mismo y arreglar las cosas.

—Ojalá fuera así de sencillo. Se te olvida que tengo una relación con Robert. No puedo hacerle eso, Jenna.

—Otra vez con lo mismo—refunfuñó—. ¡Katherine, tú no lo amas! Seguir con él sólo les causa daño.

—Pero...

—... Nada de peros. Amas a Tom, él te quiere también, yo no le veo ningún problema—me miró con el ceño fruncido y se cruzó de brazos—. ¿O es que la del problema eres tú?—aparté la mirada—. ¿A qué le tienes miedo?

—A su mundo—contesté—. Él y yo somos muy diferentes. Hombres como él no se meten con mujeres como yo. Nunca seré lo suficientemente buena.

—¿Oyes las estupideces que dices?—reclamó—. Si Tom fuera esa clase de persona ni siquiera te hubiera dirigido la palabra. Tú misma te engañas.

—Pues será el sereno, pero yo no voy a fallarle a Robert.

Gruñó, dijo palabrotas y salió echa una fiera. Pero yo no iba a ceder. Creí que era lo correcto.

***

—¿Sugura que esa es tu decisión?

—Sí, ¿por qué no lo estaría?

—Bueno, porque sé que todavía lo quieres. Es algo que no se puede ignorar.

—¿Alguna vez has escuchado sobre: 'si de verdad lo amas, dejalo ir'?—pregunté—. ¿No es verdadero amor cuando prefieres la felicidad del otro aunque no sea a tu lado?

Mi caballero inglés (PAUSADA) (Tom Hiddleston Fanfiction) (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora