Capítulo 14

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-Sueñas con encontrar un amor así ¿verdad?

-Absolutamente, cuando uno halla a su otra mitad no hay nada ni nadie que los pueda separar -dijo llorando.

-Ten límpiate, llenaras el sofá de mocos -le tendí un Klennex.

-Lo siento, he conocido a tantas mujeres en mi vida y solo piensan que son las únicas que tienen sentimientos. No se acuerdan que también nos gustan los regalos, que nos sorprendan -tiene razón-. El simple hecho de ser hombre no nos hace inmune a todo esto.

-En muchas ocasiones, nos olvidamos de que ustedes también forman parte de la relación.

-Estuvo muy buena la película, pequeña.

-Ya quiero irme a dormir. Te ayudaré a limpiar.

-Me temo que no, yo puedo hacerlo solo. Ve a prepararte para dormir.

-Está bien.

Me dirijo al baño, necesito una ducha todos esos mensajes me preocupan. ¿Quién será esa mujer y aquel desconocido?

Al salir de la ducha me fijo en un sobre que se encuentra en el aéreo. Siento mucha curiosidad, lo tomo con sumo cuidado y lo volteó para leer a quién va dirigido:

Rebecca Reynolds

¿Pero qué demonios? ¿Qué tiene que ver Bullsom en todo esto?

Lo importante es que ahora la tengo en mis manos -pensé- la leeré.

Abro el sobre con mucho cuidado siento como si fuera oro en polvo, desdoblo la carta y aprecio la escritura fina que percibo a través de mis manos.

Desde: Madrid, España.

Día: Lunes, 28 de julio de 2011.

Hora: 16:00

Para: Mi conejita.

De: Su abuelo Bearded.

Han pasado tantos años desde la última vez que te vi, en estos momentos deseo besarte y darte un millón de abrazos. Extraño contarte cuentos para dormir, preparar pancakes y echarle un montón de miel tal como te gusta.

Recuerda que no hay distancia ni espacio que nos separe. Tú, estás latente en mi corazón y sé que piensas en mí cada día. Conserva todo lo que has aprendido de mí y confía en tu talento. Eres una niña brillante tienes tanto por demostrarle al mundo.

Anhelo verte mi pequeña, cada noche que tengo la oportunidad de apreciar las estrellas sonrío porque una vez me dijiste que ni las estrellas eran tan bonitas como mis ojos color avellana.

No puedo negarte que en esa ocasión me ruboricé por aquellas palabras y en ese mismo instante comprendí que la verdadera belleza está en tu interior. La dulzura que representas hace querer obsequiarte el tesoro más inalcanzable.

Me duele en el alma no estar contigo en fechas especiales como: Tu cumpleaños, pascua, año nuevo y nuestro día de las rosas. Esté en donde esté, tú siempre serás mi mayor orgullo y mi Ángel de la Guarda.

Te seguiré amando más allá de la eternidad.

Te Quiero Conejita.

Oh no, los recuerdos llegan a mí: Su voz, su sonrisa esas palabras de aliento, su apoyo incondicional, bellos y maravillosos momentos. También, recuerdo a mis padres y la manera tan déspota con que me trataron la última vez que los vi:

-Eres una niña salvaje. Mereces irte a un internado, ¿acaso no sabes que esas flores son las favoritas de tu madre? Pues, claro que no. Fue más fácil arrancarle las hojas. -dijo mi padre.

-Sergio, llévate a esta niña. No la quiero ver nunca más, es un peligro para mis plantas. Deberías mandarla con tu padre.

-Pero yo no he hec... -me interrumpió mi padre.

-Silencio jovencita. Si yo digo que te vas con mi padre lo tienes que hacer. No puedo permitir que avergüences a esta familia-afirmó-. Mañana mismo te vas a Illinois, ya no formaras parte de esta familia.

-¿Padre, no estarás exagerando un poco? -intervino Brianna.

-¿¡Exagerando!? Claro que no. A parte de entrometida también me cuestionas, tú también te irás a Illinoís -la señaló-. Nosotros nos iremos a un viaje de negocios por Australia.

Después de eso nos dejaron en el aeropuerto, nos montamos al avión con destino a Illinoís para luego encontrarnos con el abuelo. Nunca volvimos a ver de nuestros padres, solo sé que el vuelo de ellos se complicó y el avión se estrelló con una montaña. Desde ese instante el abuelo nos cuidó y protegió como si fuéramos sus verdaderas hijas.

El dolor de cabeza es tan fuerte que me deslizo por la pared hasta caer al suelo. Llega otro recuerdo a mi mente...

Veo al abuelo despedirse de mí en el aeropuerto aquel día:

-Abuelito no te vayas -lloro como si me arrancaran un pedazo de mi alma- no te alejes de mí.

-Mi conejita hermosa siempre estaré en tu mente y en tu corazón, prométeme que serás fuerte valiente y que serás justa tanto contigo como con los demás.

-Te lo prometo, pero ¿por qué te tienes que ir? ¿ya no me quieres?

-Migración está esperando que suba al avión para que regrese a mi país natal. No digas que ya no te quiero, si eres el tesoro más valioso que he podido encontrar.

-¿Regresaras a España?

-Sí, conejita.

-¿Regresaras a mí?

-Haré todo lo que esté en mis manos, para volverte a ver. Te quiero mucho -me besó en la frente.

No puedo evitar llorar, me arrancaron de las manos a la persona que más amaba. A la que me enseñó todo lo que sé ¿cómo estará? Tengo que buscarlo, descubrir en donde está. Necesito recordar quién llamó a Migración, tiene que darme una explicación. Todos estos años sintiéndome incompleta, sin saber la verdadera razón y esta carta a desatado esos detalles.

Me visto y salgo del cuarto de baño con la carta en mis manos. La guardo en mi bolso y me acuesto en la cama de Bullsom; ya no tengo fuerzas para pelear ni para preguntar nada. Solo quiero tener un espacio, para calmar este dolor.

Me levanto y me dirijo a mi bolso, busco mi teléfono y vuelvo a la cama.

Lo enciendo y selecciono el icono de músicas. Pongo Te Puedo Escuchar de Anahí:

Te marchaste sin aviso,

te busque y no estabas ya,

el destino así lo quiso,

pero tu alma no se ira,

eras mi cómplice en los sueños, sabíamos que un día, unidos volaríamos.

Sé que tus alas se quedan conmigo, que desde el cielo tu abrazo es mi abrigo, ángel divino me cuidas del mal,

sé que camino con tu compañía, que, con tu voz,

se me encienden los días,

aunque tu puerta hoy este más allá,

te puedo escuchar,

te puedo escuchar...

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Gracias por la portada #1:

@jorbeilyssequera

Regresa a mí de Ana G. Best [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora