Regresa a mí de Ana G. Best [Parte I]

Capítulo 7

No sabía ni por donde comenzar, estaba muy presionada. Brianna prometió que se haría cargo de mí, ya que nuestros padres murieron. Y la herencia quedó a nombre de ella hasta que yo cumpliera la mayoría de edad o eso es lo que ella me ha dicho. No hace más de dos meses que cumplí los dieciocho años, pero hay que hacer demasiada papelería. Ella mientras tanto, me pagaría la universidad, el apartamento y cualquier cosa que se me antojara.

Esto de trabajar me pone enferma, toqué la prenda que cuelga de mi cuello. A formado parte de mí desde siempre, al menos eso es lo que siento. No sé quién me regaló este collar o cuando me lo dieron, solo sé que no debo quitármelo por nada del mundo. Brianna tiene uno igual, solo que ya no lo usa. El mío tiene una llave esmeralda y el de ella una mariposa rosa. Cuando le pregunté ¿quién nos lo regaló? Me evade, normalmente me pide que le confíe el mío. No veo porque me insiste tanto en este absurdo collar. Me pregunto si abrirá algo, lo más seguro es que sea un simple adorno.

Llevaba dos horas caminando, sin encontrar es que nada. Nadie quería contratar a alguien sin experiencia, pero ¿cómo quieren que uno tenga experiencia si no nos dan la oportunidad? La búsqueda fue un fracaso, ya me veo vendiendo mi ropa. ¡Oh Santa Rita por favor no lo permitas! Necesitaba un peine, tenía la melena de Aslan revuelta. Al alzar la vista descubrí que estaba al frente de Dunkin' Donuts así que cambiaría el cupón. Entré al establecimiento me dirigí a la caja para preguntar cómo funcionaban estos cupones, miré a la derecha.

Al hacerlo me quedé estupefacta, era Gregorie y no se encontraba solo. Había una chica que no es mi hermana y la está besando apasionadamente.

-¿Qué demonios Greg? -le grité.

-Emm, hola Becca. ¿Qué tal la universidad?

-No me vengas con tonterías, ¿quién es esa? -le pregunté.

-Becca, esto no te incumbe -me siseo.

-Estás siéndole infiel a mi hermana -le espeté.

-Ambos sabemos que ella solo quiere mi dinero.

-Eres una basura, Greg.

-Y tú una mantenida, que no sale de las faldas de su hermanita -irradiaba indiferencia por los poros.

-Te estás pasando, mujerzuelo.

-Esa palabra ni existe -se rió.

-Eres un indiorante -hablándole a ella-. Si yo fuera tú me alejaría de esta basura.

Esto es el colmo y Brianna dice que ¿yo soy la ingenua? No puedo creer que acepte esto. Se supone que una mujer debe darse a respetar. Y él como su novio también porque aspira a casarse con ella ¿no? Bueno al parecer no pensamos igual a mí. ¿Cómo dices amar a alguien sino conoces sus secretos más oscuros?

Al salir del establecimiento vi a una joven pareja.

Ella tenía como unos veinticinco años, la verdad es que no había visto a alguien tan feliz. Ella le sonreía a su acompañante, le pongo unos veintiocho años a él. La miraba como si la fuera a perder dentro de poco. Luego llegó una pequeña con Síndrome de Down. Presentaba sus ojos inclinados hacia arriba y orejas pequeñas con la parte superior apenas doblada. La boca la tenía pequeña, lo que hizo que su lengua se viera grande al momento que les sonrió. También, admiré su nariz por ser pequeña, con el tabique nasal aplanado. Pero sin importar su aspecto esa niña se veía feliz.

¿Y cuál es la razón?

Porque ellos la amaban así tal cual. Se lo demostraban con abrazos y besos, la miraban con tanto amor que hasta a mí me dieron ganas de correr y abrazarla. No es sencillo traer un niño al mundo y mucho menos con este síndrome, dicen que son seres especiales. Y ya veo la razón son las criaturas más amorosas que existen, solo quieren que los acepten como son.

La niña me sonrió no pude evitar devolverle el gesto, busqué en mi bolso un confite, se lo tendí. Y su sonrisa se hizo más ancha, era maravillosamente hermosa. Lo más lindo de todo esto, es que no me dio las gracias, sino que me lanzó un mega beso. Yo no necesitaba que me agradeciera nada, el simple hecho de verla sonreír era más que suficiente.

Cada mujer que lleva en su vientre a un niño, piensa que tiene que elegir si vive o no. La verdad es que ella no puede tomar esa decisión porque los padres de aquella futura mamá decidieron que tenía que conocer el mundo exterior, no la privaron de ese derecho que fue concedido por Dios, puede que esa criatura venga con problemas físicos o presente algún síndrome, pero no se te da un peso que no puedas cargar. Todo está basado en la resistencia, querer luchar por algo sin importar qué.

Sigo caminando y reflexiono acerca del rumbo de mi vida. No recuerdo nada de mi infancia, ni siquiera a mis padres. Solo tengo a Brianna y no puedo decir que la vida ha sido cruel conmigo, he tenido altas y bajas como cualquiera. Deseo descubrir la razón por la que tengo este collar, aún soy joven. Tengo que decidir que va a ser de mí dentro de algunos años, ya empecé mi carrera en la universidad depende de mí si la logro culminar. Debo arreglar mis papeles para recibir la parte de la herencia que me corresponde y sobre todo debo conseguir trabajo para sobrevivir no puedo depender de Brianna por siempre. Llegará el día que se harte de mí y me dé la espalda y es justo lo que está haciendo ahora.

Me subo al metro y enciendo mi MP3. Ni siquiera estoy escuchando la canción, pero de repente me siento sola. Sé que tengo el amor de Dios y que es suficiente para seguir adelante, pero necesito a alguien que me calme cuando estoy histérica, que me haga sonreír, aunque esté triste. Ese alguien que me bese y me obligue a perder la razón, esa persona con la que quiera pasar horas, días y meses. Nadie está interesado en mí ¿por qué habría de hacerlo? Soy pequeña, sólo mido 1.53 cm, tengo cabello largo una mezcla de chocolate oscuro con rizos rojos, mis ojos son color avellana y mi nariz es respingona. Caderas anchas y mis pies son pequeños. No soy interesante...

Está sonando My Hearth will go on - Celine Dion

Me pierdo en la letra de la canción, es la más bonita que he escuchado.