Regresa a mí de Ana G. Best [Parte I]

Capítulo 17

Hay veces en las que debes dejar todo atrás para seguir adelante. Y hay otras ocasiones en las que debes reconciliarte con tu pasado para tener un futuro prometedor.

Lastimosamente tengo que decidir cuál será mi siguiente paso. Debo buscar a Brianna aclarar las cosas con ella, buscar a mi abuelo necesito saber exactamente qué pasó con él y la razón de este collar. Tengo mucho miedo, saber que la familia que me crió no es la verdadera y que me arrancaron de los brazos de mi madre me hace querer acabar con el responsable. Pienso que no puedo juzgar, no tengo ese derecho. Sin embargo, no puedo olvidar a: Tock Daniells mi gran y último amor. Quizás no entiendan bien lo que sucedió. Pero me dio los mejores momentos de mi vida. Me hizo ver lo linda que era y que podía ser yo misma sin temor a equivocarme. Aparte de regalarme mis flores favoritas, entre otras cosas. Un día me lo volví a encontrar:

-¿Podemos hablar? -él se encontraba en su auto.

-No lo creo, tengo que ir a comprar unos materiales.

-No te robaré mucho tiempo -me miraba con dulzura, se veía tan lindo desde su auto.

-Ya te dije que tengo cosas que tenía que hacer -le dije mientras caminaba.

-¿Me dejas acompañarte?

-No me montaré en tu matraca.

-¿Mi qué? -sonrió- dices palabras tan raras.

Dejo de caminar y le digo.

-Eres un imbécil con aire de grandeza que ni siquiera puede tratar bien a una chica.

-Oye, oye. No lo dije para ofenderte, fue un cumplido.

-Gracias, mi comentario también lo fue -que cabeza hueca es este chico.

-Me la estás poniendo difícil -se rasca la nuca.

-Ya déjame en paz.

Estaciona su auto y cierra de un portazo.

-¿Siempre eres así? -me preguntó.

-¿Así cómo? -me giré para encararlo.

-Tan seca, insensible. Tienes en la frente un letrero que dice: No me vengas a joder o te mato.

-¿Tengo que reírme?

-¿Ves?

-Por amor a Dios, ya déjame en paz -me sulfuré.

-Espera -me detuve- te propongo un trato. Si me dejas ir contigo a donde sea que vayas, dejo de comportarme como un idiota.

-¿Y si no quiero?

-Te besaré.

-¡Já!

-Tienes tres segundos para pensarlo.

-1... -Dios mío, ¿qué hago?- 2...

-Ya deja de contar que me pones nerviosa.

-Así que te pongo nerviosa ¿eh? -tiene una seguridad innata este chico- ¿entonces aceptas o no?

-Tengo una condición.

-¿Y cuál es?

-Tienes 24 horas para convencerme de que eres una buena persona. Debes ser romántico -solté la carcajada de mi vida- sé que es difícil para ti, pero...

-Descuida, aceptaré tus condiciones. Tú pon las que quieras yo sé cómo terminará todo entre tú y yo -me ha dejado sin palabras. «Oh San Quico, quiero besar a este chico» ¿Pero qué estoy pensando?