Capítulo 11: Eres tú.

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Capítulo 11: Eres tú.

Me desperté, pero Adam no estaba, y no traía mi pijama. Traía puesta la misma ropa que llevaba cuando hablé con Adam en el jardín, y entendí todo.

Había sido un sueño.

Claro, ¿cómo Adam haría eso? ¿Cómo dejaría su madre que haga una fiesta? Eso era estúpido. Yo era estúpida.

*Adam's POV*

Después de dejar a Natalie dormida en mi habitación recibí un mensaje de Ollie diciendo que mamá quería hablar conmigo.

Y cuando mamá quiere hablar, mamá tiene algo muy importante que decir.

Caminé hacia su habitación intentando mantener la calma ya que se me venían a la mente mil posibles situaciones. Adam, esa chica no me gusta. Adam sé que ella y tú mienten. Adam, tu hermano embarazó a una chica. Realmente cualquiera era posible.

Sentí como mi mano temblaba y me empezaba a sentir ansioso, no era normal para mí ponerme nervioso pero estaba sucediendo.

Abrí la puerta y vi a mi mamá leyendo unas notas en su escritorio. Me acerqué a ella, se quitó los lentes y me hizo una seña para que me siente en la silla que estaba a su costado. Le hice caso y me senté, siendo observado por sus ojos verdes.

-Adam... - Tomó mi mano y me miró uno segundos. - Te extrañé mucho...

-Yo también. - Sonrío y con su otra mano acarició mi rostro.

-Hace mucho que no lo visitas. - Agaché la cabeza.

-Mamá... No creo que esté listo.

-Recuerda la promesa, Adam. - Suspiré. - ¿Es ella la indicada?

-Sí, lo es. - Mentí, o tal vez no... ¡Claro que mentí!

-Bueno, tú sabes mejor que nadie que él querría conocerla. - Asentí.

-Si sé. - Besó mi mano.

-Pues podemos ir a visitarlo ahora mismo si no te molesta. - Asentí levemente y mi madre sonrío. - Bueno, ve a decirle a Natalie.

-Vale. - Solté su mano y salí de la habitación.

Ahora entendía. Nunca se me olvidó la promesa pero no entiendo porque quiere que sea tan pronto si ni nos ha visto juntos, solo abrazados y ya... Tal vez tenía razón y Natalie era la indicada.

¡NO!

Adam... ¿qué piensas?

Entré en la habitación y vi a Natalie sentada mirando a todos lados confundida. Parecía que hubiera tenido una pesadilla. Me senté en su costado y me abrazó.

-¿Qué pasó? - Dije aun abrazándola.

-Tuve un... mal sueño. - Sonreí y acaricié su cabello. - Ehm...

-Prepárate, vamos al cementerio. - Me miró extrañada. - Quiero que conozcas a mi padre, Nat.

-Adam... No tienes que hacer esto. - Se separó de mí y me miró. - Enserio, si no estás preparado no tienes que hacerlo.

-Quiero hacerlo. - Ella asintió y plantó un pequeño beso en mis labios.

Sonreí y ella se separó de mí, cogió su ropa y se metió al baño con una toalla. Yo me quedé afuera leyendo una revista y mirando cosas en mi Twitter. Escuchaba como Natalie cantaba en el baño y sonreía porque me la imaginaba bailando, era extraño imaginármela así. Ella no es la clase de chica espontánea y loca, es diferente a todas las chicas que he conocido.

Pensé en ella, mucho, no sabía por qué lo hacía pero pensaba cosas lindas de ella. Como lo hermosa que es, lo adorable que es y en sus labios... Oh, sus besos.

-We did everything right now I'm on the outside. - Natalie cantó saliendo del baño.

-Hola. - Sonreí y me paré para abrazarla por detrás. - ¿Qué tal la ducha?

-Bien... - Dijo mirándome para luego voltearse. - ¿Estuviste aquí todo el tiempo?

-Mmmmhm. - La miré y ella sonrío para luego pasar sus brazos por mi cuello acercándose. - ¿Alguna vez te dije que eres hermosa?

-No. - Se sonrojó.

-Pues lo eres.

-Adam... - La besé y ella me acercó más pegando nuestros cuerpos.

-Eres tú. - Y me miró sin entender, pero yo solo me entendía.

***

*Natalie's POV*

Llegamos al cementerio.

Su madre trajo un ramo de flores y su hermano una carta, supongo que se la leerá o la dejará en su lápida. Adam por otro lado se veía un poco preocupado, estaba temblando todo el camino al cementerio y me vi obligada a tomar y mano y abrazarlo.

No me quejo.

Cuando llegamos fueron su madre y él los primeros en ver a su padre, yo me quedé con su hermano esperando a un costado alejado de ellos.

-Adam me habla mucho de ti. - Dijo su hermano mientras jugaba con la carta. - Te aprecia mucho.

-Lo sé. - Agaché la cabeza y sonreí. - También lo quiero mucho.

-Sé la verdad.

-¿Qué verdad?

-Que ustedes dos no son novios, Adam me lo dijo hoy en la tarde cuando te molestaste con él. - Suspiré.

-No...

-No le diré a nadie, tranquila. - Me guiñó el ojo y sonreí cómplice.

Su madre regresó con un par de lágrimas en su rostro y me dijo que Adam quería presentarme a su padre. Yo caminé mirando al piso hasta donde él estaba. Leí el nombre de la lápida "Larry Dunne 1963-2010", miré a Adam y estaba llorando.

No dudé ni un segundo en abrazarlo y él correspondió, suspiró y empezó a hablar.

-Pá, ella es Natalie. - Asentí mirándolo. - Es muy especial para mí y quiero que la conozcas, porque hice una promesa y la cumpliré, ya la cumplí.

-Un gusto, Adam me habló mucho de usted. - Hablé y Adam sonrío pegando nuestras cabezas. - Me contó que fue un gran hombre y un gran padre para él, y lo extraña mucho pero yo lo ayudaré y lo cuidaré por usted.

-Gracias, Nat. - Sonreí y me dio un beso largo, pude sentir como su familia nos miraba. - Sé que eres tú.

-¡Claro que soy yo! - Rio. - Soy Natalie Gómez, duh.

-Pronto lo entenderás, Nat. - Asentí y él miró a la lápida nuevamente.

-No sabes lo mucho que te extraño. - Se agachó y dejó una rosa blanca encima de la placa con el nombre de su padre. - Perdón por todo lo que hice, perdón por no hacerte caso y salir con mis amigos, perdón por a veces ser grosero con la abuela, perdón por pegarle a Ollie en los huevos cuando rompió mi regalo de Navidad. - Reí bajito. - Pero principalmente, perdón por no permitir que estés aquí para cumplir mi promesa, pero espero que esto sirva de algo.

-Su hijo es una gran persona. - Me miró y se volvió a parar.

-Eso intento. - Suspiró. - Adiós, pá.

-Adiós señor, un gusto. - Me sentí rara porque nunca había estado en un cementerio y nunca había hecho esto de hablar con alguien que falleció, pero se sintió bien.

-Puedes ir, Ollie. - Ollie asintió y con la carta en mano se acercó a la lápida.

Pasamos más o menos media hora más ahí y luego nos fuimos a su casa nuevamente. Su madre seguía siendo adorable conmigo, así que supongo le caigo bien y su hermano nos ayudó a mantener el secreto.

Me estaba empezando a gustar... ¡Londres! ¿Qué piensan sus mentes cochinas?

Locos.

***

Twitter: @xLovelyComplexx

El Chico De La CafeteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora