Capítulo 12: Discusiones.

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Capítulo 12: Discusiones.

Su madre decidió que sería buena idea ver fotos de Adam cuando era pequeño.

Y si fue una buena idea.

Porque ahora mismo él quiere que la tierra lo trague y yo me estoy aguantando la risa, se veía tierno cuando pequeño.

Su mamá sacó aproximadamente 10 álbumes de fotos de Adam y me mostró uno por uno. Realmente quería mucho a sus hijos. La gran mayoría de fotos eran de Adam haciendo las cosas que cualquier padre quiere recordar. Su primer baño, su primera Navidad, su primer cumpleaños, su primera bicicleta, su primer día del Padre... Eso debe ser duro de recordar.

Adam y Ollie estaban en el patio jugando baloncesto. Cabe mencionar que aparte de un jardín tenían una cancha de baloncesto, porque al parecer a su padre le gustaba mucho y les enseñó a jugar.

Yo estaba sentada en el mueble de la sala con su madre viendo las fotos y muriéndome de ternura. Miraba cada foto analizando los gestos de Adam. No ha cambiado mucho.

En todas sonreía y en varias se mordía el labio, es como si no hubiera cambiado.

Luego vi una foto de Adam en su cumpleaños quince con su padre. Parecía tan feliz, que sentí como si yo también hubiera perdido algo importante. Y sabes a lo mejor él tenía razón y tenía que hablar con mi padre, pero estoy al otro lado del mundo así que es un poco complicado. Le dije a mi mamá que no le diera mi número ni mi dirección, así que no tiene manera de encontrarme.

Volviendo a lo que estaba pasando en la sala, su madre miraba fotos de su fallecido esposo. Debe ser duro no quebrarse enfrente de sus hijos, mi madre hizo lo mismo por muchos años, y estoy segura que esta señora también ha tenido que aguantar por sus hijos.

-Gruñi, hay que ir a mi antiguo colegio. - Entró Adam con un balón en la mano mientras sonreía.

-Yo... - Miré a su madre y ella asintió mientras tomaba los álbumes. - Claro, déjame buscar una chaqueta.

-Vale. - Adam le lanzó el balón a Ollie y tomó las llaves de la mesa para acompañarme a la habitación.

Ambos caminamos en silencio, yo por mi parte alegre y él... bueno, él un poco nervioso.

Movía mi cabeza recordando una canción que escuché anoche y no borré la sonrisa de mi rostro. Las fotografías de Adam seguían frescas en mi mente, me daban ganas de aplastar sus mejillas por lo tierno que era de pequeño e incluso ahora.

Nadie dijo nada al entrar en la habitación.

-The sun is shining and so are you - Canté mientras cogía la chaqueta de mi maleta y Adam rio.

-Me gusta esa canción. - Dijo él sonriendo y le devolví la sonrisa.

-¿Dónde queda tu colegio? - Arrugó la nariz.

-No muy lejos. - Asentí.

-¿Vamos?

-Vamos.

***

Llegamos a la escuela de Adam y era bastante pequeña comparado con lo que imaginaba.

Tenía un pequeño patio y alrededor estaban las puertas a las aulas.

Habían varios alumnos de quinto de secundaría afuera, incluso algunas se quedaban mirando a Adam y algunos a mí. Adam se dio cuenta y me abrazó contra él, los chicos dejaron de mirar y las chicas se voltearon. Adam me sonrío y me dio un pequeño beso en los labios, luego tomó mi mano y me llevó a un patio de juegos atrás de la escuela.

Esto parecía la clásica escena de película para adolescentes.

Nos sentamos en los columpios y empezamos a balancearnos, debo decir que el silencio hacía la situación más romántica. Adam solo sonreía y miraba al piso, de vez en cuando me miraba a mí también y me sonrojaba.

-Adam... - Me miró y asintió para que siguiera hablando. - ¿Qué significa eso de "tú eres"?

-Gruñi, no te lo puedo decir ahora. - Hice una mueca arrugando mi nariz y él rio. - Pronto entenderás todo. - Asentí y ambos paramos los columpios.

-Esto es muy extraño. - Él me miró confundido y rio bajito.

-Vale... A mí me gustas. - Hizo una pausa. - Me gusta estar aquí, digo. - Agaché la cabeza.

La conversación siguió pero no hablamos sobre el "tema".

Me contó mucho sobre la escuela. Como por ejemplo que su padre era muy querido por sus compañeros porque era el mejor en baloncesto y los ayudaba. Aparentemente Adam estuvo en el equipo de baloncesto y ganó varios campeonatos. Incluso me llevó a ver los trofeos en la sala de administración.

Después de pasar varias horas en la escuela de Adam y de ver a varias muchachas con las hormonas revueltas mirarlo con su mejor cara de coqueteo, decidió que sería buena idea irse. Pero antes la más rubia de las chicas se nos empezó a acercar, sabía que quería hablar con Adam y no lo iba a permitir.

Si iba a hacer mi papel de novia falsa, lo iba a hacer bien.

Así que cuando Adam me preguntó si me gustó el colegio le di un beso, pero de esos besos de película, ¿saben? De los besos que alejan a la chica mala de la protagonista y el chico popular, pues así.

Adam no se negó y digamos que perdí el control de lo que sucedía y fue él el que empezó a controlar el beso y la situación. Puso sus manos en mi espalda empujándome más hacia él y yo puse mis brazos alrededor de su cuello. Sonrío en medio del beso y se separó con la respiración agitada.

-¿Lo hiciste por ella, no? - Sonreí y él me soltó. - Vamos.

-¿Estas molesto?

-No, Natalie, ahora vámonos. - Tomó mi muñeca jalándome por todo el pasillo.

-No, Adam. - Me miró molesto. - Yo soy la que debería estar molesta. ¿Quién esta acá jugando al novio y la novia? Yo. ¿Y sabes qué? Me cansé.

Y Natalie Gómez volvió a quebrarse.

Salí de la escuela obviando a Adam y sus intentos de que hablemos. Tomé un taxi hacía un lugar desconocido para mí, así que digamos me estaba yendo directamente a la mierda.

Pude ver las luces del auto de Adam atrás del taxi, así que paré el taxi en cuando vi una cafetería, le pagué al señor taxista que traía pintas de estar asustado por la persecución y por él chico de alto que estaba acercándose a mí. Así que cuando Adam me jaló del brazo el taxi se fue volando del lugar.

Enserio, ese señor estaba muy asustado y su huida fue muy graciosa.

Vale, Natalie, es un momento serio, tú y Adam están teniendo su primera discusión en la relación, "relación". Así que tiré de mi brazo para que Adam me suelte pero no lo hizo. Claro, un chico que mide el doble que yo, que ha practicado baloncesto y puede cargarte con una mano soltara tu brazo con un jalón, sueña Natalie.

Adam parecía más serio de lo normal, incluso más que cuando se disculpó porque me hizo perder el trabajo, me miró con sus ojos azules haciéndome pensar si fue muy estúpida por la escena que acabo de hacer.

Pero mi orgullo es grande.

Volví a intentar sacar su mano de mi brazo, pero al parecer a él no le quedó claro que no quería hablar y me cargó como un saco de papas hasta el carro. No parecía importarle que la gente nos mirara como si estuviéramos locos o que le estuviera golpeando el trasero, simplemente no decía palabra ni expresaba ninguna emoción.

Me dejó en el asiento de atrás y se metió lo más rápido que pudo al carro para arrancar a un rumbo desconocido para mí.

***

Twitter: @xLovelyComplexx

El Chico De La CafeteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora