Capítulo 10: ¡No tengo la regla!

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Capítulo 10: ¡No tengo la regla!

*Natalie's POV*

Después del incómodo momento de ayer con Adam, ya que me besó de la nada, decidí que no iba a hablar con él a menos que su madre o hermano estuvieran presentes o mirándonos.

Me senté en la banca del jardín. Su casa era bastante acogedora, era de dos pisos, la sala tenía una puerta de cristal que daba al jardín, así que pude ver cómo Adam me miraba esperando que me acerque a él. Su madre lo miró y vi cómo le dio una indicación y él no tardó mucho en sentarse a mi costado. Tomó mi mano y sentí cómo se acercó un poco a mí, quería estar cerca para actuar mejor eso es lo único que le importa.

¿Cómo no pude ver antes?

La única razón por la que Adam me besa es por todo este teatro que estamos montando a su familia, porque somos amigos, pero, ¿por qué se fijaría en una chica con problemas tan estúpidos como los míos? En una chica tan corriente, e incluso pensará que soy fácil.

-Nat, perdón por lo anoche. - Sentí como una lágrima caía por mí mejilla. - ¿Estas llorando? Nat, no...

-Estoy bien, Adam. - Solté su mano y me limpié una lágrima. - Solo estoy... En días complicados.

-Oh... - Agachó la cabeza. - Lo entiendo, eres mujer y... - Se rascó la nuca y se mordió el labio.

-¿Qué? ¡No! Adam... - Me tapé la cara y él empezó a palmear mi espalda.

-No tienes nada de qué avergonzarte, Nat. - ¿Por qué me pasaba esto a mí? Cree que... Imbécil.

-¡Adam no estoy con la regla! - Grité llamando la atención de su hermano que había salido al jardín, nos miró y luego se empezó a reír a carcajadas.

Me sentí tan estúpida, ¿por qué Adam es tan imbécil? ¡Nunca le dije que tenía la regla! Y ahora cree que Andrés me visitó, peor aún, su hermano cree eso también. ¿Saben qué es peor que tener la regla? No tenerla y que todos crean que sí.

Me levanté y caminé enojada a la habitación siendo perseguida por Adam. Intentaba agarrar mi brazo pero me movía y lo empujaba, aunque en realidad eran solo golpes inofensivos para él. Entré y él me siguió cerrando la puerta, me tiré en la cama y empecé a llorar. Él se sentó a mi costado y empezó a acariciar mi pelo.

-Adam, suéltame. - Dije mientras escondía mi cabeza en la almohada.

-No, cuando una mujer está así tienes que...

-¡NO TENGO LA PUTA REGLA! - Grité dándole la cara y él agachó la cabeza.

-Nat... - Sonrío nervioso. - Perdón.

-No te voy a perdonar me dejaste mal frente a tu hermano.

-No es por eso, Nat. - Me senté abrazando la almohada que aún seguía mojada por mis lágrimas. - Por lo de anoche, pensé que alguien iba a entrar y...

-Lo que sea. - Me tapé la cara nuevamente y él caminó hacía la puerta.

-Siempre puedes confiar en mí, Nat. - Y se fue.

Y me sentí sola otra vez, porque ni siquiera estaba en mi ciudad, y no tenía a mis amigos. Estaba sola con alguien que me está usando y pretendiendo ser alguien que no soy.

Porque por más que Sam quiera, Adam no es ni será nada mío.

***

Y su madre decidió organizar una fiesta de bienvenida.

Entonces ahí estaba Natalie, usando un vestido que su "suegra" le compró para la ocasión, viendo como su "novio" se emborrachaba. Y es que estaba usando ese vestido negro ajustado solo para sentarme en el sofá. Había mucha gente, la mayoría jóvenes de mi edad o incluso mayores.

Adam era el centro de atención. Su madre no estuvo por mucho tiempo en la fiesta, solo la primera media hora y luego se fue a su habitación, al parecer confiaba en su hijo, que cabe resaltar, esta borracho y acercándose a mí peligrosamente.

-¿Pur qué un bailas? - Dijo mientras se movía ridículamente.

-No quiero. - Me levanté. - Me dio sueño, me voy a dormir.

-Nuuuuuuuuu. - Dijo tomando mi brazo, me jalaba para que no me fuera.

-Adam, suéltame. - Negó y yo empecé a avanzar jalándolo conmigo.

-Thi tú te vas, sho me vuy cuntigo. - Al parecer borracho no tenía tanta fuerza, y hablaba como retrasado mental.

-Adam, para. - Dije soltándome de él y caminando a la habitación siendo perseguida por él.

-Nu. - Dijo entrando en la habitación y yo cerré la puerta.

Cuando menos me lo esperé me empujó contra la puerta y me empezó a besar. Puso sus manos en mi cintura y yo no me pude resistir a poner la mías alrededor de su cuello. Me pegó más a él, y empezó a bajar las manos, entonces me di cuenta que estaba mal y me separé de él. Pero no me dejo ir.

Esta vez puso su mano en mi muslo haciendo que enredara mis piernas alrededor de su cintura y mientras nos besábamos me dejó caer en la cama.

Seguimos besándonos. Me besaba el cuello mientras yo le pedía que parara, aunque no quería, quería seguir y pensar que sentía algo por mí, pero no sabía si era verdad, si esto era real, si lo que él sentía era real o era parte de los efectos de alcohol.

Se quitó la camisa y fue entonces cuando me di cuenta que estaba mal e intenté alejarlo, pero no me dejo, no hasta que su hermano abrió al puerta.

-Ollie, estoy en medio de algo ahora, vete. - Y su hermano lo obedeció.

Volteó a mirarme lujuriosamente pero lo empujé. Tomé mi pijama y entré en el baño, iba a ignorar lo que acababa de pasar, no podía creer esto.

Después de cambiarme y lavarme la cara para reaccionar un poco salí y lo vi con su pijama puesta, excepto que no traía polo. Me miró y sonrío, la sonrisa tierna que me dio el primer día que nos conocimos.

Lo ignoré nuevamente y deje mi vestido en una maleta, para luego echarme en un lado de la cama dándole la espalda. Pero Adam era terco, y no se rindió, nunca se rinde. Se echó atrás mío y pasó sus fuertes brazos alrededor de mi delicada cintura apretándome contra él, me dio un beso en el hombro y empezó a roncar.

-Natalie, eres tan bonita. - Dijo entre sueños, pero lo ignoré.

***

Twitter: @xLovelyComplexx

El Chico De La CafeteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora