Sweet Attraction. [Attraction #2]

Capítulo 2: Mantener las apariencias.

Narra Carter.

Ella estaba impresionante. Su cabello recogido en un elegante peinado dejaba a la vista su perfecto cuello, sus ojos verdes resaltaban en medio del maquillaje oscuro que llevaba y sus hermosas piernas se lucían detrás del delicado material transparente de su falda. Me estaba costando mucho seguir la conversación que mi padre y el suyo estaban teniendo, pero verla alejarse era como otra herida en mi corazón que no estaba muy seguro de soportar. Necesitaba saber con quién había ido.

Noté como Connor también la observaba, como si quisiera una probada de la hermosa chica que se acababa de ir. Como si hubiese encontrado una presa. Lo que mi hermano no sabía era que si Eleonor se daba cuenta de sus intenciones, lo daría vuelta como una media. Podría aparentar ser una dulce chica, con poco cerebro, justo lo que su padre necesitaba presentarles a los hijos idiotas de sus futuros socios como lo era Connor; sin embargo, Eleonor Cray no tenía un pelo de tonta. Era toda una mujer que no se dejaría derribar por nadie, con una inteligencia y dulzura que muy poco podían apreciar.

—Es ella. —Lilly estaba parada a mi lado, con una sonrisa de oreja a oreja impresionante. Maldita chiquilla metida.

—No voy a hablar del tema. —Suspiré y me disculpé con mi padre y el Sr. Cray para poder retirarme.

—No necesitas decir nada, se nota en todo tu rostro —Mi hermana jamás se cansaba de meterse donde no la llaman, pero no podía resistirme demasiado a ella. Después de todo es mi hermanita—. Ahora, espero que el idiota de Connor no intente nada. No creo que nuestro hermanito haya impresionado a la chica.

—Si Connor intenta algo tendré que romperle la nariz. —De solo imaginar a mi hermano con Eleonor mi sangre hervía. Jamás lo permitiría.

—Menos mal que no hablarías —Lilly sonrió como el gato de Alicia en el País de las Maravillas, sabiendo que se había salido con la suya cuando dejé ir ese último pedazo de información—. Quiero que me la presentes, vamos a buscarla. Total, Connor parece muy feliz de chuparle las medias tanto a papá como al padre de Eleonor.

—Deberías cuidar tu vocabulario, Lilly, si mamá te oye estarás castigada por el resto de tus días. —Sonreí al saber que mi hermanita era indomable. Pobre el que intentara cambiarla, jamás lo lograría.

Llevé a mi hermana a través de la multitud, mientras la chica deslumbraba a todos con su belleza y simpatía, yo repartía mis saludos corteses en un intento por mantener las relaciones sin que me reclamen más atención de la que podía darles en ese momento. Tenía un objetivo en la mira. No fue difícil localizar a Ryan y a Scott, y si ellos estaban allí Eleonor también lo hacía. Esperaba que Noah también lo hiciera, el chico podía tener la edad de mi hermana pequeña pero tenía los pies bien plantados en la tierra, lo que lo hacía por demás interesante y fácil de tratar.

—Pero Eleonor es lo mejor que hay esta noche, no he visto nada que valiera la pena. —La voz de Ryan fue lo primero que llegó a mis oídos.

—He estado gran parte de la noche hablando con mis padres y sus amigos junto a Vera, imposible que haya mirado a alguien más —Y ese era Scott. Él tenía la mirada fija sobre la chica de vestido azul y mechas violetas en su cabello—. Gracias que puedo apreciar lo hermosa que está Eleonor y sólo porque me obligó a darle una opinión.

—Sólo exageras. —La tímida voz de la chica que acompañaba a Scott era realmente adorable.

—Buenas noches. —Me aclaré la garganta mientras entraba en el campo de visión de todos, con mi hermana atrás.

No estaba seguro de ser bienvenido, pero se suponía que tenía una amistad con Eleonor. Sabía que Ryan no confiaba en mí, al igual que no era de fiar para mí. Él era el más cercano a Elle lo que me ponía los pelos de punta. Sí, tenía celos del jugador Ryan Specey. Scott, por otra parte, me miraba curioso, como si intentara entender que es lo que estaba planeando. No sabía por qué continuaba dirigiéndome la palabra cuando, sin ninguna duda, él era partidario a seguir cuanta locura cruzara por la cabeza de Eleonor. Sin embargo, había algo en Scott que todavía me daba una chance y estaba agradecido.