Narra Carter.
Había sido un milagro no quedarme solo antes, pero ya no podía evitarlo. Noah había sido un buen amigo, había estado un largo tiempo a mi lado, sin embargo, necesitaba su tiempo a solas con Sally. Sabía que este club había hecho algo por ellos y era imposible que ignorara las miradas que le lanzaba al chico desde la pista de baile reclamando si atención. Además, necesitaba un trago antes de retirarme.
Había estado bebiendo agua toda la noche, intentando minimizar la cantidad de alcohol en mi sangre para poder llevar a todos a casa con responsabilidad. También porque había renunciado a la grandes cantidades de alcohol en mi primer año de Universidad. No quería ni pensar en cómo había llegado a ese estado, sólo había ocurrido. Pero jamás volvería a beber tanto como para pasar la noche abrazado al inodoro delirando sobre que había un pequeño duende que se reía de mí.
Pedí una cerveza y me quedé apoyado en la barra, observando el lugar. Sabía que no lucia feliz, que no era la persona más alegre y que, al mismo tiempo, captaba la atención de varias miradas femeninas. Menos de la que estaba necesitando. Sentí a alguien agarrándome del brazo y cuando giré me encontré con una impresionante pelirroja. Sus ojos eran de un azul profundo, con labios gruesos y un cuerpo hecho para el pecado.
Era un hombre, por el amor de Dios. No había manera de que no pusiera mis ojos en todo ella porque era básicamente hermosa, sin embargo, eso no quitaba que mi corazón y mi cabeza estuvieran con cierta rubia que había perdido de vista hace bastante tiempo. La pelirroja batió sus pestañas hacía mí y me sonrió ampliamente, mostrando una hilera de perfectos dientes blanco.
—No se ven chicos tan guapos por aquí —Se acercó a mí, sin evitar que nos rozáramos, para hablarme al oído—. ¿Cómo te llamas, chico lindo?
—Soy Luca. —Sonreí, intentando aparentar estar metido en su juego cuando lo único que quería era que se vaya. Mentir con el nombre evitaba que volvieran.
—Es un placer, Luca, soy Sandy —La pelirroja seguía apoyando su mano en mi brazo, tenía una sonrisa peligrosa que prometía mucha diversión—. Pareces un poco solitario.
—Quizás me guste estarlo... —Le di un trago a mi cerveza para evitar que mi cerebro buscara una salida fácil para lo que me ocurría con Eleonor. Jamás podría vivir conmigo si me dejaba llevar por un par de buenas tetas.
—No creo que alguien como tu aprecie la soledad —Sus uñas, del mismo tono rosa que tenia pintado sus labios, comenzaron a pasear por mi brazo—. Tal vez sólo necesitas que la chica indicada aparezca para hacerte pasar un buen rato.
Su voz fue un poco ronca en sus últimas palabras, clara señal de que yo le gustaba. Pero nada podía cambiar lo que mi corazón sentía. Mi cerebro gritaba que la tomara y me perdiera en ella para olvidarme de Eleonor, pero simplemente no podía. La amaba. Y aunque no estábamos juntos, no podía traicionarla de esa manera. Estaba listo para darle salida a la pelirroja, cuando un borrón rojo con cabello rubio apareció de la nada y se apoderó de mí.
Eleonor se acababa de interponer entre la depredadora de hombres y yo, con su cabeza bien alta, la espalda erguida y su cabeza ladeada. Su cuerpo estaba tan rígido como una piedra, pero estaba intentando aparentar indiferencia. Su mirada fue directa a mí antes de voltear a enfrentar a mi compañía.
—Lo siento, querida, ¿Interrumpo algo? —La dulzura en su voz me hizo sonreír. Eleonor estaba realmente molesta. Ese tono sólo lo utilizaba cuando intentaba tratar de idiota a alguien que se lo mereciera.
—Creo que estas irrumpiendo la conversación que Luca y yo estamos teniendo. —La pelirroja parecía realmente molesta. Definitivamente estaba dispuesta a intentarlo todo para tenerme.
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Sweet Attraction. [Attraction #2]
Romance¿Qué ocurre cuando se viene de mundos iguales? ¿Y qué sucede cuando ambos quieren lo mismo pero no llegan a notarlo? Con familias similares, Carter y Eleonor tienen muy en claro que jamás quieren parecerse a ellos. Pero, cuando la vida de ambos se c...