Narra Carter.
Llevaba media hora sentado en el mismo lugar, con la vista puesta en los papeles que me habían llegado sobre la solicitud que había pedido. Todavía no había hablado con mi padre acerca de lo que pensaba hacer con mi carrera, ni siquiera me había molestado en preguntarle que opinaba acerca de convertirme en un médico de emergencias. El buen cirujano jamás lo comprendería. Estaba dispuesto a especializarme en cirugías, pero no para la misma especialidad que había hecho él.
En la carta estaba la propuesta formal que me habían hecho en mi primer viaje a América del Sur como acompañante de mi jefe de residentes. Se trataba de un trabajo único llamado Médicos sin fronteras, donde atendíamos a las familias más carenciadas mientras terminábamos de determinar cuál sería nuestra especialidad. El Dr. Rodríguez era una eminencia para nosotros y de origen Latino, por eso hacía para sus mejores alumnos este tipo de viajes. Yo había sido uno de los privilegiados en poder hacerlo.
El tiempo que pasé entre todos esos niños con diferentes carencias pero un gran corazón me hizo dar cuenta de lo equivocado que estaba mi padre con respecto a esta profesión. Él lo veía como una forma de ganar toneladas de dinero, sin embargo, esa no era mi opinión. Quería salvar vidas. Me había formado para eso y, si bien no podré salvarlas a todas, haría mi mejor intento para que pueda ayudar a la vida de muchas personas.
—Deja de pensarlo tanto y acepta, hermanito. —La voz de Lilly me llegó desde la puerta de mi habitación.
—No es tan sencillo. —Suspiré mientras doblaba la carta y la guardaba dentro del libro de anatomía que estaba sobre mi escritorio.
—Claro que lo es, sólo tienes que decirle a papá que no quieres ser cirujano, aceptar esa invitación e irte —Lilly se sentó en el borde de mi gran cama mientras hablaba tan calmadamente—. No puedes quedarte toda una vida en un lugar en el que no puedes ser tú.
—Lo sé y a veces no entiendo porqué eres más madura que yo en ese sentido. —Le sonreí a mi hermanita.
—Ahora, con respecto a mí... Voy a enviar la solicitud para entrar a la Facultad de Ciencias Exactas —Un pequeño sonrojo apareció en las mejillas de mi hermana—. Ya la mande a la de Economía pero todavía no me decido por lo que quiero, así que enviaré por si las dudas; prefiero estar prevenida.
—Me parece genial, sabes que cuentas con todo mi apoyo. —Papá y mamá se negaban a que Lilly estudiara porque la preferían casa, pero mi hermana había nacido para ser una mente brillante que no podía estar a la sombra de un hombre.
—Lo sé y eso me hace muy feliz. —Lilly se levantó a abrazarme con fuerza, haciéndome reír por su gran demostración de afecto.
Lilly comenzó a hablar rápido y de muchos temas a la vez, haciendo que me costara seguirle el ritmo. A veces sólo necesitaba que la escucharan, como hoy, así que sólo me dediqué a asentir en los momentos indicados e intentar seguir con su conversación. Hasta que mi teléfono sonó.
—Atiende, Carter, o te arrepentirás. —Lilly se levantó de mi regazo y me dejó solo en la habitación para que pudiera contestar el llamado.
Mi corazón se detuvo cuando vi su foto destellar con la llamada entrante, no me esperaba una llamada de ella. No desde que la había dejado en casa esa noche de la gala benéfica. Eleonor no me llamaba, simplemente mandaba mensajes, así que esta era otra novedad. Deja de dar vueltas y atiende.
—Hola... —Murmuré luego de contestar. Podría patearme el trasero por no hablar con más claridad.
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Sweet Attraction. [Attraction #2]
Romance¿Qué ocurre cuando se viene de mundos iguales? ¿Y qué sucede cuando ambos quieren lo mismo pero no llegan a notarlo? Con familias similares, Carter y Eleonor tienen muy en claro que jamás quieren parecerse a ellos. Pero, cuando la vida de ambos se c...