01: Apuesta

935 89 15
                                    

Su pie se movía insistentemente, golpeando suavemente el piso, esperándolo como de costumbre. Supuestamente, ella debería ser la que tardara horas en arreglarse para ir a la escuela, pero era todo al revés, Harry era como una chica, se tardaba demasiado en salir.

—Styles, si no bajas ahora, me iré sin ti, te lo juro —dijo exasperada.

Sus juramentos no eran en vano, así que Harry corrió escaleras abajo, y le sonrió coquetamente, esperando que lo disculpara por tardarse. Ella rodó los ojos, como siempre.

—Hola —dijo finalmente Harry. Ella arqueó una ceja. — ¡No te enojes!

—Si me saludas, puede que no lo haga —Kate dijo seriamente. Harry se acercó y le besó la mejilla sonoramente. Ambos rieron —. Está bien, está bien, vamos.

—Eres la mejor ¿lo sabías? —ella asintió y ambos rieron. Como de costumbre, caminaban al colegio, juntos.

Llegaron al colegio, y antes de entrar, se lanzaron una mirada, desde ahí ese portón de entrada, en adelante, no se miraban. Así eran las cosas, pese a que todos sabían que Harry y ella eran amigos, era una especie de regla. Ella se reunía con Jess, y Harry se iba con sus amigos y las chicas populares.

Más de alguna vez ella se había preguntado si Harry se avergonzaba de ser su amigo, pero la respuesta de Harry ante su alejamiento dentro de la escuela era:

"Ese mundo no es para ti, está lleno de cosas sucias"

Y la explicación a esas cosas sucias, nunca había llegado. Jess llegó con su sonrisa amable, como todos los días. La saludó y entraron juntas.

—¿Llegó tu amigo? —preguntó refiriéndose a Harry.

—Sí, se fue con sus amigos —dijo Kate sin darle mucha importancia.

—La rutina de siempre, ustedes hacen como que no se conocen —dijo ella poniendo los ojos en blanco — ¿Por qué se lo permites?

—No es cosa de permitírselo o no Jess, solamente que no encajo con sus amigas y amigos, y preferimos mantener distancia.

—Su amistad es la cosa más rara que existe —concluyó Jess

—Lo sé, pero me gusta así —musitó finalmente.

Y Jess no mentía, la amistad de ambos era rara, desde la secundaria para adentro, eran perfectos desconocidos, pero afuera, eran casi hermanos. Nunca Jess lo había comprendido, incluso Harry le desagradaba, por sus aires de grandeza y que prácticamente llevaba un cartel en la frente que decía mujeriego.

Harry, mientras tanto, le golpeaba el hombro a Zayn durante la clase de matemática. Estaba aburrido, no tenía gracia la clase con el suplente. Él quería a la profesora de siempre, aquella a la que le lanzaba miradas coquetas, y que ella se sonrojaba. Era joven, tenía veintinueve años, y tenía un cuerpo hermoso. Harry había hecho una apuesta con Zayn respecto a ella.

—Te apuesto que me tiro a la maestra antes de fin de curso —había dicho Harry.

—¿Cuál es la apuesta? —preguntó Zayn, interesado.

—Si me la tiro, tendré pase libre para usar tu moto cuando yo quiera durante todo un año —dijo Harry sonriendo satisfecho.

Zayn arqueó una ceja, era imposible que Harry se acostara con la señorita Smith. —Si yo gano, quiero tu consola —dijo Zayn satisfecho de su apuesta.

—Hecho —se dieron la mano. Por lo tanto, ahora Harry estaba frustrado, necesitaba conquistar a esa mujer, de alguna forma, acabaría acostándose con ella.

Aprendiendo a amar; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora