10: Encuentro

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Un mes, un mes de dolor. Harry era prácticamente un zombie en la escuela, sus amigas se acercaban a él, pero no recibían mayor respuesta. No se sentía bien, para nada. Solo quedaban dos meses de escuela, pero para él se harían eternos.

—¡Harry! —le gritó Zayn —. ¡Te he hablado mucho tiempo y ni siquiera me prestas atención!

—Lo siento —musitó el rizado —. ¿Qué decías?

—Hoy te invitarán a una fiesta en casa de Britanny, te ruego que no vayas.

—¿Dé que hablas? —preguntó Harry arqueando una ceja.

—No vayas Harry, por favor. No puedo decirte, pero no es bueno que estés ahí —Harry frunció el ceño. Algo lo distrajo, ella pasaba de la mano y se sentaba en la mesa de los... ¿los populares?

No, era una broma.

Entonces recordó que su novio es popular, es el nuevo capitán del equipo de fútbol. Y ahora parecía que ella y Amy no se odiaban a muerte como antes.

—¿Qué hace Kate allí? —preguntó Harry.

—Últimamente se junta con todos ellos, ayer hablaba con Felicity —dijo Zayn —. Hay algo detrás de esto, Harry. Tengo un mal presentimiento, no sé.

—Está bien, supongo que te haré caso. Bien, nos vemos, no soporto ver la escena —dijo mientras veía que Kate y Ryan se estaban besando.

Salió rápidamente de ahí, absorto en su propia mente. Se sentó alejado de todo el mundo mientras miraba el cielo. Tomó su celular y comenzó a escuchar música. La canción más tortuosa para el momento.

Need you now, Lady Antebellum.

Era la canción con la que más lloraba, cada maldita noche sufría con esa canción, cuando bebía también la escuchaba.

—¡Harry! —la voz de una chica lo sobresaltó. Miró y vio a Felicity —. ¿Cómo estás? —le besó sonoramente la mejilla.

—Hola Felicity, estoy bien —mintió —. ¿Y tú?

—Excelente —sonrió —. ¿Quieres venir a una fiesta esta tarde? Es viernes así que podemos estar tranquilos —dijo sonriendo. Recordó la advertencia de Zayn.

—Mhm ¿dónde? —preguntó.

—En casa de Britanny —la muchacha sonrió y Harry frunció el ceño —. ¡Estará casi toda la escuela! Imagínate que hasta Ryan y Katherine irán —dijo sonriendo. Harry se tensó.

—¿Sí?

—Claro, ¿irás?

—Uhm...

¡Al diablo Zayn! Quería verla

—Claro, iré.

Felicity se despidió y sonrió. Estaba todo listo para esta noche, Harry volvería a ser de ella. Esa noche, Harry se arregló bastante. Se miraba y no se convencía. Se puso unos pantalones de tela color caqui, unas zapatillas converses blancas, y una camisa a cuadros. Sus rulos estaban perfectos, se perfumó bastante y suspiró nervioso.

Su celular comenzó a sonar.

—¿Hola?

—Hermano, haremos una noche de películas —dijo Zayn —. ¿Vienes?

—Eh... no Zayn yo... no me siento bien,

—¿Estás seguro? Supongo que no irás a esa fiesta, ¿cierto? Por favor Harry, sé porque te digo las cosas.

Aprendiendo a amar; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora