Aprendiendo a amar; hs

26: En casa

Katherine caminó del brazo de su novio por el aeropuerto. Faltaba una hora para que el vuelo con dirección a Londres partiera. Harry caminaba un poco cabizbajo, pero estaba feliz. Kate volvería a Londres y todo parecía ir como siempre quiso que fuese.

Tenían calculado que Harry apenas llegara, se encargaría de buscar un apartamento para ambos. Sí, se irían a vivir juntos. Quizás era temprano, pero era la única alternativa para ambos. Ella se iría a vivir sola sí o sí, y él no la dejaría. Así que tendría que hablar seriamente con su madre.

Harry la envolvió entre sus brazos de pronto, y quedaron estancados en medio de la gente que pasaba apresurada a tomar sus vuelos. El muchacho le besó la mejilla con mucho cuidado. Ella sonrió con ternura, mientras presionaba sus labios contra los de él.

—Te extrañare, será un mes eterno –comentó Harry.

—También yo, pero todo estará bien ¿no? ¿me esperarás? –preguntó Kate mordiéndose el labio.

Harry sonrió y le besó la frente. Le dio un cálido abrazo y le susurró al oído—. Toda la vida –ella se rio enternecida. Harry le tomó la mano, entrelazando sus dedos. Caminaron hasta unos asientos apartados del bullicio central a esperar la hora del abordaje al vuelo de Harry.

Ella se apoyó en el hombro de su novio, lanzando un suspiro. Estaba un poco apenada después de todo. Era un largo y eterno mes sin Harry. Pero a la vez no quería que se fuese tan rápido, porque tenía miedo de volver.

Sabía que era la hora de enfrentar los temores de los que llevaba escondiéndose alrededor de ocho meses, pero no sabía si estaba lista para ello.

—Tengo sueño –comentó Harry bostezando—, no me dejaste dormir.

—¿Yo? –preguntó fingiendo molestia colocando su mano en el pecho—, tú eras el que quería... –dejó la frase al aire. Harry sonrió pervertido.

—Pensar que eras tan sana e inocente, hasta que decidí conquistarte –se tiró una carcajada..

—Cierto –frunció el ceño—, me has llevado por el mal camino —besó sus labios cortamente.

—Ahora sabes por qué tenía tanta experiencia, me volví adicto –dijo el rizado riéndose a carcajadas, ella le dio un golpe en el hombro.

—Gracias –respondió sarcástica. Harry le sonrió, besándola fugazmente.

—Pero tú eres la mejor de todas –susurró él en su oído.

—Te amo –dijo tomándolo por la nuca para besarlo. Harry se acomodó para que ella quedara sentada sobre él, casi como un bebé.

Se besaron apasionadamente, como si fueran a separarse para siempre. Ella sentía que no podría estar sin besar a su novio, era una verdadera adicción. Se abrazó más a él para profundizar aún más el beso. Harry se separó un poco para tomar aire, pero ella inmediatamente lo acercó de nuevo para comerle la boca.

—Dios, con eso no tengo ganas de irme –musitó él juntando su frente con la de Kate.

—No te vayas entonces –susurró cerca de su boca, logrando que su aliento chocara contra los labios de Harry. El muchacho se lamió el labio.

—Tengo que irme, pero me lo haces difícil bebé –musitó—. Además, no llegaras antes de que sea mi cumpleaños... –dijo haciendo un mohín—, pasaré mi cumpleaños besando una foto tuya.

—Lo siento mi amor ya sabes... necesito todo este tiempo para trámites, la transferencia de papeles y todo. Si no fuese por eso, me iría contigo ahora mismo –dijo tomándole la mano.